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Cristina Ferreras empezó a correr como empieza todo el mundo, poco a poco, con la compañía de una amiga y sin poder aguantar más de diez minutos. Su motivo para dar las primeras zancadas: acabar con el estrés que le suponía ser una investigadora contra el cáncer. Ahora, en plena pandemia intenta aplicar todo lo aprendido en sus investigaciones contra al cáncer para acabar con la Covid19 en un ensayo clínico de la Fundación CRIS contra el cáncer. Su otro gran reto, hacer su primera media maratón en España tras completar esa distancia varias veces fuera de su país.
La historia de la Cristina corredora se remonta a 2007 cuando vivía en Manchester, "tras acabar una tesis en bioquímica en la Universidad Autónoma de Madrid me fui a ser investigadora postdoctoral en el Manchester Cáncer Research Center, ahí estudiaba la formación de células en la sangre usando células madre de ratón, años después me pasaría a un grupo de trabajo contra el cáncer de ovario", explica uno de los grandes casos de fuga de talento de España al extranjero. Mientras vivía en la ciudad del United y el City, Cristina retomó su pasión por correr con la intención de acabar con el estrés y de pasar tiempo junto a su amiga, todo ello tras haber sido madre de su primer hijo.
Me puse una meta, correr mi primera media maratón en Manchester, entrené durante muchos meses, me lesione y seguí y lo conseguí.
En Manchester corría varios 10k a favor de varias ONGs para recaudar fondos contra el cáncer o frente la esclerosis múltiple, ya que tiene dos primos con esa enfermedad. Así unía dos de sus grandes pasiones, correr y apoyar la investigación, algo que hacía en su día a día desde el laboratorio mancuniano, "Durante muchos años siempre dije que no iba a correr más que carreras de 10K porque físicamente no podía, ya que después de 10K acababa muy cansada, me considero físicamente débil pero decidí afrontar el reto de intentar una media maratón. Me puse una meta, correr mi primera media maratón en Manchester, entrené durante muchos meses, me lesione y seguí y lo conseguí. En mayo del 2017 corrí mi primera media maratón y me sentí tan bien que en octubre del 2017 corrí la segunda con tiempo de 2 horas y 15 minutos. Ese mismo mes volví a España después de diez años, para mi fue muy emotiva esa carrera, hice buena parte de ella llorando", explica de su peculiar despedida de la ciudad que la acogió durante diez años y la consagró como una investigadora de éxito.
Después de una década a orillas del Mersey su siguiente destino fue el Hospital de La Paz, dónde empezó en la ¿Unidad de transplantes? hasta formar parte de la Unidad CRIS en el grupo investigador de transplantes celulares y oncología pediátrica. Y mientras desarrolla su actividad... consigue seguir disfrutando de las zancadas por las calles de Madrid.
Cristina corre dos veces a la semana, dependiendo de si está preparando alguna carrera o no, y del trabajo que tenga en el laboratorio... o en casa con los peques, "Corro sola y por la calle, no corro por la noche, y lo hago después de muchas horas de trabajo y mucho estrés. Me gusta salir y sentir la libertad de correr en la calle. Corro por la sensación de sentir que ese es mi tiempo para mí, sin niños pequeños alrededor demandando a su madre, sin ensayos clínicos, ni laboratorio, ni nada. Sólo yo, música, mis pensamientos y la calle o la ruta que me ponga. Aunque no siempre es tan bonito ya que la mayoría de las veces voy con el tiempo contado", explica esta Corredora-investigadora sobre sus entrenamientos.
Mi meta ahora es correr media maratón en España presencial.
Sin embargo, mientras preparaba su estreno en los 21 kilómetros en España... llegó la COVID19 y arrasó con todo. "Mi meta ahora es correr media maratón en España presencial. Me gustaría que la primera fuera la media de León de donde es toda mi familia y una ciudad que es muy especial para mí y que pueda correr recaudando fondos por la Fundación CRIS, que tanto apoya la investigación y a gente como yo. Ese es mi reto ahora". Y la pandemia no sólo arrasó con sus objetivos de corredora de 2020, también provocó que su proyecto contra el cáncer se adaptase hacia la Covid19.
Gracias a su experiencia previa, Cristina trabaja en un una terapia celular que crea medicamentos vivos para tratar al virus gracias a donantes que ya han pasado la enfermedad. En la primera fase del ensayo clínico se curaron nueve pacientes de nueve. Ahora ha empezado la Fase 2 que busca confirmar esos resultados tan esperanzadores y dar un paso más en un tratamiento efectivo para los enfermos de COVID-19. El camino es lento, sacrificado y requiere esfuerzo y paciencia para llegar a la meta. Algo que Cristina y sus compañeros de La Paz saben de sobra de sus entrenamientos para el medio maratón... y para acabar con el virus.
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