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El atletismo español desempeñó un papel muy interesante durante los pasados Juegos Olímpicos de Tokio. Ha dado motivos de sobra para que seamos optimistas. Los atletas jóvenes vienen pisando muy fuerte y eso se notará en próximas competiciones. Durante y tras los Juegos hemos leído y escuchado muchas opiniones, valoraciones y análisis. Ahora lo hacemos de la mano de José Peiró Guixot, seleccionador nacional de atletismo.
Había muchas ganas de Tokio 2020. ¿De qué hay ganas ahora?
Ya estamos con ganas de afrontar todos los retos que aún nos restan esta temporada y, por supuesto, pensando ya en el próximo ciclo olímpico hasta París 2024, con todo lo que ello supone y con todas las importantísimas competiciones internacionales que tenemos por el camino.
¿En qué se piensa cuando la competición deportiva más importante del mundo ha bajado su telón hace sólo unos días?
En lo que se refiere a los JJOO, en primer lugar, en hacer balance de lo logrado, primero valorando los logros, pero, sobre todo, pensando en cómo mejorar las prestaciones del equipo nacional en este siguiente ciclo olímpico, que será más corto de lo habitual, hasta llegar a París.
No debe de haber sido fácil sacar los Juegos Olímpicos adelante. ¿Cómo los has visto, vivido, tú, tanto dentro del estadio olímpico como en la villa y en Tokio en general?
Sin duda, han sido unos Juegos diferentes por la situación que estamos viviendo. En la Villa, además de los habituales controles de seguridad propios de una competición como ésta, se han implementado todas las medidas referentes a la seguridad COVID, con controles diarios de saliva, tomas continuas de temperatura, distancias de seguridad… Aunque quizás, donde más se ha notado ha sido en el estadio, un estadio enorme y precioso, pero en el que faltaba algo muy importante, el público, que habría supuesto la guinda a lo que, a mi parecer, ha sido una competición de un nivel deportivo altísimo, como corresponde sin duda a la magnitud de unos Juegos.
Está claro que habéis llegado "entrenados" en cuanto a medidas a adoptar (mascarillas, tests, distancia ...), pero ¿crees que todo ello supone un estrés añadido a lo que la propia competición conlleva para los atletas?
Sin duda, todo el trabajo previo que se ha llevado a cabo desde la RFEA durante el periodo que hemos vivido ha hecho que los atletas ya llegaran con un cierto “entrenamiento” al respecto. Salvo los primeros días en la Villa, que fueron un poco de aprendizaje, de cómo preparar los tests, tomas de temperatura, la famosa aplicación OCHA y demás aspectos, creo que nuestros deportistas lo han llevado bien y apenas hemos tenido incidencias al respecto.
¿Has visto detalles o "cosas" que te han llamado especialmente la atención?
Sin duda, todo lo que rodea a una competición como los Juegos siempre supone un añadido en ese aspecto. En especial me ha llamado la atención la convivencia de todos los deportistas de diferentes deportes, los continuos ánimos y felicitaciones entre ellos, el apoyo constante ante los resultados menos buenos… Es una competición muy diferente, sin duda.
Durante los JJOO y tras ellos se suele hablar mucho, no sé si demasiado, de medallas, diplomas olímpicos, etc. ¿Crees que está bien entendido, enfocado, mostrado, el tema? Me explico, los medios de comunicación y los diferentes estamentos (deportivos, gubernamentales, etc.)... ¿Saben gestionar el tema de la medallitis? ¿Se sabe dar el mensaje de forma correcta?
El tema de las medallas es siempre un asunto recurrente, pero creo que por encima de las mismas está el rendimiento individual de cada deportista y, por ende, el rendimiento global del equipo nacional. Sinceramente, pienso que cada vez se sabe valorar más la actuación de los deportistas de una forma más global por parte de todos los medios y estamentos.
Hablando de medallas, me gustaría pedirte que hagas una valoración general de la actuación de la selección española de atletismo en Tokio.
