El chocolate negro es una de las variedades de cacao más deliciosas y también más adecuadas para nuestra salud, sobre todo en comparación con el resto de ejemplares que habitan en el mercado. Entre sus beneficios, puedes aprovechar sus propiedades anticoagulantes, su riqueza en antioxidantes y su efecto estimulante. Estas cualidades se deben, principalmente, a la presencia de flavonoides en su composición.
¿Cuáles son los principales beneficios del chocolate negro?
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Anticoagulante. Tal y como acabamos de ver, el chocolate negro es rico en flavonoides, una sustancia que protege la salud del corazón y evita la formación de coágulos en la sangre. Precisamente, la coagulación de la sangre puede llegar a ser muy peligrosa y, en muchas ocasiones, la culpable de los accidentes cardiovasculares que derivan en riesgo de muerte.
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Antioxidante. En este caso, el carácter antioxidante de los flavonoides (especialmente la cateína y la epicateína) retrasa el envejecimiento celular y, con ello, se reduce también el estrés oxidativo, la ralentización del metabolismo y algunas enfermedades degenerativas que nacen como consecuencia de la oxidación de las células. Además, también ayuda a recuperar la estructura del músculo y, a veces, forma parte de la dieta de las personas que padecen diabetes tipo 2. Eso sí, siempre se debe consultar con un médico para valorar su idoneidad.
- Estimulante. El chocolate negro es uno de los mejores estimulantes naturales, tanto como afrodisíaco como antidepresivo. ¿El motivo? La presencia de teobromina en su composición. Y es que el bienestar y la felicidad también suelen estar muy ligados a los alimentos que consumes. Siempre y cuando sea con moderación.
Entonces, ¿por qué el chocolate negro es mejor que el blanco o el que está mezclado con leche?
El chocolate negro, cuando tiene un alto porcentaje de cacao, es mucho más puro que otras variedades. Es calórico, sí, y no debes abusar de él, pero puesto a darte un capricho, es la alternativa más adecuada. Fíjate en el envase del producto, que debe indicar al menos un 70% de cacao. Si quieres que sea todavía más natural, existen variedades con un 90% de cacao y sin azúcares añadidos.
El chocolate blanco y con leche presentan una serie de añadidos (grasas, azúcares, mantequilla…) que eliminan su pureza y descontrolan su valor nutricional. Son más calóricos, menos naturales y un bocado que deberías relegar únicamente a las ocasiones especiales.