En CORREDOR ya ha comentado nuestro experto Rodrigo Gavela que uno de los errores más habituales de los corredores populares es competir en exceso. Está claro que lo de ponerse el dorsal engancha. Pero si las carreras puede ser un factor motivante fantástico para salir a entrenar, hay que tener cuidado con no pasarse de la raya compitiendo que acabemos lesionados o con problemas de sobreentrenamiento. ¿Cuál podría ser el límite máximo? Dos maratones al año separadas por 6 meses (y mejor si es sólo una), 4 medios maratones (nunca dos en el mismo mes) y una decena de carreras de 10 km (no compitiendo nunca dos semanas seguidas).
Y de cara a las competiciones, es muy importante la nutrición de cara a "reparar" el daño que sufre nuestro organismo cuando lo ponemos a tope en las carreras. Las primeras dos horas tras la competición (aplicables también a los entrenamientos que por distancia o intensidad son duros) son claves recargar el músculo ya que es cuando más receptivo está. En los primeros 30 minutos lo más práctico es aportar carbohidratos en forma líquida con bebidas tipo Recovery o, con zumos naturales con melón, sandía, piña, naranja y plátano, por ejemplo. Una vez hayas hecho una primera recarga, la primera comida sería conveniente hacerla con carbohidratos de alto índice glucémico y algo de proteína.
Al día siguiente de una carrera, nuestra recomendación es que incluyas en la comida algún pescado azul (sardina, salmonete, atún, salmón, trucha, bonito, pez espada, etc) y también que comas nueces, Los ácidos grasos omega-3 nos ayudan a lograr una vasodilatación del sistema cardiovascular que facilite el reciclaje y eliminación de toxinas, además de aprovecharnos de su poder antiinflamatorio.