Meritxell Soler (Sant Joan de Vilatorrada, 31 años), campeona nacional de media maratón en 2022, el curso en el que dio una zancada en la mesa de la ruta española y comenzó a frecuentar la parte noble de los rankings, tiene los Juegos Olímpicos a tiro de medalla de oro. Si ninguna española cruza la línea de meta del Zurich Maratón de Sevilla antes que ella, París será la ciudad en la que buscar luz la primera quincena de agosto.
La frase que más escuchamos en el mundillo cuando la charla va sobre las tres mujeres que nos representarán en los próximos Juegos Olímpicos es: “La más lista ha sido Meritxell”. ¿Estás de acuerdo?
Lo tuve claro desde el principio, en cuanto vi que ganar el Campeonato de España otorgaba plaza segura. Además, cuadraba por un tema de calendario; al haber hecho el Mundial en agosto correr en Valencia lo consideraba un poco complicado, iba a ir muy justa de tiempo. Cuando las compañeras me decían que iban a Valencia pensaba: ¿Por qué? ¿Por qué no darse más tiempo para recuperar y jugársela en Sevilla sabiendo que hay una plaza fija para las que ya tenemos la mínima olímpica? También estaba el hecho de que era seguro que Majida (Maayouf) haría un marcón (2:21:27, récord de España), así lo más lógico era apostar por Sevilla.
¿Hasta qué punto te preocupan tus posibles rivales en Sevilla?
No sé quién va a correr. Sé que Laura (Luengo) no corre y Marta (Galimany) tampoco. Fátima (Ouhaddou) lo desconozco, como los planes del resto de las que corrieron en Valencia… No es fácil, no son ni doce semanas entre ambas pruebas. Supongo que si deciden ir a Sevilla no arriesgarán mucho, imagino que intentarán seguirme vaya al ritmo que vaya y, si reviento, atacarme. Me he hecho muchas películas porque al final es una carrera muy larga y pueden pasar mil cosas, pero voy con confianza; saldré fuerte pero con cabeza.
Para mí el sistema ideal sería el estadounidense, hacer unos trials y jugarnos la plaza en igualdad de condiciones: las tres primeras a los Juegos. Eso sí es objetivo.
El requisito de la Real Federación Española de Atletismo para acceder a la plaza directa para los Juegos es ser campeona de España y tener la mínima olímpica (2:26:50). Tú la lograste precisamente en Sevilla el año pasado (2:26:37), así que en principio no parece que tengas que obsesionarte por correr muy deprisa…
Ya, sí, pero… ¿Y si salgo a 2:26, otra me gana y me quedo fuera de los Juegos? Lo que quiero decir es que tendré que correr por debajo de esa marca.
Estás inmersa en esta exigente lucha sin haber dejado de trabajar 35 horas semanales como dentista, ¿No te planteaste un respiro?
Supongo que me gusta autotorturarme (risas) porque con el dinero de mi principal patrocinador, Puma, podría vivir perfectamente del atletismo. No tengo beca, en maratón es muy complicado porque el sistema requiere una suma de puntos y para obtenerlos has de ir a Europeos, Mundiales, Juegos… la gente de pista tiene muchas más oportunidades de sumar puntos que los que nos dedicamos al maratón, que normalmente solo corremos dos al año. Así que es muy difícil, casi imposible, hacerse con una beca de la RFEA. Su argumento es que los que hacemos ruta podemos obtener dinero de otro tipo de carreras, y es cierto, pero considero, y sé que están en ello, que el sistema para la obtención de ayudas debe cambiar.
Hablando de sistemas, ¿qué te parece el de selección para los Juegos Olímpicos?
El actual es un poco subjetivo. El campeón de España con mínima va directo, eso sí está claro, hay objetividad… pero el resto es a criterio técnico. Es verdad que hay unas bases, pero siguen siendo muy subjetivas y creo que la subjetividad da lugar a problemas. Para mí el sistema ideal sería el estadounidense, hacer unos trials y jugarnos la plaza en igualdad de condiciones: las tres primeras a los Juegos. Eso sí es objetivo.
Además hay un buen dinero en premios para compensar el perjuicio económico de no recibir un fijo de salida ni posibles recompensas en un maratón de primavera o finales de invierno.
Eso ya sería lo ideal. De hecho, retomando tu primera pregunta, creo que mucha gente corrió en Valencia por un tema económico. Allí hay muy buen dinero y… cada uno juega con lo que cree o necesita. Afortunadamente no necesito más dinero porque tengo un patrocinador y un trabajo, así que pude tomar la decisión desde un punto de vista estrictamente deportivo.
