Hay atletas más rápidos, más fuertes y con más tirón mediático, pero si hablamos de valores es casi imposible superar a Asier Cuevas, un enjuto ultrafondista que más allá de sus 2:14:23 en maratón o de ser campeón de Europa y subcampeón del mundo de 100 kilómetros es un tipo entrañable, heredero de una estirpe de corredores que llevan la pureza tatuada en la piel. Humilde, trabajador y buen compañero, no entiende la vida sin regalar sonrisas y desgastar zapatillas.
El 14 de agosto se cumplieron 25 años del triplete de los maratonianos españoles en el Europeo de Helsinki, con Martín Fiz, Diego García y Alberto Juzdado copando el podio. Ese día entrenaste con el reloj de Diego García en la muñeca, homenajeándole en una fecha tan señalada...
Diego se compró un reloj Seiko en Japón y lo usó durante mucho tiempo, pero en un viaje posterior se hizo con otro y el anterior se lo regaló a la que hoy es mi mujer, Onintza, ya que solían entrenar mucho juntos y se llevaban muy bien. Diego tenía ese reloj como amuleto y ahora lo guardo yo, también como amuleto. Siempre que he competido en alguna carrera importante, desde mi época de corredor de maratón, he llevado ese reloj en la muñeca. Ahora voy con dos, un GPS y el amuleto de Diego, por supuesto funcionando, salvo en una carrera en la que me quedé sin pilas. Ahora ya está en marcha de nuevo gracias a Juanan Legorburu, quien lo utilizó en un reciente documental sobre la figura de Diego.
¿Qué te viene a la mente si piensas en aquella hazaña?
La mínima para Helsinki era 2:16:00 y si la hacías en el campeonato de España tenías plaza asegurada para el Europeo. En el grupo de Santi Pérez estaban Diego García y José Apalanza. Este último ganó el campeonato de España, en Sevilla, con 2:16:09 después de que Diego le hiciera de liebre durante 35 km y por poco Apalanza se quedó sin plaza para el Europeo. En cuanto al triplete, fue histórico. Ningún país lo había logrado. Martín, Diego y Alberto eran rivales y a la vez amigos. Fue un equipo de amigos que alcanzó la gloria.
DIEGO GARCÍA Y YO SOMOS DE LA MISMA ESCUELA, LA DE CONSEGUIR LAS COSAS A BASE DE TRABAJO.
¿Cómo era tu relación con Diego?
¡Muy buena! Éramos del mismo grupo, hicimos mucha relación y solíamos tener charlas filosóficas sobre el mundo del atletismo. Con Diego era fácil tener buen rollo. Era muy divertido y siempre estaba dando la nota de humor positiva. Nos alegraba el día. Y cuando tenía momentos de mal genio o discutía con alguien, a los tres segundos se le pasaba y ya estaba haciendo una gracieta. Era muy buena persona, muy sencillo y divertido.
El legado de Diego es fascinante. Nos dejó hace 18 años pero se le recuerda cada año en el Medio Maratón Azkoitia-Azpeitia. Es una figura muy viva, que no ha perdido fuerza. Incluso gente que no le conoció ahora le admira.
Recuerdo a Diego corriendo los 20 Km adidas y la Behobia, antes de los maratones. No había tantas carreras como ahora y las que había se seguían mucho. Además, en Guipúzcoa siempre ha habido una gran afición al atletismo. Diego se fue haciendo conocido en las carreras populares y aunque hubo gente que destacó anteriormente como Gaspar Esnaola, lo que logró Diego es ser un pionero del maratón que elevó el nivel e inspiró a otros, llegando a ser olímpico en Barcelona. En Azpeitia y en Azkoitia se convirtió en un icono. Entre lo que consiguió (plata en el Europeo, olímpico, 2:09 en maratón) y su manera de ser, el público le admiraba mucho. No tenía la calidad de Martín, pero a base de currar y currar logró sus éxitos. Santi Pérez, su entrenador –y ahora el mío– decía que de un burro no se puede sacar un caballo de carreras pero sí un burro de carreras (risas).
