Los entrenamientos de alta intensidad aportan muchos beneficios al organismo, como quemar más calorías, aumentar las capacidades físicas o acelerar el metabolismo. Sin embargo, en ciertas ocasiones, también resulta interesante practicar ejercicios más comedidos como, por ejemplo, correr despacio. Una modalidad que puede parecer improductiva, pero que, contra todo pronóstico, también tiene ciertas ventajas.
Beneficios de correr despacio
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Adecuado para principiantes. Si no estás muy relacionado con la actividad deportiva, lo primero que debes hacer es ganar forma física. Si tratas de correr mucho y muy rápido en las primeras sesiones, puede resultar contraproducente. Puedes agobiarte, sentirte incapaz de lograrlo, no encontrar la motivación porque el esfuerzo que te supone es demasiado elevado y terminar abandonando. Además de contar con la posibilidad de sufrir más lesiones por no estar preparado físicamente para ello. Por eso, en primer lugar, puedes correr despacio para ir cogiendo rodaje y experiencia.
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Trabaja la zona aeróbica. Este trote suave te puede ayudar a trabajar la zona aeróbica, cuyo gasto energético recurre a las grasas para obtener energía. Asimismo, aumenta el suministro de oxígeno, retrasa la fatiga y ayuda al corazón a ganar potencia, entre otras funciones.
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Aprender a respirar. Este aspecto es muy importante en cualquier modalidad deportiva. Si no respiras bien, además de cansarte mucho antes, no conseguirás aumentar tu capacidad pulmonar y, por lo tanto, te costará más mejorar tu rendimiento físico.
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Buen ejercicio de recuperación. Los ejercicios de recuperación no siempre deben ser estáticos o pasar directamente al reposo total. Una carrera suave durante un tiempo prudencial es una buena alternativa para esos días en los que quieras descansar de los entrenamientos de alta intensidad o para recuperarte después de una competición.
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Aumentar la resistencia. Por último, correr despacio no te ayudará a ganar velocidad, al menos en este punto, pero sí a mantener más tiempo el ejercicio y, por lo tanto, a mejorar tu resistencia, retrasar la fatiga y coger forma física.
Dónde corro: ¿en exteriores o en el gimnasio?
Por supuesto, esta decisión depende exclusivamente de tí. Aunque, siempre que puedas, los espacios exteriores suelen ser mejores aliados, precisamente por los beneficios que aporta el aire puro a nuestro organismo. Así, cuando quieras correr despacio, puedes hacerlo por un parque o una zona poco transitada.
En este aspecto, el terreno es muy importante e influye también en tu rendimiento deportivo. La pista de atletismo está especialmente preparada para ello, pero si no puedes acceder a una, recuerda que el asfalto es el terreno más duro y que causa mayor impacto en las articulaciones; mientras que el césped, aunque el impacto es menor, aporta mayor resistencia.