El confinamiento en las casas debido al estado de alarma por el Coronavirus está provocando una oleada de actividades y gestos de toda índole, que a través de las redes sociales se amplifican y nos llegan sin parar. Uno de los casos más curiosos es el de Javier Muñoz Díaz-Castroverde, un coruñés de 41 años que corrió 61 kilómetros en el salón de su casa, en homenaje al 061 y a todo el personal sanitario que se desvive a diario cuidando a los enfermos, poniendo en riesgo sus propias vidas.
Javier, un deportista amante de las pruebas extremas y con Ironman y Ultraman en sus espaldas, tardó diez horas, trece minutos y cinco segundos en recorrer los 61.000 metros. Su plan inicial era utilizar también las escaleras de casa y el portal, pero al encontrarse con los vecinos que salían o entraban y estar demasiado cerca de ellos decidió ir de pared a pared, apenas seis metros, hasta culminar su hercúleo desafío, por supuesto controlado por su dispositivo GPS.
Javier tardó diez horas, trece minutos y cinco segundos en recorrer los 61.000 metros.
Barritas energéticas, agua, bebidas isotónicas y recuperadores musculares fueron sus aliados en los momentos más duros, que los hubo, como en el kilómetro 53, que llegó a tirarse al suelo, a punto del abandono.
Una vez cumplido el primer reto, su próxima meta es recorrer 112 kilómetros, por aquello de hacer un guiño al teléfono de emergencias, pero para ello baraja la posibilidad de hacerlo en un plató de televisión, cuando la fase aguda de la pandemia haya remitido.
