Aunque normalmente no se les preste demasiada atención, el suelo pélvico está formado por músculos que también necesitas ejercitar. Con el paso del tiempo, este pierde firmeza y puede acarrear consecuencias negativas para la salud, especialmente en las mujeres.
¿Qué ocurre cuando se debilitan estos músculos?
Entre las disfunciones más habituales encontramos aquellas vinculadas al control de los esfínteres. Por ejemplo, la pérdida de fuerza en el suelo pélvico puede provocar incontinencia urinaria y fecal. Que tengas capacidad para elegir cuándo ir al baño es, en parte, consecuencia del control que tienes sobre estos músculos.
Además, este trastorno también suele estar relacionado con algunos problemas sexuales que pueden incluir pérdida de deseo sexual, imposibilidad de llegar al orgasmo o dolor durante las relaciones y después de ellas. Pero ¿a qué se debe este problema?
Principales causas por las que se debilita el suelo pélvico
La más común es el envejecimiento. Con el paso del tiempo, perdemos el tono de la musculatura en todo el cuerpo. Por lo tanto, si no la trabajamos, cumplir años no solo puede quedar reflejado en unos brazos o unas piernas más débiles, sino también en un suelo pélvico más delicado.
Pero, además, existen otras causas que pueden provocar estos problemas en el suelo pélvico, especialmente relacionadas con el embarazo, el parto u otras operaciones quirúrgicas. Lo más habitual es notar la pérdida de control sobre el suelo pélvico a partir de la menopausia o en los casos que acabamos de mencionar.
¿Qué puedes hacer para fortalecer el suelo pélvico?
En este aspecto, la rutina más popular está formada por los ejercicios de Kegel. Estos están enfocados en trabajar directamente la contracción de los músculos de dicha zona. Además, se pueden hacer en cualquier momento, incluso estando sentado o trabajando.
Para poner en práctica los ejercicios de Kegel, puedes recurrir a series lentas (5 segundos de contracción seguidos de 5 segundos de relajación) o series rápidas (contraer y relajar sin parar todo lo rápido que puedas). Bastarán 3 minutos de estos ejercicios a diario para ayudar a fortalecer el suelo pélvico.
Otras técnicas para cumplir con dicho cometido pasan por la electroestimulación o la masoterapia. También ayudan el Pilates o los ejercicios con balones. Todo depende de tus gustos y preferencias.
Eso sí, lo más importante es la prevención. Comienza a practicarlos desde ya mismo y no esperes a pasar por un embarazo, una operación o a llegar a la menopausia para concienciarte de ello, ya que no es lo mismo mantener el tono muscular que recuperarlo. Son solo tres minutos al día, que puedes hacer en cualquier momento sin interrumpir tu rutina y que, a largo plazo, agradecerás.