David Rumbao piensa 364 días al año en mejorar el maratón de Madrid. Aunque sé que realmente son 365 le concedo el beneficio de la duda, puede que el lunes después de la carrera se conceda 24 horas de desconexión y, no sé, quizá haga lo que el resto de los mortales un día de asueto: tomar café, dar un paseo, ir al cine y poder concentrarse sólo en eso. Porque David pertenece a una curiosa raza, la de organizador de eventos, una que vive con la permanente sensación de que algo puede salir mal. Un oficio en el que, si todo sale bien, es lo mínimo que podría esperarse. Como en las tablas de puntuación de la gimnasia, el evento perfecto es difícil de conseguir y, como mucho, uno puede llegar a empatar. Condiciones todas ellas que hacen que el organizador de eventos metamorfosee en oficios para el resto de mortales: administrativo, márketing, finanzas... un trabajo que te ocupe la cabeza durante unas 40 horas semanales.
Pero David Rumbao tiene la impronta de haber nacido en una familia que ya organizaba el maratón. Me gusta imaginármelo (a él y a su hermano Iván) criándose entre arcos de meta, tomando papilla mientras los mayores discuten del recorrido o apoyados contra una valla cada tercer domingo de abril con la retina fijada en miles de piernas latiendo acompasadas. Mamando esfuerzo, superación, olor a linimento. Adquiriendo valores que, de mayores, les han servido para sobreponerse a los obstáculos. Para dar un kilómetro más. Para no bajar los brazos cuando la divina providencia te anuncia que toda España está llamada a depositar el voto en la urna el día que tú tienes a unos 30.000 participantes llamados a depositar su esfuerzo en el crono. Pero ni Iván ni David abandonan, y estoy seguro de que alguien en el Ayuntamiento recibió una llamada de teléfono minutos después de que Pedro Sánchez abandonara la sala de prensa del Palacio de la Moncloa. Sólo cuatro días después del anuncio electoral ya había solución, dos jornadas, si descontamos el fin de semana. La mejor solución para los corredores: adelantar el maratón a la víspera en las mismas condiciones. A David Rumbao y los suyos les quedan dos meses de esfuerzo adicional, algo que sería un contratiempo para el resto de los mortales, pero que David Rumbao definiría como otro día en la oficina.
El arriba firmante lamenta haberse explayado tanto con la presentación, cuando sólo quería reproducir la carta abierta escrita en Instagram por David Rumbao, así que ruego disculpen la introducción y permítanme echarme a un lado para dejarles con David.
TODOS PARA UNO Y UNO PARA TODOS.
Dicen que ante las adversidades salen a relucir la virtudes y de eso tratan estas líneas.
Hace poco menos de un año nos daban la noticia: sin paños calientes, sin miramientos... el Parque del Retiro no acogerá más carreras. ¿¡Qué!? pero si estamos a menos de dos meses para la carrera... tenemos más de 30.000 inscritos, recorridos homologados, permisos solicitados... conclusión, la planificación de casi un año a la basura y menos de un mes para estudiar, planificar y organizar lo que normalmente se haría en 8 o 9 meses. ¿Y bien? Pues para hacer el cuento corto, un equipo de unos pocos consiguió lo que muchos no creerían que fuese posible.
No fue fácil, sino más bien todo lo contrario, fue complejo y agotador (hasta la extenuación) pero lo hicieron, se sobrepusieron ante la adversidad y con valentía, esfuerzo y coraje, aquel 23 de abril de 2018 pusieron en bandeja de plata las herramientas para que más de 30.000 valientes cumpliesen sus sueños a golpe de zapatilla en un día que tuvo un brillo especial en Madrid. Y no solo fue lo radiante que lucían los protagonistas, algo tuvieron que ver las lágrimas de emoción que se derramaron entre los que estaban al pie del cañón.
Ahora, casi un año más tarde, con más de 26.000 inscritos provenientes de 100 países, nos vuelven a retar. Este año no va de arboles o medio ambiente. Este año las malditas casualidades son las que intentan arrebatar el protagonismo a nuestros valientes, a nuestros héroes. Entre las infinitas opciones que había en un futuro incierto, nos cayó la maceta en la cabeza y el día de nuestro maratón, el 28 de abril, con el que llevamos soñando casi un año, fue el elegido por el presidente del Gobierno para convocar elecciones generales.
Afortunadamente no hay tiempo para resignaciones, somos conscientes de que no podemos compadecernos de nosotros mismos, solo hay un camino, el mismo que tomó Filipides en su gesta hacia Atenas, el mismo que toman sus compatriotas maratonianos cuando se les presenta el famoso muro allá por el km33, el camino del esfuerzo, el sacrificio y la perseverancia.
Lamentablemente esta vez no depende únicamente de nosotros, necesitamos vuestra ayuda y apoyo, el de todos los corredores pero estoy seguro de que, una vez más, nos vais a demostrar que la pasta de la que estáis hechos los amantes de este deporte, es una pasta distinta, es una pasta impregnada en unos valores de compañerismo y solidaridad que no están al alcance de cualquiera.
Por nuestra parte poco más, solo una promesa, o mejor aún, un juramento (puesto en pie y con la mano en el corazón), vamos a poner todo de nuestra parte trabajando hasta la última gota de sudor, hasta el último aliento, para que vosotros, los verdaderos y únicos protagonistas del EDP Rock n Roll Madrid Maratón & 1/2 (y nuestra prioridad número 1) el 27 de abril disfrutéis de esta preciosa ciudad y cumpláis vuestros sueños, haciendo lo que más os gusta, correr.
Ad astra per Aspera.
DR
