Es muy posible que nunca hayas escuchado hablar de la marca Craft, así que pongámonos en antecedentes. Hablamos de una prestigiosa compañía sueca fundada en 1973 y especializada en la fabricación de ropa deportiva. Esta temporada uno de sus objetivos es darse a conocer en el mercado español, un entorno muy competitivo pero abierto siempre a nuevas propuestas y productos. Durante estos últimos tres meses hemos tenido la oportunidad de probar una de las zapatillas de Craft, el modelo CTM Carbon Race Rebel, que como intuirás por su nombre, incorpora una placa de fibra de carbono. Te contamos qué tal funcionan.
En primer lugar, encasillemos el tipo de zapatilla que tratamos, aunque no es una tarea sencilla. La propia firma categoriza la CTM Carbon Race Rebel como un modelo pensado para las largas distancias, es decir, medias maratones y maratones. Pero, desde mi punto de vista y experiencia como probador, añadiría asteriscos importantes a esta funcionalidad, como explicaré más adelante. Debo confesar que me costó estrenar las zapatillas, y no por falta de ganas, sino por respeto a su construcción. No estoy acostumbrado a correr con modelos tan ligeros (215 gramos) y minimalistas; por eso me tomé mi tiempo a la hora de calzarme estas Craft y empezar a hacer kilómetros con normalidad.
Para mi sorpresa, la zapatilla ofrece más amortiguación y estabilidad de lo que en principio imaginé. No voy a mentir; tuve prejuicios al ver ese upper tan fino y sujetarla con mis manos como si fuese papel de regalo. Es ultraligera. Una vez con ellas en los pies, y ya dando zancadas sobre el asfalto, las sensaciones no son tan diferentes a las que puede ofrecerte una zapatilla mixta o voladora convencional. No he echado en falta más amortiguación (al menos para los rodajes que hice con ellas, más bien cortos, nunca pasando de 14 km) aunque sí es cierto que el aterrizaje es más duro por los materiales que integra en su estructura, entre ellos el propio carbono.
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LA PRIMERA VEZ CON UNA ZAPATILLA CON CARBONO
Y es que la CTM Carbon Race Rebel llega con la intención de hacerse un hueco en ese segmento en boga que son las zapatillas con placa de fibra de carbono. Personalmente, al rodar frecuentemente con modelos bastante amortiguados (260-290 gramos), he percibido ese impulso extra que te otorga la placa de carbono. De hecho, era la primera vez que utilizaba una zapatilla con carbono. Mi veredicto: sí, se nota un mayor rebote o reactividad –da igual como queráis denominarlo– pero a cambio se sacrifica algo de comodidad. Como decía, la pisada es más dura que en una zapatilla clásica con sistemas de amortiguación tradicionales, como pueden ser las que usan espuma EVA de doble densidad combinada con otros materiales propios de laboratorio.
De ahí que inicialmente hablase de asteriscos a la hora de encasillarla como una zapatilla para largas distancias. Personalmente, yo no correría con ellas más allá de una media maratón (mi ritmo de competición en esta distancia ronda los 4:45min/km) pero es cierto que atletas de buen nivel (por debajo de tres horas en maratón) sí podrían darles ese uso en distancias más largas. Por supuesto, para corredores de nivel medio son una opción ideal para carreras de 10 km y entrenamientos de series o rodajes rápidos.
Describamos la zapatilla
Un upper extremadamente ligero y construido de una pieza, no hay ni un solo material añadido gratuitamente. Rejilla casi transparente que recubre toda la zona de los dedos y el empeine con cientos de microperforaciones. Talón completamente desprotegido y exento de piezas estabilizadoras, por lo que se requiere una técnica de carrera fiable y una pisada firme. La zona del collarín no presenta ningún tipo de almohadillado, se mantiene ese material ultrafino que recubre toda la parte superior. Cordones clásicos y lengüeta clásica (no está cosida al interior; y no se desplaza ni un milímetro mientras corremos).
La mediasuela, como decíamos, incorpora una placa de fibra de carbono, en este caso, insertada a modo de sandwich entre la espuma UD Foam Pro que utiliza habitualmente la marca sueca para sus zapatillas deportivas. Y, ojo al dato, como diría aquel... ¡Drop de 10 milímetros! No diréis que no es sorprendente que una zapatilla de este perfil tenga un drop tan alto. ¿Verdad? En realidad, el drop (diferencia de altura entre la parte del talón y la zona de los dedos) no está reñido ni con la amortiguación ni con el peso de una zapatilla, sino con la posición en la que viaja el pie dentro de la zapatilla. Suscribe estas líneas un talonador de manual, de los que lleva toda la vida apoyando primero el talón, y como os comentaba anteriormente, con la CTM Carbon Race Rebel me he sentido muy cómodo. Es una zapatilla que no te fuerza a apoyar con la zona de los metatarsos; respeta tu pisada de talón.
Respecto a la suela, otro punto sorprendente y positivo de esta Craft. Un dibujo prácticamente liso en su totalidad pero con unas condiciones de agarre excelentes. Es difícil de entender. He corrido con ellas en asfalto, carril-bici e incluso en caminos de tierra duros y la respuesta en todos ellos ha sido magnífica. No hay ranuras de flexión en las que pueda acumularse el barro ni atrapar piedrecitas. Una suela muy minimalista diseñada con una goma ultraligera que cumple como debe sobre el asfalto.
En resumen, la CTM Carbon Race Rebel es una zapatilla que penetra en nuestro país como alternativa a las marcas clásicas, dentro del segmento del calzado con placa de carbono, de carácter inconfundiblemente minimalista y destinada a correr a ritmos medios y rápidos. A menos que tengas un nivel alto como atleta, recomiendo usarlas para carreras de 10 km o medio maratón y/o entrenamientos rápidos.
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