Opinión

Carta a Alberto Hernández (del plusmarquista de 400 de mi pueblo vasco… o ni eso)

Emotiva carta de Karel López a Alberto Hernández, periodista de la revista CORREDOR y una de las grandes voces del atletismo español.

Karel López

3 minutos

Karel López, Alberto Hernández, Nacho Barranco, Tomás Campos y Álex Calabuig en Birmingham 2018

Querido Alberto,

Escribo estas líneas siendo consciente de que me avergonzaré cuando dentro de unas semanas las puedas leer y recuerdes con una sonrisa (y sin dejar de hablar, como siempre) cómo venciste al virus, cómo el bicho este no pudo con un tiarrón que parecía del Norte pero que era madrileño (casi pero no). ¡Me llamarás y me dirás algo así como que soy un flojo! Y yo espero ese momento en el que mi móvil comience a sonar…

Estoy convencido de que muy pronto tu vida volverá a ser ‘normal’ (¿Normal? Sí, pero entre comillas, eh). Dejarás atrás esta mala experiencia y seguirás disfrutando mientras narras, mientras te lo pasas en grande (y nos lo haces pasar) contando cómo esos curiosos seres llamados atletas corren, saltan, lanzan o marchan. Incluso tal vez te animes tú mismo a volver a ponerte fino y a patear.

Es triste que lo diga, pero creo que podría contar con los dedos de mis dos manos las veces que hemos coincidido en persona (malditas distancias). De vez en cuando me pegabas un toque para encargarme algún textillo para la revista CORREDOR. ¡Ah! Y también sales en mi libro sobre Ruth Beitia. Como diría mi abuela, bien simpático que estás en la foto. Ahora en serio: tienes algo especial que ha hecho que te considere un gran amigo. Ayer me dijeron que llevabas unos días jodido y me llevé un buen disgusto.

Del “¿quién tiene el récord vasco sub-20 de 50 kilómetros marcha?” pasabas, sin previo aviso, a preguntarme a ver quién había batido la plusmarca de Oñati de martillo

Diría que nos conocimos personalmente en 2017. Como no podía ser de otra manera, una pista de atletismo tuvo la culpa. Fue en el Mundial de atletismo de Londres: gradas llenas, despedida de Usain Bolt, un Mo Farah imperial… Allí conociste también a Nuria, la chica de mis sueños y por la que siempre me preguntas. Por cierto, nos casamos en unos meses, por si te animas. Para ti pedimos un chuletón si hace falta. Y sidra, que no falte la sidra.

En Londres me vacilabas y ponías a prueba mis conocimientos sobre el atletismo guipuzcoano/vasco. Del “¿quién tiene el récord vasco sub-20 de 50 kilómetros marcha?” pasabas, sin previo aviso, a preguntarme a ver quién había batido la plusmarca de Oñati de martillo. A mi favor he de decir que un 50% por lo menos ya acertaba… (bueno, igual me he venido arriba). Pero esas tomaduras de pelo, todo hay que decirlo, se volvieron en tu contra cuando comencé a reírme de ti cada vez que no eras capaz de pronunciar en una narración en directo un apellido vasco (es Arreitunandia, Alberto. Y no como tú lo decías, que yo creo que lo hacías hasta más complicado). Por cierto, tal vez yo sea el plusmarquista de 400 de Astigarraga, mi pueblo. Quién sabe… Por si me lo quieres preguntar.

Últimamente me llamabas bastantes veces para que te contara curiosidades sobre los atletas de mi tierra de cara a los streamings en los que ponías la voz. Eso sí, al final acabábamos buenos ratos al teléfono y eras tú el que me contabas diferentes chascarrillos. Te tomas en serio tu curro y eso es la leche. “¡Qué bien lo hace Alberto!”, me decía siempre Nuria. “Que lo fichen para televisión Española”.

Hace cosa de un mes te ibas a venir a casa. Seguro que acabaríamos hablando de aquel Mundial. O de la Behobia. O de atletismo en general.

En 2018, en el Mundial indoor de Birmingham (ese que siempre recordaremos por la descalificación de Óscar Husillos), compartimos hasta piso. Tú, Álex Calabuig, Nacho Barranco y yo mano a mano. Dos madrileños, un soriano, un vasco… ¿Da para chiste? ¡Vaya nevadas las de Birmingham! Nacho y Álex salían a correr. Y eso que había más de medio metro de nieve. Tú y yo va a ser que no… Y eso que estabas a tope con la quinoa. Diría que ni pintas tomabas. Qué buenos recuerdos, la verdad.

Hace cosa de un mes te ibas a venir a casa. Seguro que acabaríamos hablando de aquel Mundial. O de la Behobia. O de atletismo en general. Ibas a venir por un viaje de curro a Donostia que pretendías alargar un día para visitarnos. ¡Hasta tenías el vuelo ya pillado y el sofá cama de mi nueva casa reservado! “Te lo voy a reventar”, me dijiste. “Es de los buenos. O eso creo”, te respondí. Los planes cambiaron (cosas del curro) y la visita quedó pospuesta hasta nuevo aviso, seguramente durante el mes de marzo. Tengo pendiente, por tanto, a ti que también eres futbolero, enseñarte el Reale Arena, la casa de la Real Sociedad. Te hacía ilusión. El Wanda también mola, pero este más.

El domingo, que ya debías estar un poco jodido, cuando viste que Eneko Carrascal superaba por primera vez los 16 metros en el Campeonato de España, me escribiste para recordarme que yo siempre te decía que llevaba tiempo que se le resistía esa barrera. Yo volvía conduciendo de Madrid y te respondí tarde. Me da que ya estabas camino al hospital…

Y acabo con esto: ánimo, Alberto. Te queremos cerca. Esto es solo un obstáculo con una ría muy profunda que no quiere que batas el récord mundial. El sofá cama de mi casa te espera.

Periodistas y artistas que sueñan con ser Usain Bolt.

 

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