Una de las pantallas más visitadas de nuestros relojes GPS es la de la predicción del tiempo en carrera. "Mira, mi Garmin me dice que voy a correr un 10K por debajo de 45 minutos". "¡Este Coros no funciona! ¿Por qué no bajo de 1h30 en medio maratón?" Frases habituales entre corredores que han quedado en anécdota al lado de los datos que nos ha enseñado una joven promesa del atletismo español cuyo reloj dice que bajaría de las dos horas en maratón. Sí, emular a Eliud Kipchoge en el Ineos 1:59 de Viena en 2019.
Más allá de la broma, es evidente que esos datos no pueden ser ciertos, y es que no solo le pronostica un tiempo inferior a las 2 horas, sino que lo estima en 1:58:16. En medio maratón, por ejemplo, estaría en 57:29 (a unos 50 segundos del récord del mundo de Jacob Kiplimo), y en 10K en 26:23, rebajando por un segundo la plusmarca mundial.
El atleta en cuestión es alguien que trabaja muy bien los ritmos por debajo de tres minutos por kilómetro, pero si estas son sus estimaciones, ¿qué indicarán las de Jakob Ingebrigtsen o Sifan Hassan?
Un consejo: no le hagas mucho caso, ni para bien ni para mal
Este tipo de datos que nos ofrecen nuestros relojes GPS son solo una aproximación a nuestro posible tiempo en meta en las distintas distancias. Ni para bien ni para mal debemos creernos al 100% esos tiempos, si bien es verdad que son una estimación aproximada de lo que podemos realizar. Si tu reloj te dice que harás 49 minutos en 10K, no salgas a 4:00 minutos por kilómetro en tu próxima carrera.
Pero, por el contrario, si tus entrenamientos han sido sólidos y consistentes, si la persona que te entrena confía en que tienes margen para "reventar a tu reloj", debes pensar que esos son los datos reales que te llevarán a cumplir tu objetivo, por mucho que tu reloj diga "no puedes".