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Recaredo Agulló: un impulsor incansable de los valores más puros del atletismo y el running

Descubre a una de las personas más relevantes de la historia del atletismo en nuestro país

Franc Beneyto

15 minutos

Recaredo Agulló es una persona imprescindible en el atletismo español

Recaredo Agulló Albuixech, “Reca” para los amigos, es una persona ejemplar, que aporta una luz especial allá donde va. Es tan respetuoso con todo el mundo que raya la excelencia. Las palabras salen de su boca con sabia inteligencia y enorme dulzura. Sabe estar y da gusto hablar con él. Es un sabio del atletismo, como una enciclopedia abierta… Tanto, que en los tiempos que corren, sería lo mismo que decir que Recaredo Agulló es “el Google del atletismo”.

Nació en Valencia el 31 de mayo de 1947. A partir de los cinco años pasaba los veranos en una pequeña localidad del interior de la provincia de Valencia llamada Siete Aguas. Conoció el atletismo escuchando las anécdotas que le contaba su padre, ya que le hablaba de la Volta a Peu a Valencia que se organizaba en los años 20 y en la que había participado con amigos. Su padre corría con unas alpargatas, que eran unas playeras y que le hacían sangre. También había competido en 3000 y 5000 metros. Y le hablaba de Nurmi y de Zatopek, pero también del Athletic de Bilbao y del mítico Zarra, al que consideraba amigo. Estas íntimas charlas con su progenitor le motivaron y facilitaron que se enganchara para siempre a la práctica deportiva.

El padre de Recaredo tuvo que dejar de correr y de hacer deporte a consecuencia de la Guerra Civil (1936-1939) y posteriormente, para poder sobrevivir como fuera. Así pues, Reca nunca le vio correr.

Pasados los años, muy buenas cualidades físicas debía de mostrar nuestro protagonista, ya que en su época de estudiante de bachillerato en el Luis Vives de Valencia el profesor de Educación Física, Bernardo Gavilá, le ordenó: “Usted el domingo que viene va a correr el cross escolar Trofeo Elola en categoría juveniles”. Y claro, en aquella época lo que decía el profesor era dogma de fe, y había que hacerlo sí o sí.

Ese cross se organizó en el cauce del Turia y, ya en carrera, nada más salir le pisan por detrás y pierde la zapatilla. Se para, se agacha, se pone la zapatilla y cuando alza la vista observa que todos ya están bastante lejos. Se pone a correr desesperadamente, va cogiendo a atletas y sorprendentemente cruza la meta como tercer clasificado. Gracias a ello es seleccionado para participar en el campeonato de España de campo a través.

Cuando preguntamos a Reca por qué corría, su larga respuesta es maravillosa: “De pequeño, con seis, siete y ocho años me iba a subir montañas con mi padre. Eran caminatas de tres a cinco horas. Tengo fotos subiendo con él al Pico la Nevera, y gracias a estas caminatas creo que desarrollé las piernas de una manera superior a mis compañeros de 10 u 11 años. Yo me daba cuenta de que cuando corríamos, yo iba más rápido. Además, tenía muy claro que a mí no me iban a coger. También jugaba al fútbol en la calle y esto también ayudaba mucho a desarrollar las piernas. Por otro lado, jugaba de portero en el Club de los Muchachos, en el Club La Industria, que eran filiales del Valencia CF en categoría infantil, hasta que un día me sacan de jugador de campo y el entrenador se da cuenta de que corro mucho y el míster me lo dice agregando que el problema es que me dejaba el balón detrás, ja, ja, ja…

Hasta los dieciocho años compaginé el fútbol con el atletismo, porque a mí lo que me motivaba era correr. Pero a partir de la mayoría de edad me dediqué únicamente al atletismo. Años después, mis amigos que llegaron a jugar en el primer equipo del Valencia CF me comentaban que fue una lástima que no continuara jugando porque hubiera llegado lejos. Pero es que a mí la agresividad que había en este deporte no me gustaba.

