1. No las uses para todo, por favor
Tus zapatillas de running están diseñadas para correr, pero si paseas al perro, vas al supermercado o cruzas media ciudad por el asfalto caliente en pleno julio, cada paso extra que das fuera del entrenamiento cuenta como “kilometraje fantasma” y acelera el desgaste de la suela y la media suela.
Consejo: Úsalas solo para correr. Sí, son muy cómodas (lo son), pero resiste la tentación de ponértelas para todo. Ten otro par para el día a día. Tus rodillas y tus zapatillas lo agradecerán.

2. Alterna pares si corres con frecuencia
Si corres más de tres veces por semana, lo ideal es tener al menos dos pares de zapatillas e ir alternándolos. ¿Por qué? Porque la espuma de la media suela necesita entre 24 y 48 horas para recuperar completamente su estructura después de una carrera.
La ciencia lo respalda: Un estudio publicado en Footwear Science (2022) demostró que alternar zapatillas puede reducir el riesgo de lesiones y aumentar la vida útil del calzado, ya que distribuyes el desgaste.
Además, así no tienes que sufrir cuando un modelo desaparece del mercado: ya tienes un plan B rodando.
3. Límpialas… pero con cabeza
Sí, tus zapatillas van a ensuciarse. Y no, no necesitas meterlas en la lavadora. Por mucho que lo digan los foros, el centrifugado es su kriptonita. Puede deteriorar el pegamento, deformar la espuma y cargarse la amortiguación.
Cómo hacerlo bien:
- Quita los cordones y las plantillas.
- Usa un cepillo suave, agua templada y un poco de jabón neutro.
- Déjalas secar al aire, lejos del sol directo y nunca en radiadores.
Bonus tip: rellénalas con papel de periódico para que mantengan la forma y absorban la humedad más rápido.

4. Cuidado con el calor (el verdadero y el del maletero del coche)
Dejar las zapatillas en el coche en verano no es solo una forma de cocer tu plantilla interior: es una manera rápida de acortar su vida útil. Las temperaturas altas pueden degradar la espuma EVA o el compuesto de la media suela, disminuyendo su capacidad de absorción del impacto.
Según algunas publicaciones, “el almacenamiento prolongado a más de 40 °C puede reducir la vida útil de la entresuela en un 30 % en menos de dos meses, incluso sin usarlas”, especialmente en modelos con espumas blandas o con compuestos de TPU sensibles al calor.
Consejo práctico: guárdalas en casa, en un lugar fresco y ventilado. Y si huelen… eso ya es otra batalla. Si las vas a tener en el coche, informate si el compuesto de la media suela es de los que aguantan las altas temperaturas (el Pebax sí).
5. El suelo importa (y mucho)

No todos los terrenos desgastan igual. El asfalto caliente en verano puede actuar como lija, y los caminos de tierra compacta son más suaves con la suela. Si quieres que tus zapatillas duren más, elige rutas mixtas o con terreno más blando de vez en cuando.
Además, si haces trail, mejor usar calzado específico. Las zapatillas de asfalto no están hechas para enfrentarse al barro ni a las piedras sueltas (aunque tú sí).
6. Controla el kilometraje (y no, no es obsesivo, es práctico)
Cada modelo tiene una vida útil estimada, que suele oscilar entre los 600 y 1000 kilómetros. Depende del tipo de zapatilla (más o menos amortiguada), tu peso, técnica de carrera y el terreno.
Cómo llevar el control:
- Usa apps como Strava, Garmin o Nike Run Club, que permiten asignar zapatillas a cada salida.
- O apúntalo en un cuaderno como si fuera un diario de pareja. “Hoy hicimos 10 km juntos y me dolía el alma…”.
Si notas pérdida de amortiguación, incomodidad o molestias al correr, es hora de revisar si ya pasaron la fecha de jubilación.

7. Inspección visual: tu ITV runner
Haz revisiones periódicas como si fueran tus neumáticos. ¿Hay grietas en la media suela? ¿Desgaste irregular en la suela? ¿La parte superior está rota o deformada? Entonces, por mucho cariño que les tengas, puede que haya llegado el momento de decir adiós.
Y no te preocupes: no es traición, es evolución.
Cuidar tus zapatillas de running es una forma indirecta de cuidarte a ti mismo como corredor. Porque un buen calzado en buen estado te protege de lesiones, mejora tu rendimiento y hace que cada salida sea más agradable.
Así que ya sabes: trátalas bien, y ellas te lo devolverán en kilómetros de compañía silenciosa y eficaz. No duran para siempre, pero con un poco de mimo, pueden durar bastante más de lo que imaginas.