Aprovechando que Hoka patrocina el Medio Maratón de Sevilla nos hemos acercado a la ciudad andaluza para probar las nuevas Hoka Bondi 9. No voy a hablar de las novedades ni de las nomenclaturas que ponen todas las marcas a sus tecnologías, solo os comentaré mis sensaciones durante los 12 primeros kilómetros que he corrido con ellas.
En líneas generales, han satisfecho totalmente mis expectativas porque siempre me he declarado un auténtico fan de este modelo. No es como los anteriores, pero sigue ofreciendo lo que yo necesito: protección, amortiguación y estabilidad. He corrido 12 kilómetros sobre un terreno mixto (tierra y asfalto) y su amortiguación, aunque no es tan firme como en ediciones anteriores, es realmente agradable y disfrutona. Además, si aceleras (he hecho 2 minutos a 3:45 min/km) las zapatillas responden algo más que en la edición 8, que se empezaba a atascar en esos ritmos.
Estables siguen siendo, pero no es el tanque que tantas alegrías me dio en ediciones anteriores. Hay muchos corredores a los que no les gustaba esa característica, pero a mí me encantaba y creo que me protegió mucho durante todos los kilómetros que hice con ellas. Estas, aunque no lo son tanto, sí que siguen teniendo esa característica como principal.
De durabilidad no os puedo hablar todavía, pero pintan a que tendrán la misma que en sus predecesoras. El único "pero" en este aspecto es que vuelven a no tener el refuerzo en la parte delantera interior, por lo que los que tenemos juanetes grandes quizá veamos asomar pronto el dedo.
La suela es igual que la mayoría de zapatillas Hoka y en asfalto húmedo creo que puede llegar a patinar, pero sobre tierra son una maravilla y agarran a la perfección. También es reseñable que en la parte delantera son algo más estrechas que en el pasado, por lo que en algunos casos los usuarios tendrán que calzar medio número más del habitual. En mi caso no es así, siempre he usado 44 y en este modelo también, aunque cuando me las he calzado las he notado más apretadas.