Antes de que estéis todo el artículo haciéndoos la pregunta lo dejamos claro en la primera frase: sí, Miguel del Pozo es la vaquilla del Grand Prix. Sí, también es el Delfín Ramiro del equipo Estudiantes de baloncesto. Y sí, también es uno de esos tipos que en la pandemia devoró su pasillo para tratar de moverse en una época complicada para los amantes de la actividad física. Una vez desveladas las curiosidades menores de nuestro protagonista, vamos a explicar la gran "tara mental" que sufre, por la cual protagoniza este artículo.
"Es una tara mental, no tiene ningún sentido práctico. Desde hace casi tres años me autoentreno, y al final he ido cayendo en eso". Cuando Miguel del Pozo se refiere a "eso" es a llevar más de 1600 días seguidos corriendo. "Me paso tres o cuatro días de la semana arrastrando los pies y los findes voy muy bien". Va tan bien que es un auténtico reloj a la hora de competir pruebas de 10 kilómetros, siempre entre los 30 y los 31 minutos, incluso por debajo de la media hora en pruebas descendentes como la Speed Run de Madrid.
Cuando hablamos con Miguel para preparar este artículo, en octubre, nos dijo que "me he prometido a mí mismo que desde el 1 de enero dejo esta chorrada y hago una planificación con más sentido. Pero bueno, tampoco me va mal". Y la realidad es que estamos a 17 de enero y la realidad es que en las dos primeras semanas del año su contador de kilómetros se ha mantenido: 105 en la primera y 104 en la segunda.
Y es que siempre suma entre 100 y 110 kilómetros: "Una cosa que no tendrá explicación científica pero que me va bien es que meto muchísimo volumen (de 45 a 50 kilómetros o más) entre el lunes y el martes, y luego ya el resto de la semana completo hasta llegar a más de 100".
Licenciado en Ciencias de la Actividad Física y del Deporte, dice que lo que más le costaría, en caso de dejar este plan de entrenamiento "es lo de correr todos los días". Cuenta que hubo semanas en otoño en las que salía a correr a las 4:45h de la mañana: "Me despierto, veo la previsión del tiempo para la tarde, y pienso 'bueno, pues salgo ya'... y lo más gracioso es que me encuentro bien. Luego en el trabajo me quedo frito de pie, claro".
Un tipo que en una entrevista en 2021 reconocía que antes “iba a cuchillo, me pensaba que sabía y no bajaba de cuatro el mil en ningún rodaje. Recuperaba fatal y llegaron lesiones, anemias...”. Ahora se entrena a sí mismo y realiza la fuerza con Luis del Águila: "Voy dos veces al mes de forma presencial y si me preguntas por lesiones... a rachas he tenido molestias. Las dos cosas más gordas que estuvieron a punto de pararme fue una inflamación de aquiles hace tres años (verano, competir en pista, andar descalzo...), y una microrrotura del peroneo corto, pero seguí con precaución y el visto bueno de mi fisio". De hecho, reconoce que "el 90% de los días corro sin ninguna molestia, algo que me parecía imposible hace diez años".