A nivel global, mi valoración es positiva, podría situarla en un notable alto en general. Creo que el hecho de tener un equipo con mezcla de atletas con una cierta veteranía y otros muchos jóvenes que han rendido de una manera excepcional nos debe hacer ser optimistas de cara al futuro. Eso sí, sin duda tenemos margen de mejora y ahí es donde debemos centrarnos desde ya, en analizar y reforzar lo bueno y buscar las estrategias para mejorar más en lo menos bueno, que, lógicamente, de todo hemos tenido. Todo ello debe pasar sin duda por el trabajo y la exigencia, de ahí deben partir nuestras mejoras en el futuro.
Creo que el hecho de tener un equipo con mezcla de atletas con una cierta veteranía y otros muchos jóvenes que han rendido de una manera excepcional nos debe hacer ser optimistas de cara al futuro.
De lo general a lo particular:
● Velocidad-vallas: Es un sector donde hemos alternado excelentes resultados con algunas actuaciones que han estado por debajo de la valía real de nuestros atletas. Sin duda, amén de las actuaciones destacadas de algunos de nuestros atletas, hemos tenido el infortunio en forma de lesión de última hora de Orlando Ortega, que, aunque puso todo de su parte para poder competir, finalmente no pudo ser. Tenemos gente joven en este sector que puede darnos grandes alegrías en sucesivas competiciones internacionales.
● Mediofondo: Globalmente han conseguido unos muy buenos resultados, aunque con alguna pequeña decepción en cuanto a las expectativas, de las que, sin duda, los primeros decepcionados fueron los propios atletas. Eso sí, ha habido un altísimo nivel de entrega y competitividad en general, al igual que en el resto de sectores.
● Fondo: Estupendas actuaciones, con algún infortunio en forma de lesión de última hora, pero creo que el sector ha respondido a las expectativas creadas y su nivel ha sido globalmente muy alto. Al igual que en otros sectores, alternamos atletas ya experimentados con otros más jóvenes que, sin duda, darán que hablar de aquí a París.
● Saltos: Por la parte positiva, excelentes resultados en global, con el infortunio nuevamente en forma de lesión en algún caso puntual. Por buscarle un pero, tenemos pruebas claramente a reforzar en este sector, donde hemos de redoblar esfuerzos para aumentar nuestro “fondo de armario” y elevar el número de atletas en disposición de representar con garantías al equipo nacional.
● Lanzamientos: Sin duda, las predicciones en este sector pasaban por unos resultados algo más positivos en global. Hemos tenido algunas actuaciones positivas, pero los propios atletas son los primeros en autoexigirse unas mejores prestaciones. Al igual que en saltos, hemos de trabajar duro para conseguir elevar el nivel en algunas especialidades.
- Marcha: En global, los resultados han sido absolutamente estupendos. Amén de haber podido tener algo más de fortuna en algunos casos, creo que el sector ha vuelto a situarse en el nivel que le corresponde. Ahora sólo nos falta seguir en la brecha para dar ese pasito más que nos falta. Sin duda, tenemos un presente y futuro asegurado en el sector.

Centrándonos en las actuaciones con más margen de mejora. ¿Qué ha podido fallar y de qué forma se podría solucionar de cara a próximas competiciones internacionales?
Sinceramente, creo que se ha acertado en la preparación dadas las circunstancias que nos rodean. Sin duda, el trabajo de los atletas y sus entrenadores ha dado sus frutos y, en líneas generales, hay que calificarla de excelente. En cuanto a cómo podemos mejorar de cara a próximas citas, sin duda hemos de realizar un análisis profundo de lo acontecido, sector a sector, prueba a prueba, atleta a atleta, y, a partir de ahí no queda otra que trabajo, trabajo y trabajo. Ello será lo que nos dé las mejores condiciones para seguir progresando como lo estamos haciendo en los últimos años. No podemos pecar de conformistas y hemos de analizar todos los aspectos, potenciando aquellos que están dando resultados y reforzando todo lo que podamos aquellos en lo que nos falta dar uno o varios pasos más de cara a obtener la excelencia, que podremos o no lograr, pero que hemos de perseguir.
Cuando toca afrontar competiciones en lugares muy lejanos, con cambio horario muy acusado, como ha sido el caso.... independientemente de cómo lo haga cada atleta, ¿de qué forma la RFEA trata de conseguir que los atletas españoles lleguen en las mejores condiciones?
