El entrenamiento cruzado y la recuperación pueden ser una larga caminata enérgica por tu lugar favorito, desde el parque a un circuito urbano, lo que más te apetezca. No subestimes el poder de un buen paseo, y no solo como un descanso a mitad de entrenamiento o entre series. Caminar con una buena postura, sin correr, permite fortalecer tus pies, rodillas y caderas.
Las caminatas largas y enérgicas pueden ayudarte a aumentar tu resistencia y a oxigenar tus músculos y articulaciones.
¿Cómo añadir caminatas a tu rutina?
- Tómatelo en serio
Es una parte de tu entrenamiento, no salgas a caminar en malas condiciones (después de comer por ejemplo) o sin una buena equipación. Vístete como si fueras a salir a correr, con tus zapatillas de entrenamiento, nada de zapatos o chanclas.
Evita bolsos o similar, puedes llevar el mismo cinturón que usas para correr si necesitas llevar pequeñas pertenencias.
- Hazlo correctamente
Mantén una postura erguida y encuentra un ritmo alegre pero equilibrado. Evita tanto el exceso de velocidad, que te puede causar dolores y molestias como un ritmo suave y cansino que no te servirá para nada, aburrirá y acabarás cogiendo manía a caminar.
- Te ayudará a acelerar algunos aspectos
Caminar los días que no corres es una forma eficiente de quemar grasa y aumentar el flujo sanguíneo para ayudar a la recuperación.
En días de entrenamiento cruzado, camina de 30 a 60 minutos de forma continua. Mantén el ritmo rápido, pero no tan exigente como para no poder mantener una conversación.
- Cámbialo por día de carrera
Si el cuerpo te pide un descanso a gritos, escúchalo y no fuerces más de la cuenta, pero en vez de quedarte en el sofá, sal a caminar. Coge la cantidad de minutos que habrías corrido y duplícala. Si tuvieras que hacer 30 minutos de carrera, camina durante 60 minutos.
Intenta completar el entrenamiento todo de una vez; puedes dividirlo en dos: salir por la mañana, por ejemplo, y luego por la tarde, pero será menos efectivo.
- Haz una ruta atractiva
Cuanto más variada y amena sea tu ruta, mejor entrenamiento harás. Si quieres añadirle dureza, camina en terreno con cuestas o haz varias repeticiones de escaleras.
Si hace mucho frío o llueve, las escaleras interiores son excelentes lugares para hacer ejercicio. Intenta hacer varias subidas y bajadas al día, varias veces cuando sea posible, para aumentar la fuerza de tus piernas.