En España existen nueve pistas cubiertas completas, con anillo de 200 metros y recta central en las que se pueden realizar todo el programa completo de los eventos que se disputan bajo techo. Y en una de ellas, la del Polideportivo de Gallur en Madrid, no todos los ciudadanos españoles pueden participar. La Federación de Atletismo de Madrid (FAM), en sus controles rutinarios, no permite la participación de atletas de otras Comunidades Autónomas, que tienen la mala suerte de haber tramitado una licencia nacional a través de otra federación territorial, lo que provoca que sea imposible competir en la pista cubierta madrileña.
Independientemente del nivel del atleta. Desde olímpicos en Tokio 2020 a atletas veteranos pasando por cualquier deportista federado. La imposición es clara y en todos y cada uno de los reglamentos de los controles que organiza la FAM se indica en el Artículo 1 que la competición estará limitada a los atletas con licencia por esta federación territorial.
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Ante esta normativa, muchos atletas de otras comunidades que residen en la Comunidad de Madrid o que provienen de provincias colindantes a la misma no pueden competir en la pista cubierta de atletismo más cercana a su lugar de residencia. El caso más claro es el de los atletas de Castilla-La Mancha, en cuya comunidad autónoma no se dispone de ningún tipo de instalación cubierta y cuyos atletas están vetados en Madrid, una de las más cercanas en cuanto a distancia. Tampoco, por supuesto, pueden competir en Gallur los cientos de estudiantes universitarios que residen en la capital y que siguen manteniendo su padrón y su licencia federativa en sus comunidades autónomas de origen.
Ante esta situación, desde la FAM explican que a la hora de realizar las licencias "se separa por comunidades autónomas, lo que provoca este tipo de problemas". Además, ante el caso de los atletas que residen en Madrid pero no están federados a través de la FAM, comentan que "todos los atletas deberían tener licencia en la comunidad autónoma en la que reside".
Sin embargo, esta situación lo que provoca es una injusticia tremenda con aquellos ciudadanos españoles que cuentan con licencias federativas en atletismo fuera de Madrid y que no pueden hacer uso en competición de una instalación que debería servir para promover nuestro deporte independientemente de la provincia de origen del atleta. ¿O es que un atleta madrileño tiene más derecho a competir que un segoviano, un toledano, un soriano o un conquense, por poner ejemplos de localidades ubicadas a menos de dos horas de la capital?
Desde hace unos años las limitaciones en las pruebas madrileñas se han ido aumentando hasta este 2022 en el que no es posible competir en Madrid si perteneces a otra federación territorial, provocando así la desesperación de clubes, entrenadores y atletas, que además de buscar alternativas en calendarios mucho menos prolíficos, ven cómo los costes por practicar el atletismo aumentan al ser más largos los desplazamientos. Un sinsentido al que la FAM y la Real Federación Española de Atletismo deberían poner fin para no perjudicar al conjunto de atletas de este país.