¿Cómo cambia mi ritmo de carrera?

El ritmo durante una carrera depende de varios factores. A continuación, diez claves para los amantes del running

Equipo C

El running: los ritmos de carrera
El running: los ritmos de carrera

El ritmo de carrera no es algo estándar y está supeditado a diversos condicionantes entre los que destacamos diez:

La fatiga

Cuando estamos cansados percibimos que llevamos un ritmo más alto que el real.

Grado del entrenamiento de running

Los corredores más entrenados además de poderse mover a velocidades más elevadas durante más tiempo, tienen un sentido del ritmo muy perfeccionado, sabiendo en cada momento la velocidad que llevan sin necesidad de consultar un GPS.

Hora del día a la que se practica running

A primera hora de la mañana para los corredores nocturnos y a última hora de la noche para los corredores matutinos, se alteran los patrones normales de ritmo de carrera, disminuyendo la frecuencia, con la consiguiente reducción de velocidad.

Motivación

Cuando tenemos más ilusión por entrenar se focaliza más la atención en lo que estamos haciendo, posibilitando que los ritmos sean más conscientes y adecuados a lo que realmente nos conviene.

Fuerza muscular

Una musculatura fuerte y potente hará que nuestra amplitud de zancada aumente y por tanto la velocidad final también se verá beneficiada. A esto hay que añadir que si hacemos un adecuado trabajo de fuerza, nuestra fatiga muscular en todo tipo de pruebas será menor y con ello el ritmo de carrera sufrirá una menor variación.

Experiencia en el running

Cuantos más años llevemos corriendo, mayores conocimientos tendremos sobre nuestro ritmo de carrera, pudiendo conseguir con menos entrenamiento velocidades similares a la de corredores más novatos que entrenan más.

Correr acompañado

Salir con otros corredores hace que nos amoldemos al ritmo que lleva la mayoría, pudiendo ser mayor o menor al que nosotros llevaríamos si fuéramos solos. Esto estaría muy aconsejado para rodajes largos ya que cada cual debe llevar el ritmo óptimo que le corresponde sin sufrir agobios de falta o exceso de velocidad.

Viento

Correr con el viento de espaldas hace sentir que llevamos un ritmo alto sin fatiga aparente, y al girar y tener el viento de frente experimentamos todo lo contrario. Esto deberá ser tenido en cuenta ya que por cada 20 km por hora que se incremente el aire en contra deberemos reducir el ritmo de carrea en aproximadamente un minuto por kilómetro.

Desnivel

No hace falta decir que correr cuesta abajo aumenta la velocidad sustancialmente y que correr hacia arriba la disminuye, pero hay que tener en cuenta los desniveles exagerados pueden hacer que correr cuesta abajo sea más lento que hacerlo en llano.

Superficie del terreno

Correr por superficies como el asfalto aumenta nuestro ritmo de carrera, sobre todo en series de velocidad (no tanto en los rodajes), debido una mayor tracción y aprovechamiento de los impulsos.