Con 17 años Antonio Ferrer me vio correr y me puso en contacto con Emilio Ponce para que me entrenara. Dos años después pasé a entrenar con Rafa Blanquer y con él hago los récords absolutos de la Comunidad Valenciana de 800 metros (1:57.0), 1000 metros (2:34), 1500 metros (4:05), 4 x 400 metros y 1500 metros obstáculos (no recuerdo bien la marca de esta, pero sé que fue la segunda mejor marca española de aquel año). ¡Apenas tenía 21 años! La mayor parte de estas marcas fueron hechas en las pistas de Fornás de Puerto de Sagunto, en San Sebastián, y en las pistas universitarias de Valencia, entre 1967 y 1968”.

Estudiando en la facultad de Filosofía y Letras, Reca impulsó la práctica deportiva al ser el delegado del Sindicato Libre de Estudiantes, creando varios equipos de diferentes deportes: atletismo, fútbol y balonmano femenino. Estas últimas quedaron campeonas de España universitarias.

Su primer contacto con una pista sintética fue en 1975 en Cheste (Valencia), participando en una prueba de 10.000 metros. En esta distancia llegó a correr en 34:17. La época entre los 22 y los 25 años la considera como la de un “dominguero”, ya que apenas tenía tiempo para entrenar entre semana y solo corría los sábados y domingos. No competía.

Entre semana el tiempo lo ocupaba dando clases por las mañanas como profesor en Los Salesianos, por las tardes ejercía de chófer de su padre, que era agente comercial. Por la noche daba clases en el Bachillerato nocturno en el Instituto San Vicente Ferrer. Y esto último incluía los sábados por la tarde. Y por si fuera poco, el limitado tiempo del que disponía era para preparar oposiciones, así es que el tiempo para entrenar era cero, “pero me desahogaba los sábados y domingos yendo a El Saler a correr con un grupo de atletas que estábamos todos pirados, ja, ja, ja: Antonio Campos, López Peris, Hermida, Rosell, Hinarejos, Palanca, López Santacruz, Guzmán, bueno una panda (más risas) de deportistas que corrían muchísimo… Campos, Hermida, Peris, los hermanos Rubio, todos eran campeones de España”.

En 1970, con veintitrés años, estando destinado en San Roque (Cádiz) para hacer el servicio militar, no sabían qué hacer con él porque le tildaban derojo” por haber sido delegado de deportes del Sindicato de Estudiantes. Reca le propone al capitán dar clases de Geografía, Historia y Lengua a los que hacían el curso de sargento y además le propuso formar un equipo de atletismo de cross. El capitán contestó afirmativamente al ver su excelente formación académica y experiencia.

Poco después, en el campeonato de España de cross militar celebrado en Sevilla quedan subcampeones. Y el general llama al coronel del regimiento Pavía 19 de Cádiz para felicitarle y decirle “Enhorabuena, porque es la primera competición a la que venís y quedáis subcampeones de España”.

Así pues, ya cuando Reca estaba terminando las prácticas militares el coronel -orgulloso de su buen hacer- le reunió a él con los oficiales y dirigiéndose a Agulló dijo públicamente: “Hijo mío, por qué no te quedas en el ejército”. A lo que Reca contesto: “Muchas gracias, mi coronel, por llamarme hijo, pero mi padre me necesita en su trabajo porque no conduce. Y en casa comemos de lo que trabaja mi padre. Y yo todavía no he terminado mis estudios”. Y allí acabó su legado militar, dejando huella de nuevo.

Finalizadas las milicias trabajó en los Salesianos de Valencia dando clases de francés durante seis años hasta que aprobó las oposiciones en 1975. Entonces todo cambió porque ya tenía asegurado el sueldo y comenzó de nuevo a practicar atletismo.

En el curso 1976-1977 dio clases en el instituto de Mula (Murcia) como profesor agregado de francés y a partir del curso de 1977-1978 ejerce como catedrático de francés en Catarroja. En 1979 nace la famosa carrera de Siete Aguas, de la cual es organizador. “A partir del año 80 hacemos que sea de 20 kilómetros e internacional. Comienzan a venir los kenianos, liderados por John Ngugi, que era pentacampeón del mundo de campo a través. A este, para no tener que contratarlo a través de un mánager en España, nos vamos a Sevilla, donde va a competir, y nos ahorramos un montón de dinero al gestionarlo con un manager inglés. El ayuntamiento de Siete Aguas se puso contentísimo conmigo con esta negociación y por traer a estas estrellas mundiales. El periódico El País publicó un artículo destacando cómo un pueblo de 1500 habitantes era capaz de traer a John Ngugi, Rono, Susan Sirma, Paul Kipkoech, Fernando Mamede, Cipriano Lucas... Esto para Siete Aguas fue una publicidad de enorme valor”.

