El pasado verano, entre el 19 de julio y el 9 de agosto, Rocío Arroyo (22 años) agitó el panorama del 800 femenino español hasta hacerlo burbujear. La de Alcalá de Henares comenzó colgándose la plata en el Campeonato de Europa sub-23 con un crono de 1:59.18, récord de España de la categoría -tercer mejor registro absoluto de todos los tiempos- que acabaría rebajando en una centésima 20 días después, en Oordegem (Bélgica). Entre medias, se impuso en el Campeonato de España absoluto, sellando su clasificación para el Mundial de Tokio. Lo plasmado en la pista, su tremendo final (se ha forjado en la agonía del 400) e inteligencia táctica, no pasaron desapercibidos para los responsables del New Balance Team, que acaban de ofrecerle su primer contrato como profesional. Hablamos con ella sobre la irrupción en la élite, el inminente salto a categoría sénior, rutinas vitales y deportivas y el futuro inmenso que se abre ante su potente zancada. Si te mola el mediofondo, dale al play.