¿Te consideras una especie de heredero de Diego y de esa estirpe de corredores con unos grandes valores deportivos? Conectas con mucha gente por tu manera de ser, no solo por tus cualidades como atleta…
Diego y yo somos de la misma escuela. Lo que he conseguido ha sido a base de trabajar, de pegarme golpes contra la pared y de ser muy cabezón. ¿Quién me iba a decir que yo iba a ganar el Campeonato de España de maratón 2008? Tampoco imaginaba que iba a ganar el Europeo de 100 km 2013 o que iba a ser subcampeón del mundo en 2015. Ha sido a base de trabajo y teniendo las ideas claras; yo no iba a dejar mi vida laboral por el deporte. He compaginado todo y con mucho esfuerzo han ido llegando resultados, pero no les doy mucho valor. Recuerdo que tras proclamarme campeón de Europa de 100 km hicimos una cena y me di cuenta de que la gente estaba mucho más contenta que yo. Desde fuera se le da más valor a lo que hago. Yo simplemente corro, me gusta, y cuando paso la línea de meta digo “ya está" y a por otra…
Trabajas muchas horas en el Departamento de Diseño e Ingeniería Mecánica del Centro Tecnológico IK4 – Tekniker. ¿En qué consiste tu trabajo?
Soy una persona muy comprometida en el ámbito laboral y no me importa echar todas las horas que haga falta para sacar el trabajo. Mi función es diseñar cosas raras dentro de la especialidad de la máquina herramienta, sobre todo instrumental científico y bancos de ensayos. Me llega un proyecto, tengo que desarrollar algo que no existe en el mercado, analizo lo más parecido que hay, y con el resto del equipo calculo las cosas que hacen falta, me pongo a diseñar y luego hay que hacer el seguimiento de la fabricación de lo diseñado, su montaje y su funcionamiento real, así como sus posibles mejoras.
¿Cómo has conciliado correr con el trabajo y la familia?
Madrugo mucho, a las seis de la mañana estoy entrenando y a las ocho en el trabajo. Siempre he intentado organizarme mucho y priorizar. Aunque trabaje ocho o diez horas al día, o lo que haga falta, entreno y llego a casa para preparar la cena y estar con mi mujer y mis hijos. En el trabajo igual piensan que estoy medio loco, pero tendrías que hacerle la pregunta a mi jefe (risas).
¿Crees que una de las claves de haberte mantenido tanto tiempo es que no has abusado de las competiciones?
He entrenado como el que más y he hecho tanto volumen como José Ríos, Diego García o Martín Fiz. Pero no he competido mucho, porque yo tengo mi trabajo y nunca me ha hecho falta competir para vivir. Para mí esto no es un trabajo, es un hobby, y al no haberme quemado compitiendo cada fin de semana he podido ser longevo. No me ha interesado la parte económica de las carreras y sí la que verdaderamente me llena.
En Toronto lo demostraste repartiendo tu premio…
Me había preparado para el Maratón de Berlín, tuve un problema en los avituallamientos, no me salió como quería e hice 2:15. Decidí correr otra prueba 15 días más tarde, el Maratón de Toronto. Me puse en contacto con el organizador y le dije que lo único que quería era un dorsal, que no sabía cómo comprarlo, y poder dejar mis botes de avituallamiento. El tipo alucinaba. Finalmente fui a Toronto con dos amigos y me salió relativamente bien. Hice 2:20 en un circuito durillo, quedé quinto, y lo que me pagaron lo puse para el bote y así nos salió el viaje más económico. ¡Lo pasamos fenomenal!
Correr 100 kilómetros es muy duro. Orgánicamente es muy agresivo, sobre todo en la parte final.
Llevas años destacando en el ultrafondo, pero siempre es bueno recordar a los pioneros que abrieron el camino...
