Salud

5 beneficios de la siesta para hacerla sin remordimientos

La siesta puede mejorar la concentración, prevenir las cardiopatías y perfeccionar los reflejos. De hecho, los expertos las recomiendan

Noelia Hontoria

2 minutos

La siesta aumenta la producción de serotonina

La siesta es ese pequeño descanso que algunas personas se toman después de comer para afrontar con energía el resto del día. Hay quienes piensan que es una pérdida de tiempo, sin embargo, incluso la Fundación Española del Corazón recomienda hacer una breve siesta cada día gracias a sus beneficios sobre la salud.

Una curiosidad que podemos contarte sobre la siesta es que solo el 16% de la población recurre a ella diariamente y un 40% no la practica nunca. Un grave error, sobre todo si tienes en cuenta que en el último siglo se han perdido hasta dos horas diarias de sueño de media. Bajo esta premisa, ¿qué ventajas puede aportarnos?

¿Cómo es la siesta ideal?

La siesta ideal es aquella que se hace en un sillón cómodo, mejor que en la cama; después de comer, entre las tres y las cinco de la tarde y durante un período máximo de 30 minutos.

La siesta, mejor en el sofá

Si necesitas dormir más tiempo, significa que no estás descansando correctamente por la noche y que debes revisar tus hábitos de sueño para comprobar qué está fallando. Intenta respetar las ocho horas de sueño diarias y seguir siempre la misma rutina. Si notas que te cuesta quedarte durmiendo, quizás debes hacer más actividad física, no estás cenando correctamente (las cenas ligeras y ricas en triptófano y magnesio suelen ser las más recomendables en estos casos) o no consigues desconectar del estrés y los problemas del día a día.

Puede parecer contraproducente, pero una siesta corta ayuda a descansar mejor por la noche, debido a la producción de serotonina y la consecuente reducción de la ansiedad.

Algunos beneficios de la siesta

La siesta, más allá de ayudarte a dormir y repartir las horas de sueño, reporta algunos beneficios para la salud. Por ejemplo, previene las cardiopatías y disminuye el riesgo de sufrir enfermedades cardiovasculares. Al dormir poco, aumenta el nivel de la hormona cortisol, que puede provocar intolerancia a la grasa y la glucosa y perjudicar el sistema inmunológico. También puede ayudar a reducir el estrés, una cualidad que influye en la reducción de la tensión arterial.

Por otro lado, la siesta tiene grandes beneficios cognitivos como mejorar la concentración y el aprendizaje, estimular la creatividad y la capacidad resolutiva o ampliar los reflejos. Finalmente, este breve descanso puede favorecer el estado anímico gracias a la producción de serotonina, que regula la sensación de bienestar y satisfacción y te hace estar más feliz y positivo.