Salud

¿Ayuda en la recuperación la crioterapia?

Desmitificamos la crioterapia como método de recuperación.

Javi Moro

2 minutos

Crioterapia, ¿ayuda en la recuperación? | iStock

Aún hay deportistas de élite y entrenadores que confían en la crioterapia deportiva para recuperar mejor tras un duro entrenamiento o competición. Cientos de fotos hemos visto de grandes campeones metidos en una bañera de hielo con cara de dolor, o como se pudo de moda en el ciclismo profesional, donde los equipos con más presupuesto tenían en su autobús una cámara frigorífica para que líder entrara nada más acabar la etapa y acelerar así el proceso de recuperación con frío.

Con el ejercicio de alta intensidad, el cuerpo eleva su temperatura interior a niveles parecidos al de la fiebre (por eso se suda tanto), y es verdad que con la crioterapia y la inmersión en agua fría, se consigue bajar esa temperatura interna y estar antes en un estado ‘normal’, lo que puede provocar que el cuerpo trabaje mejor para reponerse y así mejorar la recuperación.

La crioterapia deportiva puede afectarte negativamente.

Pero nuevos estudios del 2017 y 2018 (Wilson y col) realizados tras completar un maratón y otros después de trabajos de fuerza con cargas pesadas, investigaron si la crioterapia deportiva de cuerpo entero y la inmersión en agua fría influían en las alteraciones internas celular, muscular y sanguíneos que se producen tras estos máximos esfuerzos.

LA VALORACIÓN DE LA CRIOTERAPIA

Tras valorar el dolor muscular, estrés, inflamaciones y daños en las fibras musculares de los participantes, resultó que la crioterapia de cuerpo entero no manifestó ventajas en la recuperación respecto al baño en agua fría. De hecho, afectó negativamente a la función muscular, provocando incluso más dolores y no bajó la inflamación.

Después de estos últimos datos, parece que lo más sensato, tras correr un maratón o realizar duros entrenamientos de largas distancias es bajar la temperatura interior lo antes posible – cosa que se puede hacer simplemente con agua fría en la ducha y bebiendo líquido fresco – y activar la circulación para que sea el propio cuerpo el que reduzca la inflamaciones con las suficientes horas de recuperación. Esto es aún más importante en los meses más calurosos, porque si sumamos tu temperatura interna elevada a la exterior, será más complicado llegar a una estabilidad desde donde tu organismo responde al estrés que le has sometido.