Soto Rojas es un apasionado y un pionero, introdujo el ultra en Europa y fue cofundador de la IAU, poco después impulsaría también el tema Rafa García Navas, en una época en las que el pionero fue Ricardo Toro y poco después el gran Domingo Catalán. Con los años fue evolucionando con gente como José María González, Jordi Aubeso, Fermín Martínez, Miguel Ángel Jiménez Parejo y varios atletas más. Siempre pienso que a gente como Soto Rojas o García Navas les tomaban por locos, pero gracias a su lucha por el ultrafondo hoy las cosas han cambiado y disfrutamos de una época buena, en la que estoy convencido de que la prueba de 50 km se va a poner de moda, ya que hay muchas personas que se cansan del maratón y que pueden pasar de ser maratonianos a ultramaratonianos haciendo solo ocho kilómetros más, sin necesidad de la locura de hacer 100 kilómetros.
Para que tú lo califiques de locura… ¡Tiene que ser duro!
Correr 100 kilómetros es muy duro. Orgánicamente es muy agresivo, sobre todo en la parte final. En el 50 lo pasas mal, pero no tiene nada que ver con el 100. En mi caso, obviamente, al ir pisando el acelerador todo el rato en las pruebas de 100, acabas reventado. No es lo mismo hacerlo a tope que planteártelo con el simple objetivo de acabar. Por ejemplo, cuando yo preparaba un 100, hacía un maratón un fin de semana sí y otro también. Y completaba maratones entrenando en 2:35 o 2:38 y no me costaba, a los dos días estaba recuperado. En cambio, cuando corría una prueba de 42,195 km en 2:14 o 2:15 acababa hecho un cristo, con una semana de agujetas y un mes hecho polvo.
Esta conversación la estamos manteniendo a pocos días de tu participación en el Mundial de 50 kilómetros. ¿Cómo te encuentras?
No estoy en la forma que quisiera, aunque he entrenado muy bien. Me está costando tener buenas sensaciones. Las analíticas habían sido normales hasta que tuve una infección en la boca y me hicieron otra, porque la anterior no tenía reticulocitos y había que mandarla a la RFEA. Los valores salieron bajos y ahora me han hecho una más y la serie roja sigue baja. La hemoglobina la suelo tener en 15,2 o 15,4 y me ha bajado a poco más de 14. El hematocrito lo tengo en 41 y suelo estar en 45. No le encuentro explicación, porque me estoy cuidando mucho. Espero asimilar bien todos los entrenamientos en estos últimos días previos al Mundial, en los que se suele recuperar un poco.
¿Cuándo empezaste a preparar este campeonato?
Pues ha sido un poco raro, porque no se podía planificar con mucho tiempo porque al principio no estaba claro si España iba a llevar un equipo al Mundial de 50 km, pero la RFEA se está tomando más en serio el ultrafondo y se ha creado un sector cuyo responsable es Juan Carlos Granado. Me explico… Hasta ahora se apoyaba más el trail y los 100 km, y el 50 estaba olvidado. Una de las medidas de este año ha sido crear un sector o subsector de ultrafondo y valorar la prueba de 50 kilómetros y que España presente equipo para el Mundial. En la RFEA “antigua" el ultrafondo era el patito feo, pero desde la entrada de Ramón Cid como Director Técnico, y de la mano de José Ríos, se le da un impulso primero al 100 km, y posteriormente desde el 2014 con el reconocimiento a nivel internacional del 50 kilómetros y el trail, desde la RFEA se apoya el trail con José Ríos y José Antonio de Pablo, “Depa". Ya con la entrada de José Villacorta se sigue impulsando el ultrafondo y ahora mismo con un responsable del sector, Juan Carlos Granado, en este 2019 se da reconocimiento y validez a las cuatro distancias reconocidas por la IAAF en el ultra que son los 100 km, los 50 km, el trail y las 24 horas. El otro día estuve haciendo recapitulación de las medallas de España en el ultra desde 2004, contando el trail y el 100, y salen 33 medallas entre campeonatos de Europa y del mundo, lo cual es un bagaje importante. En trail España, ahora mismo, es como puede ser Kenia en el fondo.
