Aprovechando la estancia en Sierra Nevada de un grupo de atletas españoles de alto nivel nos desplazamos hasta este Centro de Alto Rendimiento ubicado a 2.330 metros sobre el nivel del mar para conocer los beneficios del entrenamiento en altitud. Así es el entrenamiento en altitud de algunos de ellos, algo que podrás completar con el artículo que aparecerá en el número 26 (mayo de 2021) de la revista Corredor en papel.
LIDIA CAMPO
"Trato de hacer tres concentraciones en altitud al año. Un en abril, otra en diciembre y, si puedo, otra en julio. He estado en Sierra Nevada, en Kenia y en Gredos y la verdad es que creo que me adapto muy bien. Al principio, es verdad, tenía muchas ganas de entrenar y quizá me pasaba de forma al hacerlo, algo que se reflejaba en la analítica. Una vez que ganas experiencia aprendes también a controlarte y gestionar mejor tus esfuerzos, además de que hemos empezado a entrenar por pulso cuando estamos aquí arriba. Escuchar al cuerpo es fundamental, pero además lo que yo noto en la altitud es que estoy mucho más centrada: te aíslas del mundo, evitas salir a tomar algo con los amigos y te concentras en entrenar y descansar. En esta ocasión vamos a estar unas cuatro semanas y espero que al bajar, como en otras ocasiones, note esa supercompensación para después seguir entrenando fuerte de cara a los 3.000 metros obstáculos de verano".
MARTA PÉREZ
"Con esta, es mi séptima vez en altitud. He estado cuatro veces aquí en Sierra Nevada, dos en Navacerrada y una en Sudáfrica (aunque allí estábamos a 1.600 metros). Para mí, la principal ventaja de venir aquí es, en primer lugar, que te concentras y la rutina es la de entrenar y descansar, cuidando detalles. Y en segundo lugar que la mejora física se nota. Es verdad que en mi caso a nivel analítico no noto prácticamente nada, a nivel físico sí que respondo y soy capaz de acumular entrenamientos mucho más fácilmente. La clave aquí es planificar bien y tener experiencia porque así los riesgos se reducen. En 2018, quizá mi mejor año, estuve aquí y enfermé tanto que tuve que bajar de la altitud, pero después rendí muy bien. Lo importante, como digo, es adaptar la carga de entrenamiento y saber recuperar entre sesiones. Y también, algo de lo que no se habla mucho, cuidar mucho la hidratación y la alimentación".
VICTORIA SAULEDA
"Mi primera experiencia en altitud fue el año pasado, cuando estuve durante todo el confinamiento en Sierra Nevada. Fueron 70 días en los que tampoco entrenábamos a tope (teníamos una cinta y poco más) y lo noté muchísimo en la serie roja de la analítica. Eso creo que se debió a que apenas hicimos entrenamientos de intensidad y acabé con un hematocrito de 45 y una hemoglobina de 15. En verano fui otros dos meses a Font Romeu pero creo que no noté mucho la mejora. Es verdad que la diferencia de altitud en ambos sitios es grande y en Sierra Nevada te cuesta mucho más entrenar. Cuando bajé de aquí después del confinamiento podía rodar a 4 min/km, algo que no había hecho nunca en mi vida. Mi objetivo este verano es correr bien los 800 metros y acercarme a mi marca personal de 2:02.41, aunque creo que para mi prueba no es tan determinante el entrenamiento en altitud".
NASSIM HASSOUS
"Esta es mi segunda experiencia en altitud, después de una pequeña incursión en Navacerrada. Aquí creo que estoy mucho más maduro atléticamente aunque es verdad que venía con miedo, porque no sabía cómo iba a responder mi cuerpo a esta altitud. Me estoy encontrando muy bien y a los tres días ya me noté adaptado, al menos entrenando. Es verdad que el descanso lo llevo algo peor y por las noches no duermo tanto como me gustaría. En cuanto a los entrenamientos, aquí notas cómo parece que te ahogas nada más acabar la repetición en los entrenamientos de series y durante los primeros 30-40 segundos lo pasas mal. Otra cosa que creo que es positiva de estar aquí, al menos este año, es que estamos muchos atletas españoles de mucho nivel (sobre todo en mi prueba, los 1.500 metros) y eso te hace entrenar más fuerte. Si hubiera competiciones quizá tendríamos más tensión, pero en este periodo de acumular estamos ayudándonos unos a otros".
SAÚL ORDÓÑEZ
"He estado dos veces en Sierra Nevada y otra en Kenia. Lo que noto trabajando en altitud es una mejora aeróbica y también en el trabajo de fuerza, ya que solemos venir aquí a hacer volumen, en época de transición entre verano e invierno. Lo mejor de venir aquí, como cuando estuve en Kenia, es que solo piensas en comer, entrenar y descansar. Es verdad que Sierra Nevada puede hacerse duro porque para los rodajes largos hay bastantes cuestas y estás casi siempre en los mismos sitios, además de que te puede nevar, pero la mejora que te da merece la pena. Y no solo a nivel físico, sino también psicológico: lo que en Valladolid afrontas con garantías, aquí siempre tienes más dudas. Este verano trataré de correr rápido tanto los 800 como los 1.500 metros y aquí, en este momento, estamos muchos atletas que correremos esas pruebas, no solo de España, sino también a nivel internacional. Es un gran aliciente y un punto motivador de esta concentración".
ABDERRAMAN EL KHAYAMI
"Es la segunda vez que estoy en altitud y la primera fue en noviembre de 2020. Cuando bajo de aquí noto que voy más fácil y fluido en los entrenamientos. En noviembre estuve cuatro semanas y ahora estaré tres y media, siempre guiado y siguiendo el plan de mi entrenador José Antonio Redolar, que organiza las cargas y las adapta a esta altitud. Lo que más creo que influye en este tipo de concentraciones es la primera semana en la que no hay que pasarse, sobre todo si no dominas la altitud. La primera vez que estuve ni entrenaba ni descansaba, creo que porque vengo del nivel del mar. En esta segunda experiencia me noto mucho mejor y estoy muy a gusto en este lugar, ya que te lo ponen muy fácil en todo momento y solo tienes que pensar en entrenar y descansar. En cuanto a lo de tener mis rivales cerca… es algo bueno sobre todo porque te motiva ver a gente con tanto nivel entrenando junto a ti".