Analgésico natural, una gran ayuda para dormir, el remedio de la ansiedad crónica e incluso un recuperador para después de los entrenamientos intensos y las competiciones, hablamos del cannabidiol, el principio activo más importante de las hojas de cannabis. En medicina se emplea por todas esas virtudes, e incluso se usa para inhibir el crecimiento de determinadas células cancerígenas y para aplacar los episodios de esquizofrenia.
El cannabidiol potencia nuestro propio sistema endocanabiniode, que controla la funcionalidad de una amplia variedad de sistemas, incluyendo el cardiovascular. Por su efecto en el sistema endocanabinoide, con un importante papel en la sensación de euforia del corredor, el cannabidiol podría disminuir la sensación de dolor, lo que resultaría interesante en un entrenamiento duro o una competición concreta.
Los estudios también advierten de los efectos agudos de su toma cuando ésta se realiza en dosis elevadas y durante largo tiempo, como pérdidas de memoria, problemas de coordinación e incluso brotes psicóticos y de paranoia.
La Agencia Mundial Antidopaje, por la que se rige el Comité Olímpico Internacional y el Comité Paralímpico Internacional, elevó en 2013 el límite de la concentración del THC, uno de los metabolitos que se produce al consumir cannabis, en la orina de los atletas de los 15 nanogramos por mililitro que se consideraban entonces a los 150 actuales. En cuanto al cannabidiol, dejó de considerarse como sustancia prohibida, por lo que no hay una cifra que aluda a su concentración máxima en orina.
Fuente: Clinical Journal of Sport Medicine www.ncbi.nlm.nih.gov/pmc/articles/PMC6116792/#R1