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El día (pese a que en muchas ocasiones no lo parezca) tiene 24 horas, ni una más ni una menos, y el reloj biológico de nuestro cuerpo lo sabe perfectamente. Éste influye directamente en los ritmos circadianos, que son los encargados de regular las funciones fisiológicas del organismo de forma que cada día se establezca como una especie de ciclo de 24 horas que afecta, entre otros factores, a nuestras hormonas, estado de ánimo, temperatura corporal, etc.
Partiendo de la base de que somos un país cuyo clima e idiosincrasia favorece la vida y el ocio en la calle, la población se divide en tres grandes grupos o cronotipos teniendo en cuenta estos ritmos circadianos: alondras, si nos levantamos pronto y nuestra fase de mayor actividad son precisamente esas primeras horas del día; búhos, si por el contrario somos vespertinos y nos vamos activando según van pasando las horas; o colibríes si estamos a medio camino.
Principales diferencias entre cronotipos
Los tres tipos de cronotipos se establecen dependiendo del tiempo que cada sujeto tarda en generar melatonina, una hormona que se encuentra de forma natural en nuestro cuerpo y que, entre otros efectos, nos induce al sueño dependiendo de si aumenta o decrece y siempre en función de la cantidad de luz que recibamos. Así pues, aunque cada persona duerma el mismo número de horas, su cronotipo se establecerá dependiendo del momento en el que empiezan a dormir y en función de la segregación de la melatonina.
- Alondras (cronotipo matutino)
Se caracterizan por segregar rápidamente melatonina cuando no hay luz y, por tanto, son personas que tienden a acostarse pronto por las noches y madrugar sin ningún tipo de problema. Sus capacidades cognitivas se encuentran al máximo por la mañana. Un cuarto de la población se encuentra en este cronotipo.
- Búhos (cronotipo vespertino)
Son aquellas personas cuyo organismo comienza a producir melatonina varias horas después de desaparecer el estímulo lumínico, alrededor de unas 6 horas más tarde que las alondras. Por tanto, este grupo que suele corresponder a una de cada cuatro personas suele levantarse y acostarse más tarde que el resto de la población.
- Colibríes (cronotipo intermedio)
Se trata del grupo más numeroso de población (aproximadamente un 50%) y se caracterizan por ser eminentemente diurnos y por poder adaptarse a madrugar o trasnochar con cierta facilidad. Segrega la melatonina tres horas después que las alondras y tres horas antes que los búhos.
Cada uno de nosotros tenemos un cronotipo o un ritmo interno que nos hace sentirnos más cómodos trabajando por la mañana (alondras) o por la tarde noche (búhos), pero un estudio publicado por las universidades inglesas de Northwestern Medicine y Surrey estableció que los búhos resultan más vulnerables a problemas metabólicos o cardiovasculares, incrementando en un 10% las posibilidades de morir antes y presentando mayores índices de diabetes, trastornos psicológicos y trastornos neurológicos. Y la causa fundamental, según los investigadores, es la presión social.
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