¿Cómo empezar a correr?

Lo más difícil a la hora de empezar a hacer running es empezar.

Equipo C

Iniciación en el running: ¿Qué debo tener en cuenta?
Iniciación en el running: ¿Qué debo tener en cuenta?

Lo más difícil de empezar a correr es eso: empezar. Una vez que forme parte de tu día a día, no podrás dejarlo, pero si tus primeros entrenamientos son un calvario… es muy difícil que encuentres la fuerza de voluntad para seguir adelante. Estos consejos pueden ayudarte:

Unas buenas zapatillas de running

Invierte en unas buenas zapatillas, que se adapten a tus características y necesidades. Nada mejor que acudir a una tienda especializada para que te asesoren.

Controla la intensidad

Una buena manera es comprobar que puedes hablar sin que se entrecorte la voz.

Descansa

Durante tu primer mes de entrenamientos no es recomendable que corras en días consecutivos. Es suficiente con tres sesiones por semana, en días alternos.

Progresa muy gradualmente

No deberías aumentar más de un 5 % por semana el volumen total de running (ni en kilómetros ni en tiempo).

Busca compañeros de entrenamiento

Los entrenamientos te resultarán más entretenidos y seguro que no te saltas ninguno si encuentras a un compañero de nivel similar con el que salir a correr. Y si un día te falla la fuerza de voluntad… irás igual a entrenar por no fallar a tu fiel compañero.

Aliméntate bien

Aunque hayas empezado a correr para perder peso, no deberías nunca pasar hambre. Empezar a correr ya es suficientemente duro… si sigues una alimentación equilibrada, notarás cómo tu cuerpo cambia sin que apenas te des cuenta.

No comas justo antes de empezar a hacer running

es muy difícil disfrutar de un buen entrenamiento con el estómago lleno. Deja al menos dos horas entre la última comida importante y el inicio de tus entrenamientos. Un corredor que se inicia debe ser más cuidadoso con eso porque nuestro estómago también se entrena (poco a poco te irás adaptando y necesitarás un margen de tiempo menor).

Chequeo médico

Muchos corredores creen que las pruebas de esfuerzo son solo para profesionales, no obstante, es justo al contrario. Lo primero que debemos hacer antes de iniciarnos en la práctica del running es un chequeo médico, cuanto más completo, mejor, que incluya una prueba de esfuerzo. Conseguiremos dos objetivos: tendremos la certeza de que no tenemos ningún problema en nuestro corazón y articulaciones que haya que tener en cuenta la hora de correr y tendremos una base para empezar con un programa de entrenamiento conforme a nuestras pulsaciones.