Ha sido un trabajo conjunto de los distintos estamentos de la RFEA, desde los servicios médicos hasta cada uno de los atletas, pasando por sus entrenadores personales, los coordinadores de sector, la oficina, las distintas áreas de la RFEA… Todos han aportado su granito de arena para que las condiciones en que llegaran los atletas fueran las idóneas y creo que, como he dicho antes, nuestros atletas han llegado a Tokyo en muy buenas condiciones para afrontar la competición. Como en todos los aspectos que rodean a una competición, siempre hay aspectos mejorables, pero ese es el trabajo que nos toca afrontar desde la RFEA desde el mismo día que pusimos pie a tierra en España.
¿Cree que los atletas de Tokio se han adaptado bien al horario, clima, largo viaje? ¿Se podría haber hecho una adaptación más prolongada antes del inicio de la competición?
No era sencillo realizar una adaptación mucho más distinta a la realizada, dado que había aspectos que nos venían impuestos por la normativa en cuanto a los días de entrada en la Villa, cuándo se podía empezar a entrenar en Tokio, los pros y contras de realizar una preparación previa en algún lugar cercano a Tokio… Creo que se ha acertado en líneas generales con la preparación, y la aclimatación ha sido suficiente, como demuestran los resultados obtenidos por los atletas, pero es un aspecto más sobre el que realizar un análisis y ver los márgenes de mejora de cara a futuras competiciones de estas características.
Cuéntanos cuáles son las funciones de un seleccionador nacional de atletismo a lo largo de toda una temporada.
Muchas y variadas, pero que se resumen en hacer todo lo posible para elevar el rendimiento deportivo del equipo nacional, siempre en busca de la excelencia. Desde mi llegada al cargo ya anuncié que vestir la camiseta de la selección nacional de la RFEA no era cualquier cosa. Creo que lo estamos consiguiendo entre todos y, a nivel particular, también debo realizar un profundo análisis y reflexión para tratar de mejorar en mis funciones para seguir impulsando esa idea de exigencia que entiendo debe rodear a un equipo nacional como el de nuestro deporte.
¿Hay alguna faceta que consideres más complicada que otras?
No lo creo, todas son de una exigencia muy alta. Quizá tener el acierto de poner la línea entre lo suficientemente válido o no para pertenecer al equipo nacional, pero más por la repercusión que tiene de forma directa en los atletas y entrenadores que pueden sentirse perjudicados o agraviados. Hay que entender también al atleta que, por una causa u otra, no forma parte de la selección definitiva para un campeonato. Siempre va a tener su visión del porqué sí debería forma parte de la misma y, probablemente, no le falten argumentos válidos para ello, pero en estos momentos me toca a mí realizar esas valoraciones que debo hacer siempre pensando en lo mejor para el equipo nacional de la RFEA.
En el atletismo suele haber criterios técnicos, objetivos, que facilitan la confección de los diferentes equipos que representarán a España en diferentes competiciones internacionales. Sin embargo, hay veces en que las decisiones por "cuestiones técnicas" no gustan a algunos atletas. ¿Te has visto en muchas ocasiones en tesituras así? ¿Qué te pasa por la cabeza?
Sí, por supuesto que ha pasado y seguirá pasando. Como he dicho antes, cada atleta tiene razones válidas para pensar que debe ser el seleccionado. Es humano, lógico y comprensible que piensen así, pero alguien ha de valorar la globalidad y decidir ... y en estos momentos me toca a mí hacerlo. En cuanto a las cuestiones técnicas a las que te refieres, pues mira, para mí sería tremendamente sencillo decir que a la competición internacional de referencia acudirán los “x” mejores clasificados en una competición completando así las plazas disponibles, como hacen otros países, tipo trials, pero “me complico la vida” en beneficio del equipo nacional y en defensa de los intereses de los atletas. Para mí, la toma de decisiones para pertenecer al equipo nacional español es algo mucho más complejo que lo que ocurre en un campeonato de España, por ejemplo. Tiene más que ver con la evolución de un atleta, su trayectoria durante las semanas previas a realizar una selección y, sobre todo, con el histórico de actuaciones de cada atleta cuando ha representado a la selección española. Los atletas saben que ese es para mí el aspecto determinante, porque me lo han oído decir en cada reunión del equipo nacional previa a cada campeonato, en cada concentración a la que he podido acudir. Ahora, tras Tokio por ejemplo, hay atletas que han aumentado enormemente ese “crédito” de actuaciones con el equipo nacional de cara al futuro, otros lo han refrendado… y otros lo han disminuido, pero no puede ni debe ser de otra manera. Aquellos atletas que continuamente no dan su nivel cuando representan al equipo nacional van perdiendo crédito y con ello posibilidades. Esto no va sólo de conseguir la mínima o los puntos, va más de rendimiento con el equipo nacional, de competitividad, de esfuerzo…
Para mí sería tremendamente sencillo decir que a la competición internacional de referencia acudirán los “x” mejores clasificados en una competición completando así las plazas disponibles, como hacen otros países, tipo trials, pero “me complico la vida” en beneficio del equipo nacional y en defensa de los intereses de los atletas.
