Cómo aliviar el dolor detrás de la rodilla después de correr

El dolor detrás de la rodilla después de correr es bastante común y puede estar ocasionado por una sobrecarga, una tendinitis o incluso un quiste de Baker.

Noelia Hontoria

Antes de comenzar el tratamiento, debes conocer la causa del dolor.
Antes de comenzar el tratamiento, debes conocer la causa del dolor.

Si sufrimos dolor detrás de la rodilla después de hacer ejercicio, especialmente tras una larga caminata o carrera, debes evaluar primero qué lo está ocasionando, para así seguir el tratamiento más adecuado y evitar que vaya a peor.

Causas más habituales del dolor detrás de la rodilla

La mayoría de las personas que padecen este dolor lo experimentan debido al sobreesfuerzo o sobrecarga muscular de esta zona. El tren inferior es la parte del cuerpo que más trabajamos cuando corremos, por lo que es habitual que este grupo de músculos esté sometido a una gran carga física.

En algunas ocasiones, este tratamiento pasa simplemente por aplicar frío en el foco del dolor, un método muy interesante si observas también un poco de inflamación, y guardar reposo unos días.

Cómo aliviar el dolor detrás de la rodilla después de correr

Vigila tus movimientos para evitar lesiones importantes.

Si el dolor detrás de la rodilla está ocasionado por una tendinitis, es decir, la inflamación del tendón; se suele aplicar hielo en la zona afectada los tres primeros días y, posteriormente, cambiarlo por calor para relajar los músculos. Además, también se pueden practicar una serie de ejercicios comunes para que el músculo recupere su forma, como veremos más adelante.

La tercera causa más habitual del dolor detrás de la rodilla después de correr es el quiste de Baker. Se llama así al aumento del líquido sinovial, que puede llegar a crear una especie de “bolsita" o quiste. La mayoría de las veces se reabsorbe por sí solo, pero debes vigilarlo pues los casos más complicados a veces requieren cirugía.

Cómo aliviar y prevenir el dolor detrás de la rodilla después de correr

Además de identificar la causa y ponerte en manos de un especialista, de ti depende aplicar otras pautas que pueden aliviar el dolor.

El reposo es clave para que los músculos se recuperen después de la práctica, pero recuerda que los calentamientos aeróbicos también pueden aportar su granito de arena ayudándote a ejercitar el músculo antes de empezar a correr. Por el contrario, los estiramientos estáticos no gozan de buena acogida en la actualidad, pues muchos especialistas aseguran que pueden causar daño en los músculos al trabajarlos en frío.

Intenta no hacer movimientos poco naturales con la rodilla y elige bien el calzado para no sobrecargar los músculos, según tu tipo de pisada. Además, escoger la superficie más adecuada es clave para no forzar esta zona. No es lo mismo correr en cuesta que en asfalto, césped o incluso arena. Consulta con tu preparador físico para que evalúe tu estado y te indique cuál es la mejor manera de practicar deporte sin correr riesgo de lesiones.