El nervio ciático comienza en la pelvis y desciende hasta los pies a través de las ramificaciones que salen de él. Es bastante sensible a la inflamación y la compresión.
¿Cuáles son los síntomas de la ciática?
Los síntomas de la ciática comienzan con un dolor bastante agudo. En algunos casos, impide retomar la actividad física hasta que no esté resuelto por completo; mientras que en otros, los más severos, puede llegar a generar problemas para seguir con la rutina diaria habitual.
Para comprender mejor los síntomas de la ciática y, más concretamente, el tipo de dolor que se experimenta cuando se sufre la inflamación del nervio ciático, este se define como una intensa punzada que comienza en la parte baja de la espalda y desciende por la parte trasera de las piernas. La sensibilidad en esta zona se puede ver afectada por ambos extremos, es decir, el individuo puede padecer una hipersensibilidad acuciada o, por el contario, el debilitamiento de la misma.
Además, como hemos visto anteriormente, también puede ir acompañado de cierta dificultad para realizar movimientos, ya sea por el dolor o por incapacitación, como inclinarse hacia delante o ponerse de puntillas. Asimismo, la ciática puede provocar una contractura lumbar.
¿Cuáles son las principales causas de la ciática?
El sedentarismo, la diabetes, una distensión muscular, una hernia de disco en la columna vertebral o un crecimiento óseo excesivo en las vértebras son algunas de las posibles causas que se encuentran detrás de la ciática.
Por otro lado, en lo que a deportistas se refiere, también encontramos traumatismos en la parte inferior del cuerpo o compresión continua del nervio detrás de dicha afección.
¿Cómo afecta la ciática a los corredores?
Partiendo de la base de que la ciática se caracteriza por una sensación lacerante, el propio dolor ya es un claro síntoma de cómo puede afectar a los corredores. Además, debes tener en cuenta que al tratarse en un dolor principalmente localizado en las extremidades inferiores y la espalda, es aún más incapacitante para esta práctica deportiva.
Además, si sigues forzando la zona, la lesión podría empeorar, por lo que el reposo y el tratamiento específico son importantes para que desaparezca la ciática y puedas continuar corriendo sin dolor y totalmente recuperado.
