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Está más que demostrado que un buen descanso es, junto a una alimentación equilibrada y la práctica regular de ejercicio físico, uno de los pilares fundamentales para tener mejor salud. El problema no es tanto la cantidad como la calidad.
Muchas mujeres no consiguen dormir las 7-8 horas recomendadas para un adulto. Según la National Sleep Foundation, los principales "obstáculos" o circunstancias que restan horas de sueño a las mujeres a lo largo de su vida son :
- Durante el embarazo, suelen descansar peor debido al exceso de peso y la posición del feto. Y posteriormente, por el cuidado del bebé.
- Al compartir cama, sufren interrupciones del sueño por los movimientos o ronquidos de la pareja.
- Las preocupaciones cotidianas, laborales o familiares, y el peso de las responsabilidades.
- Durante la menopausia, son habituales los trastornos del sueño debido a los cambios hormonales y los sofocos.
A estos factores hay que sumar el hecho de que las mujeres suelen tener un sueño más ligero y fácilmente perturbable que el de los hombres, según la American Academy of Sleep Medicine. Y que cuando se despiertan, tardan mucho más en volver a dormirse que ellos.
Infinidad de estudios han vinculado la falta de sueño con un mayor riesgo de sufrir obesidad, diabetes tipo 2, hipertensión y enfermedades cardiovasculares, entre otras. Y, según varios estudios, la mujer es la que sale peor parada.
- Durante un estudio de la Universidad de Loughborough afirmaron que las mujeres que duermen poco o mal sufren niveles más altos de estrés psicológico, así como alteraciones del estado anímico, como sentimientos de hostilidad, ira, ansiedad o incluso depresión. Trastornos que apenas apreciaron en los hombres que no descansaban lo suficiente.
- Investigadores de la Universidad Duke también demostraron que la falta de sueño incrementa más en las mujeres que en los hombres determinados biomarcadores asociados a un mayor riesgo de sufrir una cardiopatía o diabetes. Mediante análisis de sangre, detectaron niveles más altos de insulina, glucosa y dos proteínas inflamatorias en las mujeres que dormían poco o mal. Los expertos valoraron si el descanso era deficiente en función del número de horas que dormían los participantes en el estudio, las veces que se despertaban y el tiempo que tardaban en dormirse.
Aunque los investigadores insisten en que hacen falta más estudios, creen que las diferencias entre ambos sexos pueden deberse en parte a la distinta actividad de varias sustancias naturales del cuerpo, como el triptófano (un aminoácido), la serotonina (un neurotransmisor) y la melatonina (una neurohormona). Estas sustancias afectan al estado de ánimo, al sueño, la inflamación y la resistencia a la insulina.
PÓDCAST: La influencia de la alimentación en nuestro bienestar emocional
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