Desde ese punto de vista, como pudimos comprobar en la media de Santa Pola, estás enorme.
Estoy muy bien, sí, sobre todo teniendo en cuenta que esta temporada está siendo más complicada que la anterior. Me rompí la fascia en el Mundial de Budapest, adonde ya llegué bastante tocada (finalizó 27ª con 2:34:38). Desde entonces he ido ajustando entrenos, haciendo cosas diferentes, pero de manera apresurada. Por fin, el 31 de diciembre corrí los 10 kilómetros de la Cursa dels Nassos en 32:37, casi al ritmo del año pasado (32:31 en 2022). Eso me motivó mucho pensando en Santa Pola, donde hice marca personal, 1:10:21, mejorando en más de medio minuto la que logré allí mismo el año pasado (1:10:52).
¿Levantaste mucho el pie en los entrenamientos con vistas a esos 21 kilómetros?
Descargué un poco el volumen para encontrarme bien porque con los entrenos de maratón iba con bastantes kilómetros en las piernas. Normalmente hago 160 kilómetros semanales y esa semana salieron sólo 115. La carrera fue el domingo y el miércoles anterior hice la última sesión fuerte: 4 x 3000 a ritmo de 3:20, el que pretendía llevar en la media maratón.
¿Ha variado algo el plan en comparación a tus dos primeras tentativas en maratón?
Sevilla y Budapest (Campeonato del Mundo) los preparé con el mismo plan. En esta ocasión, el principal cambio que hemos hecho, debido a que yo no podía tocar ritmos muy rápidos, ha sido correr a ritmos lentos pero con recuperaciones activas. Mi entrenador, Joan Leonart, y yo somos de recuperar parados y en esta ocasión las pausas han sido al trote suave. Por lo demás, el plan ha sido el mismo que en mis dos primeros maratones.
¿Se siente algo distinto en cada entreno cuando lo que está sobre la mesa es la presencia en el mayor espectáculo deportivo del mundo?
Un poco. El año pasado venía de cero, no me jugaba nada. Me sorprendí a mí misma con los buenos resultados que obtuve. Corría con mucha menos presión, es evidente. Ahora tengo la mínima para los Juegos Olímpicos y estoy un poco nerviosa, aunque la parte buena es que sé manejar los nervios mejor que antes.
Tanto como si me clasifico para los Juegos como si no, me gustaría ir al medio maratón del Europeo de Roma.
¿Quién será tu liebre?
Voy a llevar dos. La habitual, Abel Casalí, mi marido, y un compañero que debuta, Xavi Rodríguez. Así que lo mismo acabo sin ninguna (risas). Espero que lleguen al 35 y, si todo se da bien, alguno pueda terminar. Abel hizo conmigo la media de Santa Pola, pero no está siguiendo el mismo plan que yo porque ha pasado unos últimos meses complicados. El año pasado no lo siguió y no terminó, y este año… pues pinta que aún menos. Ya veremos, estas últimas tres semanas ha hecho alguna tirada larga. Le he dicho que sin presión, hasta donde pueda, porque se pone más nervioso que yo.
Cuando se observa la evidente mejora de marcas en el fondo siempre suelen resaltarse tres factores: placa de carbono y espumas reactivas de las zapatillas actuales, mejora en los métodos de entrenamiento y nutrición en carrera. Respecto al último aspecto, ¿Tienes definida ya tu estrategia?
Estoy con Life Pro Nutrition y siempre tomo tres geles: uno antes de salir, con cafeína; otro en el kilómetro 15, sin cafeína; y el último en el kilómetro 30, también con cafeína. Como no va a hacer calor beberé solo agua. En el maratón del Mundial, el pasado verano, sí que bebí sales, pero en Sevilla solo agua como he estado haciendo en todos los entrenamientos.
Si Sevilla sale bien…
Tanto como si me clasifico para los Juegos como si no, me gustaría ir al medio maratón del Europeo de Roma (7-12 de junio). Además de ser un objetivo en sí mismo encaja muy bien en el calendario previo a París (1-11 de agosto).
Si Sevilla sale mal…
Trataré de hacer el Europeo y algunas cosas cortas, que son las que más me cuestan. Algún 5000, para no perder la velocidad. Luego correría el Maratón de Valencia. En caso de que vaya a los Juegos descartaría Valencia. Me gusta descansar y en diciembre me cuesta un poco estar en forma. Quizás decidiría hacer algun major. Tokio sería perfecto, a principios de marzo, para luego recuperar bien y preparar el Mundial, que se celebrará allí (13-21 de septiembre de 2025).