Delante, todos. Detrás, nadie. Ser el último. El farolillo rojo. El que cierra la puerta. Eso, reconozcámoslo, no mola nada. Y en atletismo, menos. Pero hay excepciones que confirman la regla. La de Pavlo Bazilinskyy es una de ellas. Le salvó la campana. Nada más abonar el coste del dorsal la organización del maratón con más participación de España colgó el cartel de ‘vuelva usted el año que viene’. Un ganador que llega al final de grupo merecía una llamada.
Supo del Maratón Valencia Trinidad Alfonso EDP por el medio de comunicación más antiguo del mundo, el boca a boca. Un compañero de fatigas italiano, buen amigo, le puso sobre la pista tras devorar los 42.195 metros al costado del Mediterráneo: “Me dijo que es una gran carrera y que la ciudad es increíble". Lo segundo lo sabe de primera mano, pues la visitó “hace unos siete años. La recuerdo como muy acogedora. Luego leí que su maratón es uno de los más planos de Europa, así que puede ser una buena ocasión de mejorar mi marca", cuenta este polifacético deportista que lo mismo le echa un pulso a Filípides que pone la bicicleta a funcionar en las escarpadas carreteras de Mallorca.
Le faltaba un empujoncito y llegó con el viento del sur: “Hace pocos días mi amigo Darias, de Granada, me escribió diciendo que él ya se había apuntado y que solo quedaban 400 plazas". Anduvo rápido, qué remedio: “Estuve dubitativo durante un día y entonces me decidí a comprar el dorsal. Me pareció una buena ocasión para encontrarme con él, correr en un sitio bonito y escapar del invierno holandés unos pocos días. Además puede que me acompañen otro par de amigos holandeses".
Su biografía, resumida: “Soy originario de Chernihiv, Ucrania, pero vivo en Delft, Holanda, donde trabajo en el TU Delft (la Universidad Tecnológica) como investigador. Soy miembro del club de triatlón de la ciudad y a menudo entreno con muchos de sus integrantes. También intento correr carreras en sitios nuevos donde también pueda estar unos días haciendo turismo antes y después de competir. Es una gran manera de explorar el mundo. Últimamente me estoy introduciendo un poco en el ciclismo. El año pasado viajé a España cuatro veces para pedalear por las montañas y las semana pasada fui a Ibiza a correr un maratón de trail".
Somos corredores, homo cronométricus, y aunque viajar, gozar el orbe y hacer amigos está genial, esto no podía terminar de otra manera: “Espero mejorar mi marca personal y cruzar la meta entre tres horas y tres horas y quince minutos".