Lo abres, lo cierras, lo abres, lo cierras y así unas cuantas veces a lo largo del día. Es normal, el friogorífico está para eso, pero es importante que sepas que cuanto más tiempo tengas la puerta del frigo abierta más consumirá y la fluctuación de la temperatura de dentro será mayor perjudicando a la conservación de los alimentos.
El desperdicio de alimentos tiene mucho que ver con olvidar productos en nuestra nevera.
La idea de tener un buen fondo de armario, tanto en la despensa como eel frigorífico es muy buena, pero revísalo periódicamente para dar salida a aquellos alimentos que consumimos menos a menudo y pueden llegar a estropearse, pudiendo contaminar a otros cercanos, o superando su fecha recomendada de consumo acabando finalmente en la basura,
5 normas básicas
Hay ciertas normas básicas ala hora de ordenar tu nevera que debes seguir a rajatabla o se acabará convirtiendo en un caos, olvidando algunos alimentos solo porque no los tienes a la vista.
-
No la sobrecargues: cuando está muy llena, el frío no se distribuye de manera uniforme y eso repercute en la durabilidad de los alimentos.
-
Deja espacio atrás: tendemos a empujar los alimentos y, si se pegan, a la pared, no solo se estropean, también pueden obstruir el desagüe.
-
Usa bolsas de papel y recipientes herméticos y, muy importante, pon una fecha límite para consumir alimentos que has desprecintado. No lo fíes todo a tu memoria.
-
Revisa la temperatura: debe estar entre 0º y 5º, pero no es constante en todos los rincones: el estante más alto suele ser el menos frío y el que está cerca del congelador (sin contar los cajones) el que está a más baja temperatura. Por eso, es importante saber qué colocar en cada lugar.
-
Y, por supuesto, la limpieza: es muy importante mantener una higiene adecuada en la nevera. Limpiar el frigorífico por lo menos una vez al mes es una tarea obligatoria.
La clave está en seguir un orden
Por lógica, lo que caduca antes o hace más tiempo que hemos comprado tiene que estar delante. A partir de ahí:
-
En el estante más alto, al igual que en la puerta, coloca los alimentos menos delicados y perecederos, los que menos frío necesitan: bebidas, salsas, mermeladas, algún alimento que estés descongelando...
-
En la mitad dispón lácteos, embutidos, recipientes con platos cocinados... También puedes colocar ahí los huevos (en su caja) aunque si tienes hueco en la puerta mejor, sacarlos y ponerlos en la huevera.
-
La parte más baja debe destinarse a los alimentos más sensibles: carne y pescado, ya que son los que necesitan más frío. Guárdalos de manera que no suelten líquido.
-
Y, en los cajones, guarda la fruta y la verdura, mejor por separado. Colócalas en bolsas de papel agujereado y organízalas de manera que los alimentos más delicados no reciban presión.
