Consuelo Alonso: el ejemplo es la mejor lección

Hablamos con Consuelo Alonso, una de las grandes pioneras del atletismo en España.

Aurora Pérez

La atleta Consuelo Alonso | Bárbara Sánchez Palomero
La atleta Consuelo Alonso | Bárbara Sánchez Palomero

La conozco desde hace tanto tiempo que apenas necesito hablar con ella para hacer una semblanza de su persona o saber sus respuestas. De hecho fue de las primeras atletas a las que yo intentaba seguir cuando mis zancadas eran incipientes pero mi ilusión, motivación y pasión ya campaban a sus anchas. Al parecer, según me recuerda, más tarde la ayudé marcándole el ritmo en una carrera de 3.000 m, distancia corta para ella, volcada como estaba en los kilómetros para el Maratón Popular de Madrid que ganaría en el 86.

Fue la primera campeona de España de 1.500 m (1969), venciendo también en la segunda edición del Campeonato de España de maratón (1982), volviendo a ganar en el 83 y 84. Madre de dos hijos que han vivido también el deporte, destacando uno en baloncesto y otro en natación y patinaje sobre hielo, pero juntándose con su madre a la hora de participar en alguna competición de triatlón.

Con los años disminuye la fuerza, la agilidad, la recuperación es más lenta, apenas se levantan los pies del suelo, tropiezas con todo".

Esposa, viuda actualmente, siendo siempre su marido un gran apoyo, al que le debe todo, según sus propias palabras. Mujer, madre y esposa, tres facetas aderezadas con un nexo de unión: el deporte. Y además trabajadora, en oficinas hasta el 89, año en que aprueba unas oposiciones para el Ayuntamiento de Madrid, donde permanecerá hasta su jubilación en 2013.

Metódica, disciplinada y constante, la hoja de servicios de Consuelo Alonso (Sopeña de Carneros, 9 de noviembre de 1948) apenas tiene una coma, y menos aún un punto y aparte, pues está llena de forma densa e impoluta por mil momentos deportivos que son testimonio de fe de una persona, una atleta ante todo, que no puede contemplar estar parada y no rellenar su vida de números, ya sean kilómetros, horas, minutos o segundos: todo lo que abarca su dedicación al maratón (horas y kilómetros), al medio fondo (minutos) y actualmente incluso a la velocidad (segundos), sin olvidarnos de las brazadas y los giros de rueda de la bicicleta en sus incursiones en el duatlón y el triatlón. Impensable ha sido siempre para ella dejar de lado, aun cuando los años van pasando y pesando, esa afición que empezó con 16 años en León. Tras un breve paréntesis de dos años en Colombia, vuelve a los 20 a su tierra, retoma el atletismo y en el 71 recala en Madrid, su nueva tierra, fichada por el club Vallehermoso. Como anécdota curiosa, ese mismo año empieza a celebrarse en Madrid la Fiesta de la Almudena, el 9 de noviembre, casualmente el día del cumpleaños de Chelo, una buena bienvenida y acogida para ella, que se asienta pues en esta ciudad, que abandona a la hora de competir o visitar a sus nietos en Suiza.

Y sí, los años pasan y pesan, y Chelo nota que “disminuye la fuerza, la agilidad, la recuperación es más lenta, apenas se levantan los pies del suelo, tropiezas con todo", pero sin embargo, con el deporte, “los dolores físicos y psíquicos se llevan mejor"; eso dice quien lejos de arrepentirse de nada, “creo que siempre he hecho lo que en cada momento he creído", no se atreve a dar lecciones ni consejos respecto a la práctica del deporte porque “no creo estar capacitada para dar consejos, a mí me ha venido muy bien, soy feliz practicándolo y me gusta la competición". Sencillamente y sinceramente así es Chelo. Y es que a veces, o quizá siempre, vale más una imagen y un ejemplo que todas las palabras y recomendaciones juntas.

¿Acaso alguien con 55 años de práctica deportiva a sus espaldas, en aquellos años en que una mujer corredora era una rara avis no puede darnos lecciones?

71 años dan para mucho y aunque su verdadera pasión es el atletismo ha testado las mieles del éxito asimismo en el duatlón y el triatlón. Siempre abierta a todo lo que sea actividad deportiva probó ambos deportes, tras una operación que le impidió en ese momento seguir corriendo, quedando incorporada la bici a sus rutinas de forma complementaria a sus carreras, tanto en entrenamientos como en competición, hasta el punto de ser campeona de Europa y del mundo de duatlón en su grupo de edad. Pero los orígenes mandan y quedan en nuestro interior, por eso ella ha vuelto a competir en el atletismo que tanto ama como atleta máster una vez que ha visto que ya no se lesiona tanto.

Ahora juega con las distancias y superficies, así podemos encontrar sus zancadas en la ruta, el cross y, sobre todo en la pista, su superficie preferida, la de sus inicios, la que la conquistó hace ahora 55 años. No vio fácil el “sueño olímpico", pero eso no le quitó el “sueño terrenal" de seguir corriendo, de hacer deporte salud, mental y física. Y a eso se presta ahora con una vida sencilla, ordenada y completa en la que tienen cabida sus estudios de francés, “creo que he perdido el tren, no me entero de nada", las llamadas de sus hijos, quedar con sus amigos y… su deporte. ¿Pionera? ¿Acaso alguien con 55 años de práctica deportiva a sus espaldas, en aquellos años en que una mujer corredora era una rara avis no puede darnos lecciones? Ella no lo cree, pero los que podemos glosar su figura, dar a conocer su vida y acercarla a los y las actuales atletas que pueden promocionarse desde las redes sociales y los innumerables medios con los que hoy contamos, tenemos el deber de hacerlo. Mujer… ¿pionera? A la vista de este texto vosotros diréis.