¿Qué kilometrajes has realizado para preparar el campeonato? ¿Y cuál es la última tirada larga que has hecho?
He completado algunas semanas de 190 kilómetros y muchas que han estado entre 170 y 180. El último entrenamiento que he hecho es una tirada de 32 kilómetros con ritmos lentos, medios y rápidos. Los medios, con un láctico muy bajito, me han salido entre 3:28 y 3:30, que está bien. Y los rápidos no han sido excelentes, pero he estado entre 3:18 y 3:20 con el láctico un poco más disparado. En cualquier caso, me encuentro lento.
¿No será que eres muy exigente? ¿Tan necesarios son los ritmos altos para preparar una prueba de 50 kilómetros?
Bueno, a mí me hubiera gustado entrenar para poder correr un maratón en 2:17 aproximadamente y noto que me encuentro para hacer en torno a 2:22. Lo bueno es que a ritmos relativamente altos soy muy estable y puedo mantener durante mucho tiempo ese paso. Ya veremos de lo que soy capaz en esta nueva aventura (risas).
Ya cuentas con la experiencia previa de haber participado en cuatro competiciones de 50 kilómetros. ¿Cómo viviste esas carreras?
Mi primera experiencia fue en la prueba que albergaba el Campeonato de Italia, en Seregno 2016. Fue un bonito mano a mano con Simone Pessina y Alberico Di Cecco, vencedor del Maratón de Roma, que gané con 2:57:35, que es el vigente récord de España. La segunda fue en los 50 Km de Cantabria 2017, organizados por Soto Rojas; allí quedé primero con 3:05:27. Viajé a Holanda apenas tres meses después y en Winschoten también logré la victoria con 3:00:18 en un día extremadamente lluvioso. Mi último 50 fue el pasado 15 de junio en Santander, donde hice 3:03:51 y repetí triunfo corriendo como en casa. Se puede decir que en los cuatro que he corrido lo he hecho relativamente bien.
A mí la gente me va a dar igual, porque yo creo que sobre 50 km no voy a ser tan competitivo como podría serlo en 100 kilómetros.
¿Relativamente? 4 triunfos y el récord de España...
Es que todos no los corrí a tope. Quitando el de Holanda no los hice con una planificación específica acorde con la distancia. En alguno creo que los tiempos podían haber sido mejores. En el Mundial, aun no llegando como me gustaría, mi intención es exprimirme y darlo todo.
¿Cuál va a ser tu estrategia en Brasov (Rumanía)? ¿Disputar una carrera táctica vigilando a los rivales o buscar desde la salida un ritmo determinado?
Me lo quiero plantear por sensaciones. A mí la gente me va a dar igual, porque yo creo que sobre 50 km no voy a ser tan competitivo como podría serlo en 100 kilómetros. Me refiero a que veo complicado entrar a la disputa por las medallas, así que mi idea es salir a mi ritmo y luego ver lo que pasa, qué día sale, y sobre todo disfrutar de esta nueva vivencia, que es lo más importante en esta fase de mi trayectoria deportiva.
¿Qué nos puedes contar de tus compañeros de equipo?
Daniel Hernando es muy regular e Iraitz Arrospide creo que lo puede hacer muy bien, seguro que nos da una alegría si se adapta a la distancia. Tras las bajas de Nerea Arregui y Mireia Sosa por lesión, Alicia Pérez también rendirá muy bien. Todos han hecho una planificación muy seria y llegan en buenas condiciones, a ver si en años venideros se anima más gente buscando “su espacio" en esta distancia...
A estas alturas de tu carrera, ¿qué significa para ti emocionalmente participar en un Mundial? ¿Sigues con la misma ilusión de siempre?
Para mí es algo muy especial, porque el año pasado ya comenté que iba a correr mi última carrera de 100 kilómetros. No digo definitivamente que no vaya a correr otro, pero en teoría no entra en mis planes, así que cuando dijeron que iban a apoyar la prueba de 50 kilómetros desde la RFEA me hizo mucha ilusión contribuir a dar un empujón a la distancia y me decidí a poner toda la carne en el asador para ir en el primer equipo español que va a tener representación en un Mundial y hacer lo que buenamente pueda.
