Entrenamiento

Gemelos fuertes, zancadas felices: por qué entrenar tus gemelos es vital para correr mejor

Fortalece estos músculos clave para mejorar tu rendimiento. Aprende cómo un buen entrenamiento de gemelos puede transformar tu zancada y prevenir lesiones.

Pedro Crespo

3 minutos

Los gemelos son herramientas imprescindibles en tu progresión como corredor.

Seguro que amas correr. Sientes el viento, ves el mundo pasar y a veces crees que podrías volar. Pero ¿te has parado a pensar en esos músculos que tienes ahí atrás, justo en las pantorrillas? Sí, los gemelos. Esos héroes silenciosos que te impulsan, amortiguan y estabilizan sin pedirte ni una medalla. Si los entrenas bien, ganarás fuerza, mejorarás el rendimiento y dirás adiós a más de una lesión. Si los ignoras... bueno, ya sabes lo que pasa con las cosas olvidadas: se quejan. Aquí va una pequeña guía de consejos para que tus gemelos no te abandonen a mitad de zancada.

1. ¿Qué hacen tus gemelos además de doler después de las cuestas?

Los gemelos no son solo los músculos que más lucen cuando llevas pantalón corto. Son parte del tríceps sural, un Dúo Dinámico compuesto por el gastrocnemio (el que se ve) y el sóleo (el que trabaja en la sombra). Juntos forman el motor trasero de tu carrera. Cuando corres, estos músculos producen fuerzas de hasta 12 veces tu peso corporal. Doce veces. Básicamente, cada paso es como una mini sesión de halterofilia… pero sin barra. Y sin el postureo. El sóleo, ese músculo tímido y profundo, es el que más trabaja al correr. Así que, si no lo entrenas, no te sorprendas si un día decide declararse en huelga.

2. ¿Por qué deberías entrenar tus gemelos si quieres correr mejor?

Porque son tus catapultas personales. Los gemelos te empujan hacia adelante, como si tuvieras un par de resortes en los tobillos. Estudios científicos han demostrado que gemelos fuertes mejoran la economía de carrera, es decir: gastas menos energía para ir igual de rápido. O más rápido. Y eso, si corres, es música para tus piernas. Porque aguantan más que tu playlist favorita. El sóleo está lleno de fibras lentas, esas que no se cansan fácilmente. Entrenarlo te ayuda a soportar más kilómetros sin que parezca que llevas dos ladrillos en los pies. Y no, correr solo no basta: necesitas ejercicios específicos de fuerzaPorque previenen dramas. Una sobrecarga de gemelos mal cuidados puede terminar en tendinitis, fascitis plantar o un grito silencioso en mitad de una carrera. Fortalecerlos es como ponerles un chaleco antibalas. No te salvarán del muro del kilómetro 30, pero sí de muchos sustos antes.

3. ¿Qué tipo de fuerza necesitan tus gemelos?

Aquí no vale solo con hacer elevaciones mientras esperas el café. Hay tres tipos de fuerza que debes entrenar si quieres que tus gemelos te respeten:

Tipo de fuerza ¿Cómo hacerlo? Logros
Fuerza máxima Pocas repeticiones, más carga Potencia y estabilidad
Resistencia muscular Más repeticiones, menos peso Menos fatiga
Fuerza explosiva Saltos, pliometría, rebotes Reactividad y agilidad

Combinar estos tres tipos de fuerza te convierte en una especie de centauro aerodinámico. O algo parecido. O... vale, nos hemps pasado.

4. Ejercicios para que tus gemelos brillen

Elevaciones de talones: el clásico. De pie o sentado, con o sin peso. Si lo haces en el borde de un escalón y te tomas tu tiempo para subir y bajar, trabajas tanto el gastrocnemio como el sóleo. Hazlo a una pierna para subir la apuesta. Si no quema un poco, estás haciéndolo mal.

Caminata de puntillas: como un gato sigiloso en una biblioteca. Anda durante un minuto sobre la punta de los pies, espalda recta, mirada al frente. Añade mancuernas si te sientes valiente.

Saltos pliométricos: saltos con las dos piernas, con una, en escaleras, sobre caja… Trabajan tu reactividad, esa habilidad que convierte una pisada lenta en un despegue digno de gacela. Perfecto si corres en trail o si quieres ganar chispa en las series.

Descensos excéntricos: sube a un escalón y baja muy, muy lento. Tres segundos bajando, pausa, y vuelta a subir. Esto entrena la fase excéntrica, la que más se activa al frenar y absorber impacto.

5. ¿Cómo y cuándo entrenar los gemelos?

  1. Frecuencia: entre dos y tres veces por semana.
  2. Volumen: comienza con tres series de 12 a 15 repeticiones y ajusta según progreses.
  3. Progresión: empieza con tu peso corporal y añade carga cuando el cuerpo lo pida.
  4. Días ideales: no lo hagas justo antes de una tirada larga o sesión se series. Mejor en días de menos carga.
  5. Postentreno: estira, masajea, cuida. Que no se diga que no los mimas.

No necesitas gemelos como columnas dóricas para correr bien, pero sí unos músculos bien entrenados que te acompañen kilómetro tras kilómetro. Los gemelos fuertes no solo te dan impulso: te dan salud, velocidad y estabilidad. Te permiten correr más y lesionarte menos. Y aunque no los veas en las fotos del dorsal, son tan importantes como tu corazón de runner. Entrénalos con cabeza, con constancia y con ese puntito de cariño que se reserva a los músculos olvidados. Tus gemelos lo notarán. Tus rodillas también. Y tú, probablemente, acabarás corriendo un poco más feliz.

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