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No hay dolor si en juego está la cita polideportiva por excelencia, el momento soñado para cualquier atleta. Y si lo hay, se olvida por unos instantes para disfrutar de la experiencia y pelear. Odei Jainaga lleva sufriendo durante gran parte de la temporada, saltando al sintético acompañado por su jabalina con un fuerte dolor en su hombro derecho, persiguiendo el sueño olímpico hasta el final… ¡Y alcanzándolo! Ya está en Tokio y quiere demostrarle al mundo quién es. Quiere demostrarle a todo el planeta de qué pasta están hechos los vascos.
El jabalinista guipuzcoano de la Real Sociedad tiene, además, la caña preparada. Será su estreno olímpico. Y estar en la final no es imposible. Con lanzar 83,50 metros en la calificación que se disputará durante la madrugada del martes al miércoles en España le bastaría para colarse en la ronda definitiva. Y este año ha clavado el dardo en 84,80... Estos Juegos, vistos desde una visión optimista como la suya -una de sus fortalezas junto a la tremenda competitividad que demuestra-, “serán un calentamiento para los de París 2024”, a los que espera llegar “más preparado, ojalá sin problemas físicos y lanzando más. Estos van a ser raros sin público…”.
Al atleta txuri-urdin le encanta pescar. Y, aunque los Juegos Olímpicos vayan a ser para él la competición más importante disputada hasta la fecha -y por la que lleva meses y meses de sacrificio-, lanzar la caña y tratar de capturar el mejor resultado posible es el objetivo. Tiene el anzuelo preparado porque es consciente de que, en la vida -y más en el deporte- no hay que dejar pasar ninguna oportunidad. Como dice siempre cuando es preguntado por cuál es su objetivo, “lanzar lo más lejos posible” es lo que tratará de hacer en la capital nipona. Llega tras una campaña en la que, a pesar de no haber podido entrenarse al cien por cien, ha logrado batir nuevamente el récord de España y se ha proclamado campeón de España por segunda vez consecutiva.
La final, a tiro
¿Soñar con la final? Quién sabe. Lo que está claro es que rondar los 85 metros -de lo que Jainaga es muy capaz- es factible para el atleta vasco. El alemán Johannes Vetter volverá a buscar el récord mundial de Jan Železný (98,48 metros en 1996). Por el segundo y tercer cajón del podio la lucha estará muy abierta. Solo Vetter (96,29) ha pasado de los 90 metros este año. Y para que se hagan una idea, Jainaga, con sus 84,80, está a menos de dos metros del sexto que más ha lanzado en 2021.
Fue en mayo, en Polonia, en un Europeo de selecciones en el que acabó tercero y en el que se quedó a solo 20 centímetros de la mínima directa para Tokio. Ni el tamaño de una zapatilla hizo que haya tenido que seguir lanzando el dardo hasta el último instante para entrar por ránking -una suma de puntuaciones de las cinco mejores competiciones- y poder ser olímpico. Y esto a pesar de contar con la decimoquinta mejor marca mundial del año.
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“A ver cómo estoy el día de la competición. Entrenando, desde luego, no estoy lanzando. Llevo así ya meses para evitar más problemas en el hombro. Pero en estas condiciones he tirado más de 80. Ahora al menos, estoy metiendo gimnasio y manteniendo la forma”, confiesa el pupilo de José Antonio García Feijoo. Tiene 23 años y un talento descomunal.
Uno de los principales motivos por los que no llega nervioso a Japón y por lo que está siendo capaz de no pensar en todo momento en su maltrecho hombro, ese con el que hace volar la jabalina, es la calma que encuentra gracias a la pesca. "Es relajante. Me ayuda a desconectar”. Un buen resultado es lo que quiere pescar en los Juegos. Aunque, de momento, lo que ya tiene es una gran colección de pins olímpicos que ha ido consiguiendo en la Villa. Sus directos de Instagram para conocer la Villa son imperdibles.