Como seleccionador nacional, debes estar pendiente de todas las pruebas del calendario nacional e internacional. Luego, cada atleta, con su entrenador, traza las líneas a seguir en su programación y planificación. ¿Puede tener algo que decir la RFEA en el caso de algunos atletas a la hora de decidir a qué competiciones se asiste y a cuáles no?
Salvo para los campeonatos nacionales y para las competiciones en las que puede o no participar un atleta tras la publicación de la selección para un campeonato, la RFEA no impone en ningún momento ningún criterio. En todo caso, colabora en la toma de decisiones de los atletas o sus entrenadores cuando nos consultan. Sí es cierto que en alguna ocasión consulto con los atletas o entrenadores por ver alguna cosa que pueda sorprenderme o cuadrarme menos, pero siempre como una simple consulta y con el mayor de los respetos hacia sus decisiones, como no puede ser de otra forma. En ese sentido, en mi opinión, debemos poner en valor el enorme esfuerzo que se realiza por parte de la RFEA y también de las Federaciones autonómicas, clubes, etc. en la organización de mítines y pruebas del calendario internacional y nacional. Creo que a veces, con condiciones muy similares se da prioridad a este tipo de competiciones en el extranjero, perdiendo la oportunidad no sólo de competir en nuestras propias competiciones, sino también de dar un impulso a nuestro propio producto.
¿De qué manera trabaja la RFEA con los entrenadores de los atletas?
De diversas maneras, de entre las que directamente por mi cargo podría destacar el contacto periódico con ellos, bien directamente o a través de los distintos coordinadores de sector, para realizar el seguimiento de los atletas y detectar posibles problemas o carencias y tratar de ayudar dentro de nuestras posibilidades.
Además, sinceramente, pienso que en los últimos años se ha aumentado mucho la partida presupuestaria dirigida a este sector, básico para la formación y desarrollo de los atletas. Además de las prestaciones económicas directas a los mismos también se han establecido líneas de ayudas dirigidas, entre otras cosas, a la formación, que si bien van siendo aprovechadas por el estamento, aún debemos tratar de exprimirlas con el objetivo de la mejora continua de los técnicos. Aquel entrenador que piense que ya lo sabe todo, a mi entender, se equivoca profundamente. La actualización de conocimientos debe ser la base para el crecimiento de nuestros entrenadores y para ello la RFEA ha promovido estos planes de formación y de ayuda a la misma.
El atletismo español de alto nivel o rendimiento está formado por diversos núcleos de entrenamiento: los diferentes centros de alto rendimiento y/o tecnificación y los numerosos grupos de entrenamiento diseminados por toda la geografía nacional. ¿Podría o debería la RFEA, o quien tenga la competencia, ayudar más y mejor a los atletas y entrenadores que no están bajo el paraguas de los CARDs?
