Llevo ya varios años escribiendo para publicaciones vinculadas al deporte. Antes en “esa revista de la que usted me habla" y ahora en la flamante, esplendorosa y completísima CORREDOR. En todo este tiempo he dedicado gran parte de los artículos al maratón, a sus entrenamientos, a sus errores, a su alimentación... Me he empapado de esta distancia siempre desde la prudencia de un 'no maratoniano'.
Pues bien, ahora, 14 de noviembre de 2019, puedo decir que estoy completamente envenenado. Sé que se me pasará en algún momento, pero necesito correr un maratón, acabarlo y disfrutarlo. Por ese motivo he buscado un dorsal para el próximo Maratón de Valencia Trinidad Alfonso EDP y... ¡lo he conseguido! Gracias a un cambio de titular, ya que las plazas estaban agotadas desde hace meses, estaré el próximo 1 de diciembre en la salida de esta carrera.
Cuando tomé la decisión (que luego no cumplí) de no salir en Nueva York, tenía ya en mente la opción de Valencia. En España, con la casa de un buen amigo como alojamiento, un viaje cómodo, una organización de 10 (véase el número 8 de la revista Corredor) y, por encima de todo, la sensación de no estar agotado ni física ni psicológicamente.
En estas semanas que quedan para Valencia mi objetivo no es otro que mantener el estado de forma que tenía antes de ir a Nueva York.
En cuanto confirmé mi inscripción en Valencia escribí a Juan Carlos Granado, mi entrenador, para comentárselo. Ya sabía que era mi intención y por eso me dijo que la semana posterior a Nueva York fuese tranquilo, haciendo rodajes pero sin acumular muchos kilómetros ni muy rápido. Pasé esos días en la ciudad y el sábado volví a España para empezar a entrenar este lunes con un mini-plan específico de cara a Valencia. Por ese motivo los entrenamientos de esta semana 13 1 son muy poco interesantes, aunque los podéis ver aquí.
En estas semanas que quedan para Valencia mi objetivo no es otro que mantener el estado de forma que tenía antes de ir a Nueva York y, por encima de todo, no ponerme malo. Trataré de gestionar la intensidad de los entrenamientos ya que un fallo en ese aspecto puede derivar en una debilidad que me haga volver a sufrir algún episodio de fiebre. Crucemos los dedos.
LAS SENSACIONES CON LAS CARBON X EN LOS 29 KM DE NYC
Cuando publiqué el anterior capítulo hubo un par de personas que me preguntaron las sensaciones con las HOKA ONE ONE Carbon X en Nueva York. Aquí van. En primer lugar decir que tuve que buscar un par en talla 10US (generalmente utilizo 9.5US pero en las tiradas largas había notado algo de presión en la parte delantera y no quería problemas). Las sensaciones con ellas son magníficas en asfalto, con una pisada muy redonda pero también reactiva. Ligeras, cómodas en general. Es verdad que sufrí algo en el asfalto de Nueva York, muy rugoso y con baches, pero la efectividad de la zapatilla fue total. Como anécdota, decir que alrededor del kilómetro 4 se me quedó clavado algo en la zapatilla que continuamente iba sonando con el suelo y molestando. En ese momento pensé en una historia que me contaron una vez de Javi Domínguez Ledo, un fenómeno de las carreras de ultra distancia en montaña, que venía a decir que si a él se le metía una pequeña piedra en la zapatilla, dejaba de pensar en ella, se olvidaba y ya no molestaba. Por eso mismo dejé de darle importancia y, como no era algo que me doliera ni generara un impedimento para correr, dejé de notarlo. Al llegar al hotel ví lo que era: ¡una chincheta doblada!
LOS DATOS DE ESTA SEMANA (4-10 NOVIEMBRE)
- Kilómetros acumulados: 40. Y muy guarros
- Sesiones: 3.
- Nivel de fatiga (sobre 10): NS/NC.
- Lugar de entrenamiento: Nueva York y Soria. Capitales del mundo.
- Veces que me han dado la solución al problema previo al maratón: Doscientas cuarenta y tres. Ninguna coincide.
