Mujer de sonrisa permanente y admirable vitalidad, Rocío Martínez presenta los deportes de Antena 3 Televisión desde 2016. También es tertuliana del famoso programa El Chiringuito y columnista del Diario de Burgos, ciudad que la vio nacer. Pero... ¿Cuándo surge su romance con el periodismo?
“Con 11 o 12 años ya quería ser periodista deportiva. Por un lado me gustaba mucho hablar y por otro seguía el fútbol, el tenis, La Vuelta y el Tour, así que del nexo entre esas dos pasiones surgió mi vocación”.
Después de unos ilusionantes primeros pasos en Radio Castilla (Cadena Ser) y en la Universidad de Navarra dio el salto a Real Madrid Televisión, donde trabajó durante once años. Fue una etapa en la que también colaboró en el programa En Acción de Telemadrid y en la que adquirió la experiencia necesaria para afrontar su gran desafío profesional. Un día que jamás olvidará recibió una llamada en la que le proponían presentar los deportes en los Informativos de Antena 3. “Por supuesto, no lo dudé. Era una oportunidad increíble. Siempre cuento que me impresionó mucho la primera foto de familia del equipo. Posar junto a Matías Prats, Susana Grisso, Sandra Golpe, Vicente Vallés, Mónica Carrillo y el resto de compañeros me hizo tanta ilusión que llamé a mis padres para contárselo. Todo lo que soy se lo debo a ellos. Mi madre no se pierde mi trabajo ningún día y es una pena que mi padre ya no pueda verlo, aunque al menos pudo disfrutar de mi llegada a Antena 3 poco antes de fallecer en octubre de 2016”.
Cada vez contamos más historias del deporte que cambian la vida de las personas, y eso es maravilloso.
Rocío ama la televisión: “Es el medio más completo, se convierte en nuestros ojos y en esta época en la que la gente no tiene tiempo para nada les resumimos en 35 minutos lo que sucede en el mundo. Cada vez contamos más historias del deporte que cambian la vida de las personas, y eso es maravilloso. Hay gente que supera el cáncer gracias al deporte y personas anónimas con problemas graves que se plantean retos deportivos muy emocionantes”.
Curiosamente, la afición por la práctica deportiva tardó mucho en iluminar la vida de nuestra protagonista, ya que de pequeña apenas se ejercitaba y es algo de lo que se arrepiente: “Si volviera a nacer intentaría ser futbolista o jugadora de rugby”, comenta entre risas mientras sostiene que empezar a correr, en el año 2011, le cambió la vida. “Gracias al running me siento mejor conmigo misma y además el hecho de practicarlo ha conllevado conocer a muchas personas excelentes, hasta el punto de que correr trajo el amor a mi vida, ya que conocí a Víctor, mi pareja, en una quedada de mis queridos Drinking Runners”.
Empezó a correr por Madrid Río, sin reloj, y midiendo sus esfuerzos por las chapas del suelo que van marcando la distancia recorrida. Luego llegarían sus tres grandes retos: la San Silvestre Vallecana 2011, el medio maratón del Rock´n´Roll Madrid Maratón 2013 y el Maratón de Nueva York 2015, pruebas completadas sin obsesiones cronométricas, con lo que ella define como “espíritu olímpico”. En la Gran Manzana participó con su amiga Lourdes García Campos y su pareja, Víctor. “Sentí que me había superado, fui muy feliz allí”. Si sus rodillas se lo permiten, Rocío correrá toda la vida, sin prisas, regalando su sonrisa a todo el que se haya ganado su grata compañía.