Pasan los años y cumplidos los cuarenta compite en campeonatos de España máster donde logra ser campeón en 800 y 1500 metros. Entrenaba cuatro sesiones semanales y considera que, al disponer de más tiempo, entrenaba más en esta etapa de veterano que de júnior y promesa: “Como atleta máster, algunas sesiones eran de incluso 15 o 16 kilómetros. Entrenaba siempre que podía por el monte, porque me gustaba y porque sabía que iba a fortalecer mucho las piernas. Las cuestas, las subidas, las bajadas… tanto en Siete Aguas, Albaida (la localidad de mi mujer) y en Cullera. Eso me daba fuerza, yo creo, pero también lesiones. Estas forman parte del deportista, del entrenamiento. Siempre me he recuperado de ellas con el descanso. Yo sé que si la lesión no es grave, con el descanso se va a ir. Tienes que descansar. Pero a veces la impaciencia te hace volver a los entrenamientos antes de tiempo y eso lo fastidia todo, porque recaes y todo lo que has avanzado lo retrocedes. A dia de hoy, ya lejos de aquellos entrenamientos destinados a la competición, procuro correr una distancia en la que me encuentro a gusto, correr por correr. El verano pasado corrí en seis o siete carreras en pueblos, en distancias comprendidas entre los 5 y los 10 kilómetros. A ritmo tranquilo y con mi hijo Víctor. Con amigos….

Todos los años compito en tres o cuatro carreras… La San Silvestre de Valencia la he corrido con mi nieto Arnau. He hecho algo de pista también pero no se puede decir que lo he hecho con una ambición competitiva.

¿Qué diferencias hay entre tus entrenamientos de joven y de máster?

Con 18 años entrenaba solo tres sesiones semanales y todo lo hacíamos en el campo de fútbol de hierba que había anexo al actual Mestalla. Era un campo donde entrenaban los futbolistas del Valencia CF. Teníamos delimitado con estacas en el campo un circuito ovalado, como una pista de atletismo, que medía 300 metros. Y allí hacíamos nuestras series de 300m que había que hacer siempre un día a la semana en un tiempo determinado: 5 x 300 metros en 45 segundos con 5 minutos de recuperación. Aunque siempre nos salían más lentas, en 46, 47 o 48 segundos, pero la meta era conseguir los 45 segundos preestablecidos.

La primera repetición y la segunda la hacíamos…pero a la cuarta y la quinta te lo prometo que se nos hacía muy duro. Nos dolía hasta la cabeza. Todas las hacíamos con clavos. Estas series las realizábamos cuando la temporada ya se ponía caliente, cuando teníamos que competir en pista.

Lo que hacía mucho Emilio eran unas tablas de gimnasia fabulosas. Un acondicionamiento físico que yo no he visto a nadie hacerlo. Se hacía dentro de un gimnasio en el que se combinaba todo (brazos, piernas y abdomen) con una muy buena tabla de abdominales, porque estos ayudan a mantener la cadera alta. Siempre en ese orden. Las piernas se trabajaban con muchos multisaltos y pesas.

El abdominal debe estar muy fuerte para transmitir toda la fuerza que realiza el pie sobre el suelo. Emilio era un crack en el acondicionamiento, pero sabía poco de entrenamientos, de series, etc. Sin embargo, Rafa Blanquer conocía nuevos sistemas de entrenamiento porque lo había aprendido en la Blume. A mí me gustaba el fartlek en el Saler.

También hacíamos series cortas de 30, 40 y 50 metros con recuperaciones completas. Las hacíamos en bloques: 3 x 30m, 3 x 40m y 3 x 50m, y entre bloque y bloque un descanso largo.

