Los dolores de rodillas de las mujeres corredoras

Cómo prevenir los problemas en las rodillas que nace del hecho de que el cuerpo de la mujer está preparado para la maternidad

Redacción Corredor

Los dolores de rodillas de las mujeres corredoras
Los dolores de rodillas de las mujeres corredoras

Desgraciadamente hay mujeres que no han podido seguir disfrutando del running como querían por culpa de diferentes lesiones en las rodillas. Una lesiones que no sólo afectan en lo físico sino que también lo hacen a nivel mental ya que les impide la práctica de aquello que más les relaja y les llena. No son ni uno ni dos los casos de mujeres que se han visto obligadas a dejar la carrera a pie y seguir su actividad deportiva con otros deportes de resistencia pero de menos impacto como pueden ser el ciclismo o la natación con las pruebas de aguas abiertas que siguen ganando participantes femeninas en los últimos años.

¿Y cuál es origen del problema de las rodillas que trae por el camino de la amargura a algunas corredoras? Todo empieza por una razón muy sencilla y que viene "de serie": los cuerpos de las mujeres están preparados para la maternidad. Para facilitar ese hipotético futuro parto tenemos la cadera más ancha. El ángulo que forma el fémur con la pierna es mayor y como efecto se produce una mayor laxitud, es lo que los médicos conocen como “genu valgo" que provoca ese característico correr de la mujer con las rodillas más hacia el interior y que sea más habitual un roce mayor en la rótula cuando corremos.

Además, tenemos un centro de gravedad más bajo que los hombres, situado en las caderas. Por eso es tan importante hacer ejercicios de tonificación y tener suficiente fuerza abdominal, lumbar, de pelvis y glúteos, para lograr dar estabilidad a las caderas y evitar problemas biomecánicos y al final, como consecuencias de los miles de impactos que hacemos al correr, surjan los temidos problemas en las rodillas que pueden limitar mucho nuestra actividad como corredoras.

Por ello es especialmente importante, en el caso de las mujeres corredoras, asegurarnos de que ejercitamos la musculatura abductora para mejorar la estabilidad de la zona lumbar y de la pelvis. No dejaremos de insistir en que aunque nos gusta mucho correr, que lo necesitamos para sentirnos bien en nuestra vida diaria. A veces es mejor hacer una sesión menos a la semana y cambiarla por una sesión de gimnasio. Incluso puede ser todavía más fácil: con unas simples gomas puede en tu propia casa hacer una sesión de entrenamiento de fuerza. Realmente no son más de 15-20 minutos de ejercicios bien hechos y vas a notar a la diferencia no sólo para evitar lesiones sino que además, y como efecto secundario, esa potencia que vas a ganar te va a hacer mucho más rápida como corredora y tus marcas, si es que participas en carreras populares, mejorarán notablemente.

Por último, volver a recordar la importancia de acudir a un especialista que analice nuestra pisada y nos recomiende el tipo de calzado que necesitamos y, si en nuestro caso, se requiere o no del uso de plantillas correctoras.