Como su propio nombre indica, el sobreentrenamiento es un exceso de entrenamiento que provoca que el cuerpo no se recupere del esfuerzo como debería. Suele estar producido por una frecuencia que el cuerpo no puede asimilar o una intensidad demasiado alta, entre otras causas.
Hacer deporte es muy bueno, sin embargo, debes evitar caer en el lado contrario del sedentarismo, ya que sus efectos podrían ser también muy negativos.
¿En qué casos se puede decir que estás sobreentrenado?
Si te sometes a altos períodos de entrenamiento sin descanso o a una intensidad desmesurada, el cuerpo puede experimentar una serie de cambios y anomalías nada saludables.
En el caso de los principiantes es todavía más importante evitar el sobreentrenamiento, ya que el cuerpo no está acostumbrado a este ritmo y, cómo es evidente, necesita su tiempo para poder aumentar la productividad y mejorar el rendimiento.
Consecuencias del sobreentrenamiento sobre la salud
Al contrario de lo que muchos piensan, el sobreentrenamiento suele estar ligado a un descenso del rendimiento deportivo provocado por una saturación de las capacidades corporales.
Además, también puede provocar ciertos trastornos que afectarían a tu salud como, por ejemplo, un aumento de la frecuencia cardíaca máxima en reposo, dificultad para pensar con rapidez, problemas musculares o empobrecimiento de los reflejos naturales.
Si no te recuperas bien entre ejercicio y ejercicio, los análisis de sangre también pueden indicar una falta de nutrientes acusada, debido a las sales minerales que pierdes y al desgaste calórico excesivo. En el ámbito psicológico, también puedes experimentar irritabilidad o falta de motivación.
¿Se puede evitar el sobreentrenamiento?
Por fortuna, el sobreentrenamiento es muy fácil de detectar. En primer lugar, debes ser realista y objetivo contigo mismo y valorar si estás entrenando demasiado. La cantidad de tiempo que le dediques y la intensidad de tus entrenamientos te darán la clave.
Para evitar caer en este problema, puedes tratar de ser menos exigente. Planifica tus entrenamientos con cabeza, cuida tu alimentación y descansa adecuadamente. Aprovecha tus períodos de descanso e intenta eliminar el estrés de tu vida.
Hacer ejercicio es, sin duda, una rutina muy beneficiosa para el organismo, pero caer en el sobreentrenamiento puede llegar a ser tan perjudicial como el propio sedentarismo. Dale a tu cuerpo el descanso que necesita para recuperarse y sigue un estilo de vida saludable cuando no estés practicando deporte.