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Cuando se habla de un frontal para correr normalmente se buscan unas características muy precisas y suelen ser ligereza y potencia lumínica y es algo que hemos encontrado sin duda en el último modelo de la marca Olight.
Olight es una marca ya asentada en el mundo outdoor, probablemente por la gran calidad de sus productos. De origen chino, han demostrado que la tecnología del país asiático puede ser mas que excelente y lo llevan haciendo muchos años trabajando para las fuerzas armadas y fuerzas y cuerpos se seguridad lo que implica unos estándares de calidad muy elevados.
La aplicación de estos niveles de calidad al mundo de los frontales ha dado como resultado algunas joyas de la tecnología en frontales ligeros como el H1R nova o el HS2. El modelo que analizamos hoy, el ARRAY es precisamente la segunda versión mejorada de este último.
La presentación es, como siempre en esta marca, extraordinaria y eso ya da valor al contenido.
Dentro, una funda de transporte algo más grande que la anterior contiene el frontal y los accesorios y se agradece el nuevo tamaño, algo más grande y mucho más cómodo.
El Array, igual que su predecesor lleva la batería separada del cabezal del frontal y queda localizada en la parte trasera por lo que para el análisis se podrían separar ambas partes ya que además la cabeza de iluminación no ha cambiado.
Lo primero que llama la atención ante un mundo de plástico es que esta pieza es metálica, de aleación de aluminio, lo que tiene dos ventajas, favorece la dispersión del calor generado y aumenta lógicamente la resistencia a golpes y por lo tanto, la durabilidad del frontal.
Aunque quizás no sea la mejor medida de referencia, la intensidad luminosa se suele valorar en lúmenes y este pequeñín tiene nada menos que 400 lo que no está nada mal para un peso de solo 124 gramos. Estos lúmenes se dividen en dos led, uno de bañado y otro de profundidad que pueden utilizarse juntos o por separado.
En cuanto a la segunda cosa mas importante de un frontal, la batería, el Array viene con una ligerísima de 2.000mAh que le permite estar encendido a una potencia de 50 lúmenes unas 13 horas y a máxima potencia 2,5. Es importante considerar que no suele ser necesario llevar el frontal a tope siempre, entre otras cosas para adecuar el ojo a apreciar con mayor detalle el relieve por lo que esos tiempos son más que suficientes para la mayoría de las carreras.
Por otro lado, la batería lleva un cómodo sistema para sustituirla por una nueva, que se vende por separado para el caso de necesitar mas tiempo de uso. La batería es completamente estanca y tiene algunos detalles que merece la pena comentar. El primero es el cable de carga, que no es el clásico mini USB, sino un sistema inventado por Olight que llevan muchas de sus linternas que es magnético. De este modo, la batería esta completamente protegida de inclemencias externas y desde luego de la lluvia.
Por otro lado, también en esta nueva versión, han incorporado una luz roja trasera, obligatoria en muchas carreras actualmente y que además sirve como controlador de carga de la misma ya que se iluminan mas o menos luces según la carga.
Todo el frontal viene montado en una cinta elástica ancha con unos adornos reflectantes que tiene además las clásicas piezas de plástico para ajustarlo a la cabeza.
El peso es bastante ligero como hemos comentado y no se nota al llevarlo ni bota particularmente. El cabezal orientable permite dirigir el haz de luz donde nos interese y pulsando el botón de encendido nos va pasando por las 4 funciones de intensidad.
En definitiva, una buenísima opción para nuestros entrenamientos o carreras que además tiene un precio de mercado de 69,95€, bastante accesible para la calidad que ofrece.