El ejercicio en elíptica es el más completo para un corredor. Nos permite conseguir respuestas fisiológicas y metabólicas muy similares. A nivel de activación y participación muscular también tiene muchos puntos en común con el running. Pero no todo son buenas noticias para los corredores con las elípticas.
Hay estudios que han puesto en el punto de mira las elípticas con respecto a la salud de la espalda, ya que se ha evidenciado un incremento de la flexión lumbar y un correspondiente descenso de la extensión lumbar cuando se compara la elíptica con andar. Esta flexión lumbar incrementa la presión intradiscal y puede ser causante de alteraciones en las estructuras del disco intervertebral.
También existe una fricción por fuerzas de cizallamiento en las vértebras causadas posiblemente por el empuje de los brazos a las palancas superiores, que invita a una posición de flexión de columna. Por ello, es necesario una correcta posición vertical y ubicar la cadera en posición neutra con activación del core para mejorar la estabilidad lumbopélvica.
Afortunadamente la mecánica articular en una elíptica está menos comprometida.
Por ello, y tomando las debidas precauciones, la elíptica es un medio muy adecuado para los corredores, ya que te aporta una gran ventaja cardiovascular y el gesto motriz es muy similar sin tener un impacto tan agresivo como el que producimos al correr.
Si te decides por la elíptica para complementar tu entrenamiento, evita rangos exageradamente amplios y especialmente preocúpate de mantener activa tu pared abdominal para evitar la anteversión pélvica y que se acentúe la curvatura lumbar; intenta también no adquirir una posición inclinada hacia delante durante tu entreno en elíptica. Por último, vigila también que la rodilla quede en ligera flexión, evitando su hiperextensión.