Salud

¿De qué depende la frecuencia cardíaca máxima?

Es importante conocer nuestra frecuencia cardíaca máxima, ya que es un reflejo de la salud de nuestro corazón.

Noelia Hontoria

1 minuto

La frecuencia cardíaca máxima se suele calcular restando nuestra edad a 220 latidos por minuto.

La frecuencia cardíaca mide los latidos del corazón. La más baja indica los latidos en reposo, mientras que la más alta hace referencia a la cantidad de latidos que podemos alcanzar bajo esfuerzo. Abreviado con las siglas FCM, es interesante conocer este dato para saber cuánto estás rindiendo y si debes bajar un poco la intensidad de los entrenamientos o, por el contrario, aumentarla según tus capacidades físicas.

¿De qué depende nuestra frecuencia cardíaca máxima?

No podemos dar una cifra exacta acerca de cuál es la FCM ideal, ya que cada persona tiene unos valores diferentes dependiendo de múltiples factores. Entre ellos, encontramos la edad, el estilo de vida (capacidades físicas, alimentación, descanso…) o incluso si sigues algún hábito nocivo como, por ejemplo, el consumo habitual de tabaco o alcohol.

Obviamente, un estilo de vida poco saludable puede conducir a una peor respuesta del corazón y, por tanto, a que la FCM recomendada sea inferior a los valores que suelen tener los deportistas, las personas que no fuman o aquellas que siguen una alimentación sana y equilibrada, aunque cada caso es un mundo.

La mejor forma de conocer la frecuencia cardíaca máxima es mediante una prueba de esfuerzo que te realice un especialista.

Con la prueba de esfuerzo podemos conocer nuestra frecuencia cardíaca máxima.

Sin embargo, otra forma de calcularla es mediante una ecuación aprobada por la Fundación Española del Corazón, que consiste en restar nuestra edad a 220 latidos por minuto (lpm). Es decir, cuanto más jóvenes seamos, mayor será nuestra frecuencia cardíaca máxima. Siguiendo esta operación, una persona con 30 años tendrá una frecuencia cardíaca máxima de 190 lpm, mientras que una persona de 50 debería fijarla en 170 lpm. Como decimos, son cifras orientativas, ya que la frecuencia cardíaca máxima depende también de otros factores.