Para mí es esencial que, en cualquier momento de cualquier carrera deportiva, de cualquier deporte, la velocidad debe de estar presente. Es un error que los entrenadores piensen que este corredor es lento y va a serlo toda su vida. ¡Error! Este es rápido y va a ser rápido toda su vida ¡Error! Mira la chica que ganó ayer el pasado Medio Maratón de Valencia, la alemana Konstanze Klosterhalfen, es una atleta que viene del 1500 e hizo 1:05. Y es que hay que trabajar tanto las fibras rápidas como las lentas de cualquier atleta. Si a un atleta lo entrenas lento, lo condenas.

En el 68, que es cuando bato todos los récords y lo hago con Rafa, gracias al trabajo previo de fuerza inculcado por Emilio, las sesiones semanales consistían en una sesión de rodaje de 45 minutos, otra sesión de gimnasio y otro día tocaban series. En total, tres sesiones. Sin embargo, como máster entrenaba 4 y 5 días a la semana. Logré el récord de España máster en pista cubierta con 41 años haciendo 2:04-2:06 (no lo recuerdo). En Verona en los Europeos 2:06, que hoy en día es una “caca de la vaca”. Yo tenía 41 años y desde hacía muy poco los veteranos competían en pista cubierta.

Recuerdo ir a las pistas de El Saler a pegarnos unas palizas de padre y señor nuestro. Porque después de correr hasta el lago y volver, o hasta el campo de golf y volver, es decir 11 km o 16 km respectívamente, nos metíamos en las pistas para hacer series. A hacer “cienes” (rectas de 100m). Eran 20 x 100m, yo creo que estábamos mal de la cabeza. En esta etapa me entrenaba yo solo.

Todas las repeticiones las hacíamos por debajo de 20 segundos. Esto lo aprendí con Antonio Postigo, que venía de vez en cuando a Valencia. Nos desplazábamos juntos en coche hasta la pista de atletismo de El Saler y de allí ya íbamos corriendo hasta el campo de golf al trote. Y ya de regreso en la pista me decía “ahora hay que hacer rectas para activar las fibras rápidas. Intentaremos llegar a 15 o 20 repeticiones”.

Yo además en otra sesión hacía 5 x 1.000m a 3:30. ¡Siempre! A ese ritmo yo siempre lo podía hacer. Hice un 5000m con 42 años en Francia en 16:15 (a 3:15/km), por tanto en las series de mil metros a tres minutos treinta me encontraba a gusto.

Para lograr los 2:04-2:06 en 800m como máster, las series más específicas que mejor recuerdo eran las de 500 metros a 1:25. Recuerdo una sesión realizada con Jorge Juan Sempere y Fernando Sinovas, en El Saler que les gané corriendo en 1:09 y yo era quince años mayor que ellos.

De joven mi mejor carrera de 400 metros fue 52:5 hecha en las pistas universitarias de Valencia en 1967 y con 41 años corrí en 54:45 en Castellón, al aire libre. Hasta los 46-47 entrené cuatro sesiones a la semana, realizando más o menos siempre lo mismo: gimnasio, un día de dunas, cuestas, un día rodaje largo y un día de series.

En invierno las series desaparecían y lo cambiaba por rodaje por montaña. Las series aparecían en la temporada de pista ya en “la Fonteta”, en el pabellón de La Fuente de San Luis”. Y ahí hacíamos las series de 500 metros. En función de cómo estaba el cuerpo hacía 3 o 4 repeticiones con 5 minutos de recuperación. También hacia series de 300 metros siempre por debajo de 48 segundos y tengo grabado que la cuarta y la quinta lo pasaba mal. Las repetía hasta cinco veces. Y de vez en cuando las series cortas de velocidad

Entrenaba cuatro sesiones porque era lo que se preconizaba en aquella época. Hoy en día si no entrenas seis sesiones a la semana no eres nadie. Son épocas distintas. Es que es otro mundo. Mira Franc, cuando yo comencé a correr de joven la gente entrenaba dos o tres veces por semana como mucho. Era lo lógico. Entrenar 5 o 6 sesiones hubiera sido de estar loco. De estar enfermo. Eso para los maratonianos. ¿Para qué más? Si con tres días me sobraba.

Cuando yo comencé a correr de joven , la gente entrenaba dos o tres días por semana como mucho. Entrenar cinco o seis sesiones hubiera sido de estar loco.

