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Creo que en esto de correr está muy claro, te gusta o te disgusta. A mí, sin dudarlo, me encanta.
En mi caso el gusto por correr me entró más intensamente cuando me mudé a Madrid, si es cierto que ya antes corría, pero fue cuando llegué aquí cuando empecé a correr más días, más kilómetros… más en general.
De esto ya hace unos cuantos años y cuánto me alegro de ello. Al llegar a Madrid conocía poca gente así que decidí unirme a grupos de correr para conocer gente y conocer la ciudad, ¡y vaya maravillosa sorpresa! Esta decisión me llevo a conocer a grandes amigos que considero a día de hoy mi familia, aprender mucho sobre superación y a crecer mi pasión por correr.
Porque este deporte no es solo dar zancadas, una pierna y luego otra, va más allá, es desconexión con la rutina y conexión contigo mismo, es euforia y tranquilidad a la vez, es salud como dice mi amiga Cristina.
Y lo que comenzó con pequeños pasos, un 10k más rápido, una media maratón… me llevó a ir consiguiendo cada vez objetivos más grandes como un maratón o incluso trails como el Aneto Posets..
Y aquí seguimos, después de un año caótico donde se han dejado de lado los objetivos de carreras disfrutando de la parte más bonita de este deporte; sentirse pleno de felicidad después de salir a correr volviendo a casa con una sonrisa de oreja a oreja.
Por eso si dudáis entre empezar o no con esto de correr, no lo dudéis, porque engancha y es una locura, ¡bendita locura!
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