La universalidad de nuestro deporte hace que la situación sea aproximadamente como describes. Por supuesto que se debe tratar de mejorar la cantidad y calidad de los servicios y ayudas que se prestan a técnicos y atletas, es nuestra obligación y para ello se trabaja, pero, bajo mi punto de vista, y he pasado por distintos estamentos de los que te voy a nombrar a continuación, pensar que debe ser la RFEA la única responsable de ello es un error. Los atletas compiten representando al equipo nacional en un número limitado de ellos y un número de veces determinado a lo largo de una temporada y, como fundamento, la RFEA debe ayudar al desarrollo del equipo nacional, así lo hace y para ello se han articulado diversos sistemas de ayudas para atletas, entrenadores… Pero, a lo largo de esa misma temporada, un atleta compite representando a su club, a su Federación Autonómica, a su marca, a su patrocinador, a su Comunidad Autónoma, trabaja con su representante para participar en mítines y otro tipo de eventos… y durante todas esas actuaciones, su entrenador, su fisioterapeuta, su médico, su equipo en general, sigue siendo el mismo. Quizá, el camino hacia el reconocimiento de todo tipo al binomio atleta-entrenador deba venir por las aportaciones de cada una de esas partes, entre las cuales, por supuesto, debe encontrarse también la RFEA, como es su obligación y objetivo fundamental, pero centrarlo todo en ella… los recursos son finitos y a veces es fácil decir que hay que invertir más en una parte, pero más difícil indicar de dónde se debe quitar esa parte para invertirla en la primera.
Se han publicado datos comparativos sobre lo que invierten países de nuestro entorno, o de similares características demográficas, en el deporte olímpico. ¿Consideras suficiente la aportación económica de las diferentes instituciones a los deportes olímpicos?
Siempre son de agradecer las aportaciones públicas en el deporte, faltaría más, sobre todo si ponemos en valor que el deporte es una parte muy importante de nuestra sociedad, pero ni es la principal ni la única. A partir de ahí, la respuesta es no, no es suficiente ni lo será nunca. Son tantos los proyectos, actividades, investigaciones, etc. que precisan de aportaciones económicas para su desarrollo que los recursos necesarios serían tendientes a infinitos. Esperemos que en el futuro puedan ir aumentando esas aportaciones tan necesarias para seguir progresando en el mundo del deporte.
¿Crees que ese es el modelo acertado o se debería tender más a la aportación privada directa o indirecta a los deportistas, clubes, comités olímpicos o federaciones?
Toda piedra hace pared y, por lo tanto, me reitero en lo dicho anteriormente en el caso de las ayudas a atletas y entrenadores. Si podemos sumar ¿por qué vamos a centrar el tiro en una sola dirección?. En mi opinión, una legislación más favorable hacia el mundo del deporte haría aumentar las aportaciones al mismo desde el sector privado y, aunque entiendo que es complicado, creo que es factible.
Pensemos ahora de forma global. ¿Cuál es la salud, la situación actual real del atletismo español, tanto en la categoría absoluta como en las menores? Estos últimos vienen que lo petan...
Creo que el estado de salud de nuestro deporte es bueno, muy bueno. Desde hace unos años hemos trabajado para aumentar el nivel de competitividad en todas las especialidades de nuestro deporte y de forma progresiva en todos los tramos de edad o categorías. Para conseguirlo sólo hay un camino, que es el de la exigencia y creo que estamos en la buena dirección. Un nivel de exigencia medio puede hacer, en ocasiones, que tanto los deportistas como su entorno se acomoden a ese nivel medio también de rendimiento competitivo. Aunque al principio me encontré con algunas reticencias por parte de diversos estamentos, creo sinceramente que hemos logrado darle la vuelta a esa situación y ya se empieza a asimilar por parte de casi todos que ese nivel de exigencia está teniendo un claro reflejo en el nivel competitivo que los atletas muestran en cada una de las competiciones internacionales en las que participan.
En este momento podríamos decir que nuestro atletismo “progresa adecuadamente”, al tiempo que aún “necesita mejorar”. Debemos asentar lo mejorado hasta ahora y, al mismo tiempo, terminar de elevar ese nivel de exigencia en algunas especialidades o sectores de nuestro deporte.
Lo que creo que está fuera de cualquier duda es que se ha conseguido elevar notablemente lo que podríamos denominar la “actitud competitiva”, desterrando del vocabulario de nuestros atletas palabras como conformismo, participación o toma de experiencia (que puntualmente pueden ser también válidas como parte del proceso), para sustituirlas por lucha, superación, rebeldía o desparpajo. Sinceramente, creo que esa es la línea a seguir en el futuro…
