Cristina Arroba Arcones (59 años) y Tomás Prado Carlos (60, recién cumplidos) forman una pareja de funcionarios madrileños enamorados de la carrera a pie. Tal es su pasión que todos los domingos del año se ponen un dorsal en el pecho para participar en alguna prueba de las miles que conforman el calendario de carreras de nuestro país. Eventos solidarios, carreras de montaña, pruebas urbanas… cualquier excusa es buena para encadenar zancadas en pareja, disfrutar del deporte y alejar los fantasmas del estrés. Para conocer mejor su caso hablamos con Cristina, aunque en realidad ejerce de portavoz de este tándem disfrutón que sigue soñando con descubrir España desgastando zapatillas.
¿Cómo surgió vuestra afición por las carreras?
Yo llevo toda la vida yendo al gimnasio. Hace 20 años mi marido me preguntó si quería que me apuntara a la primera Carrera de la Mujer que se celebró en Madrid. Le dije que sí y completé los cinco kilómetros de la prueba. Al año siguiente me volvió a proponer repetir en esa carrera, acepté, y le comenté que por qué no corríamos los dos. Y empezamos a participar juntos en carreras de 5, 7 y 10 kilómetros. Luego nos fuimos a Cuenca, a la Carrera Hoz del Huécar, que tiene unos 15 kilómetros, y nos planteamos dar el salto al medio maratón. Los dos juntos completamos el Medio Maratón de Madrid y el Medio Maratón de Fuencarral.
Demasiadas carreras en tan poco tiempo seguro que provocaron alguna lesión…
Sí, de tanto correr sufro una condropatía en la rodilla. No es grave, pero de vez en cuando la rodilla me da un aviso. Por ese motivo dejamos de correr medios maratones y ahora solo hacemos pruebas de 10 kilómetros como máximo, salvo una vez al año que corremos la carrera que mencionaba antes, la de la Hoz del Húecar, de unos 15 kilómetros.
¿En qué otras carreras soléis participar?
Los 10 km de Ibiza, la Carrera de la Mujer de París, la Carrera de la Melonera… y como tengo casa en Benidorm hacemos pruebas por Alicante, Campello, Villajoyosa, etc. La Nochevieja del año pasado corrimos la San Silvestre de Sevilla y este año participaremos en la de Córdoba.
¡Qué buen plan el de hacer una San Silvestre diferente cada año!
Siempre hacíamos la San Silvestre. Desde 2014, cuando me compré la casa en Benidorm, corríamos allí cada año, pero hace tres años comentamos que era mejor ir cada vez a un sitio diferente. Intentamos estar una semana, cenamos en Nochevieja en un hotel, con el cotillón incluido, pero no puede faltar la San Silvestre. El año pasado Sevilla, este en Córdoba y en 2025 será en Málaga.
En el tema de las San Silvestres hay puristas que dicen que sólo corren pruebas que se celebren el día 31 de diciembre. ¿Es vuestro caso?
No, de hecho hemos corrido algunas que caían en 28 o 29 de diciembre como Benidorm, Campello o Villajoyosa. Por cierto, también nos gusta disfrutar en la Carrera del Roscón, en Madrid, en la que al acabar te dan un trocito de roscón.
También os gustan las carreras solidarias, ¿verdad?
¡Por supuesto! Nos apuntamos a carreras contra el cáncer, contra el SIDA y otros eventos en los que sentimos que estamos ayudando a personas que lo necesitan.
¿Entrenáis entre semana o solo corréis con un dorsal en el pecho?
Antes iba más al gimnasio entre semana, pero ahora somos abuelos. Tengo un nieto de tres años al que recojo del colegio, le llevo a la piscina, etc. No tengo tanto tiempo como antes. Voy de vez en cuando a aquagym, spinning o Pilates, pero mucho menos que hace unos años.
¿Y tu marido?
Él solo corre los domingos, porque tenemos un taller familiar y él va todos los días allí.
Hacéis tantas carreras que seguro que alguna vez habréis ganado algún trofeo en vuestra categoría, ¿no?
En la playa gano muchas copas, igual tengo cuarenta en Benidorm, pero es por mi edad y porque hay muchas menos mujeres que hombres. En Madrid también he conseguido alguna, por ejemplo, en la carrera de Tetuán, en la de Alcorcón…
¿Corréis siempre juntos de principio a fin en todas las carreras, o cada uno a su ritmo?
¡Siempre juntos! Bueno, yo suelo salir algo más rápido y Tomás va detrás hasta que me alcanza y ya entramos juntos en meta, salvo alguna vez que haya alguna cuesta arriba y él tire un poco más y yo me quede más tranquila, a un ritmo más lento.
Comentabas que tú a veces ganas trofeos, por determinadas circunstancias. Supongo que Tomás ni piensa en eso y que sólo corre por disfrutar y hacer un poco de turismo contigo.
Ambos lo hacemos sólo por practicar deporte en pareja. Yo tampoco lo hago por ganar, de hecho, a veces me dicen que he conseguido un trofeo y me da pereza esperar horas hasta que me lo entreguen. Para Tomás correr supone un remedio contra el estrés, porque a veces tiene muchas cosas en la cabeza y las carreras le sientan fenomenal para desconectar de todo. Antes también salíamos con la bici, pero después de una caída que sufrí nos centramos exclusivamente en correr.
¿Cuántas carreras completáis al año?
Intentamos participar en una todos los domingos del año, ya sea en Madrid o en la zona de Alicante, las que organiza el Grupo Brotons, o en otros lugares. Unas cuarenta carreras al año sí que hacemos. Y si vamos el fin de semana a la playa y no hay carrera, trotamos por nuestra cuenta.
¿Os gusta correr en el extranjero?
Hice la Carrera de la Mujer de París con la agencia Sportravel, pero a Tomás no le gusta montar en avión, así que tenemos esa limitación. Por España sí que me apunté a la Carrera de la Mujer de Sevilla y A Coruña, por ejemplo. Y cuando vamos a Ibiza, para evitar el avión cogemos el ferry desde Denia. En el futuro también queremos ir a Formentera, pero será en barco.
De todas las carreras en las que os ponéis el dorsal, ¿Cuáles son las imprescindibles para vosotros? Quizá algún lector se anime a tomar parte en ellas gracias a vuestra recomendación.
Entre otras, la Carrera Hoz del Huécar, Carrera de la Ciencia (CSIC), Carrera de la Mujer, Carrera de Tetuán, Carrera contra la Diabetes, Carrera del Corazón… y algunas de montaña, porque las rodillas no sufren tanto.
Muchas gracias por tu tiempo, Cristina. Que sigáis descubriendo carreras juntos y que os respeten las lesiones.