¿Sigues contando con el mismo equipo fiel?
Por supuesto, siempre con Santi Pérez como entrenador y me ayudan y me motivan mucho Xabier Leibar, el “mecánico" José Luis, Coe y todo el equipo de New Balance (para mí una familia), la grupeta, los técnicos del CPT y el BAT, Alejandro, Gorka, y Guille y, cómo no, mi familia (que es la que sufre el día a día) y muchas personas más que me han animado siempre… Para mí el atletismo es un deporte individual formado por un equipo y todos son importantes. Sin su apoyo no hubiera conseguido ninguno de mis logros.
Me gustaría probar una ultra de 12 horas, desearía repetir el Comrades Marathon, estaría bien hacer una Spartathlon y no descarto participar en alguna carrera de montaña.
¿Notas mucho el peso de los 46 años?
Sí, me cuesta mucho más recuperar, he perdido algo de fuerza y también percibo que tengo menos elasticidad. Otro problema es que al estar muchos años corriendo pruebas de 100 kilómetros, me he vuelto muy económico corriendo. Ahora tengo una zancada y una técnica muy fea, apenas levanto los pies. Eso es bueno para correr pruebas de ultradistancia y para sostener ritmos en torno a 3:25 por kilómetro, pero si quiero correr a 3:00 ya me cuesta muchísimo impulsar y alargar la zancada, cuando hace unos años era algo relativamente sencillo.
Aunque tú no consideres que esos ritmos son altos, en tu última prueba de 50 kilómetros, en Santander, batiste la mejor marca mundial M45 con 3:03:51.
La verdad es que no le doy mucha importancia, aunque entiendo que vende. Sí que hace ilusión, pero yo compito con los absolutos, no miro las marcas de los máster y me sigo comparando con gente que tiene veinte años menos que yo (risas).
Llevas un par de años diciendo que ya es tu última carrera en la élite de las pruebas de 100, etc. Conociéndote y sabiendo lo mucho que te gusta correr, cuesta creer que no vayas a seguir compitiendo con la selección siempre y cuando te respeten las lesiones y puedas compaginarlo con tu trabajo y tu vida familiar.
Siempre he corrido porque me gusta. Jamás lo he hecho por dinero. Mi idea es bajar el nivel de exigencia y dejar de correr 50 y 100 con la selección, para poder compaginar mejor mi afición con el trabajo y la familia, porque siempre estoy haciendo cábalas. Hasta cuando me voy de vacaciones tengo que estar encajando los entrenamientos de la mañana y la tarde… y si eso ya cuesta cuando eres un atleta de élite profesional que se dedica a ello, si tienes 46 años y mis responsabilidades laborales y familiares, que cada vez son mayores, cuesta mucho más. Eso sí, aunque baje el pistón, nunca dejaré de correr.
¿Sientes ilusión por alguna prueba que no hayas hecho?
Me gustaría probar una ultra de 12 horas, desearía repetir Comrades Marathon, que no me salió bien, estaría bien hacer una Spartathlon y no descarto participar en alguna carrera de montaña por viajar e ir con los críos, aunque no voy a ir de macho man diciendo que en trail lo voy a hacer muy bien.
¿Te llama la atención la Zegama-Aizkorri?
Sí que me gusta esa carrera, salvo la parte de arriba del cresterío, porque yo soy un pato, pero estaría bien probarla, y también la Transvulcania. En ambos casos sería para disfrutarlas, no para intentar ir delante.
Fuera de la carretera has corrido también la Ribera Run, una prueba en la que además has podido compaginar tu pasión por correr con tu afición por el vino…
Es bonita y está muy bien organizada. Lo he pasado muy bien los dos años que he participado. Es “corrible", no es el típico trail de montaña, y los aficionados al vino pueden disfrutar del turismo enológico tras competir. Para muchos dos aficiones en una. ¡Me encantan los vinos de Ribera! Siempre con moderación, claro.