De joven en invierno hacíamos cross, en Madrid, San Sebastián… y daba igual cómo quedara. “No te preocupes” decía Rafa Blanquer, que es invierno, ya llegará el verano y a partir de abril era cuando comenzábamos con las series para afinar la puesta a punto. Las series de 150 metros eran a tope…18 y 19 segundos, siempre por debajo de 20. ¡La recuperación entre ellas era máxima porque siempre había que hacerlas a tope! ¿Cantidad? Entre 3 y 5. “Si puedes hacer 5, hazlas”.

De joven me llevaban de viaje a competir y esto me hacía disfrutar. A partir de los 47 años dejo de entrenar para competir, me pongo a estudiar a fondo, a escribir y me convierto en un corredor recreacional. Y no pienso en campeonatos de España ni en nada. Pienso en correr muchos años y lo hago tres días a la semana, un día sí y otro no. Me bajo al río o a los Viveros. Corro entre treinta minutos o una hora.

El año pasado, al venir de la Milla de Ibiza (subió al pódium como Máster 75) me dije “voy a correr la Media Maratón de Valencia”. Y pensé, voy a ver si soy capaz de rodar 12 o 14 km seguidos y si lo consigo participo. Fui al río e hice 12 km a 6:30/km. Entonces pensé “Ya está, si voy a 7:00/km acabaré la prueba. Pero me inquietaba el pensar ¿Y si llego al kilómetro 15 y mi cuerpo no puede más y me tengo que parar? ¡Qué vergüenza! Pues logré terminar la media al mismo ritmo que rodé los 12 km, a 6:30 por kilómetro! Este rodaje de 12 km lo hice solo siete días antes de la media.

Yo hacía tiempo que no rodaba ni 10 km, porque lo que hacía al bajar al río era realizar una tabla de gimnasia a mi modo, que te puedes reír… y luego corría tranquilamente. Y es que con eso tengo suficiente para estar bien de forma.

Mi rutina a partir de los 47 años siempre ha sido muy parecida incluso en verano. Si estoy en Albaida, en Siete Aguas o en Cullera siempre son también tres sesiones por semana, día sí, día no. 50 minutos de carrera tranquila, ducha… y aquí paz y allá gloria. Antes de comenzar siempre hago un poco de gimnasia (unos 10 minutos) y al acabar unos estiramientos (6 o 7 minutos).

En esta rutina meto un día específico de series, de 50-60m rápidos, cada semana o cada dos semanas, y las hago a un 80% de intensidad y las repito 20 veces. La recuperación es regresar andando.

Cuando ruedo me encuentro más a gusto cuando hago 40 minutos y es que rodar es lo que mejor me va. Todos los días hago abdominales, 15 o 20 repeticiones, previo a salir a correr. Mi trabajo de brazos dura 3 o 4 minutos. En invierno y en verano hago lo mismo.

Desde tus conocimientos y experiencia personal, con toda una vida vinculada al deporte y sobre todo practicándolo… ¿Qué le recomendarías hacer a una persona de más de 50 años?

Yo creo que hay cosas que son muy sencillas:
Primero: Entrena aquello que puedas asimilar. Tú sabes cuándo asimilas y cuándo no asimilas… cuándo sumas y cuándo dejas de sumar. Entonces procura sumar.

Segundo: Pon la carrera, el ciclismo o la natación al servicio de tu cuerpo. Tu cuerpo te envía señales… y te dice cuándo está bien y cuándo está mal lo que estás haciendo. Escucha mucho a tu cuerpo, ponte metas que sean normales.

Tercero: No pretendas hacer lo que ya no puedes realizar, ni lo que hiciste, porque eso ya no va a pasar. Eso ya pertenece a otro tiempo.

Cuarto: Disfruta todo lo que puedas de cada una de las zancadas, de las brazadas, de las pedaladas que des porque es lo que te va a quedar. El disfrute. Cuando salgas a entrenar hazlo como siempre como si fuera la última vez. Disfrutando de cada zancada, de tu respiración, del calor o del frío, de cada gesto. No trates de imitar a ese otro que corre más que tú o que nada más que tú, porque tiene otra historia detrás.

Y sobre todo, y lo más importante ¿Tienes una lesión muscular? Descansa, descansa y descansa.

Porque si no es grave se va a ir simplemente con el descanso. No te tomes nada, porque cualquier cosa que te tomes tiene efectos colaterales que te pasarán factura más tarde o más pronto. Porque tú sabes que vas al médico y muchas veces te dice tómate esto. Si puede ser no tomes nada. Que tu propio cuerpo genere tus propias defensas. Esa es mi opinión.

Si es una cosa complicada no dudes en ir a un especialista, alguien que sepa. Porque mucha gente va a gente que no tiene capacidad, ni sabe. Algunos comentan “me ha estropeado este hombre”, Y es que te ha estropeado porque has querido que te estropeara. Hay que confiar en las personas profesionales, con estudios y con saber.

Lo último siempre es operarse. ¡Porque si te operas nunca vas a estar igual que estabas, jamás!

Por mucho que te digan, por mucho que te cuenten “que vas a quedar igual” ¡Mentira! Siempre que he hablado con alguien que le han operado jamás han quedado igual… ¡Jamás!

Y sobre todo no tengas prisa en volver. Hay gente que se precipita. Tienen tantas ganas que lo fastidian.

Y luego hay dos cosas fundamentales aparte de estas: el tabaco y las drogas no pueden formar parte de tu vida. Vamos, lo tengo más claro que el agua.

¿Qué opinas tú de la competición a partir de los 50, 60 o 70 de cada década?

Hay una etapa para pescar y otra para recoger las redes. La vida son etapas. Cuando se es joven yo creo que la competición es buena. A partir de los 50 y hasta los 60 debes plantearte ya la competición. Ya has cruzado el ecuador y la perspectiva de tu propia vida ya debe ser distinta. Esa es mi opinión.

Cuando se es mayor, en la medida que tu cuerpo te lo pida compite. Que te lo pida el cuerpo y no la cabeza porque esta está loca. La cabeza va por un lado y el cuerpo va por otro.

Pero también te diría que la competición en ciertas edades debería desaparecer. Yo mismo no me planteo conseguir ninguna gran marca ni nada por el estilo. Sí que me planteo, que para mí es lo fundamental, que dure el máximo de tiempo de seguir corriendo, saltando o lanzando. Esto es lo que más me gustaría. También sé que algún día esto se acabará y no me voy a equivocar.

Y sé que esto se acabará como se acaban tantas otras cosas… pero voy a procurar que sea lo más tarde posible. Y para que sea lo más tarde posible no he de quemar etapas. Porque a medida que las queme se acortará mi vida y este deporte me ha dado tantas cosas… esto de correr me ha dado tantas cosas que yo tengo que devolvérselas.

Y sobre el maratón ¿Qué opinas?

Yo creo que hay una obsesión con el maratón. Se ha convertido en algo épico… y como la épica forma parte de la persona humana y de la literatura, hay gente que quiere ser épica y a veces sería mejor que no lo fuera ¿Por qué? Porque está arriesgando su salud. Y la salud es lo más hermoso que tenemos en la vida. Y sólo nos acordamos de ella cuando desaparece. Entonces no seamos tontos. No destruyas tu salud, no colabores en esa historia.

¿Qué opinas de la famosa frase que siempre ha circulado entre los atletas desde hace décadas: “debes de correr al menos un maratón en la vida”?

No es necesario… no es necesario. No es necesario ni correr una maratón, ni una media maratón. No es necesario para nada. Es que tienes que supeditar muchas cosas para terminarla. Hay miles de personas que no han corrido una maratón, ni han escrito un libro ni han tenido un hijo, y han sido felices. Si corres una maratón hazlo tras una adecuada preparación física y mental.

Franc ahora ya sabes cómo se entrenaba en los años 60, en los años 70, en los 80… y ahora ya no es así. Pero, no lo olvides cuando hoy o mañana salgas a entrenar, hazlo como si fuera tu último día, disfruta, nunca se sabe cuándo será el último entrenamiento. ¡Gracias, Franc!

Recaredo Agulló (de amarillo en la imagen) sigue participando en pruebas que van desde la milla al medio maratón.

 

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