Por qué no debes correr o caminar agarrado en la cinta

Hay mucha gente, en especial principiantes, que caminan en cinta con cierta inclinación y con agarre de manos al frente sobre la cinta. Seguramente es para tener una mayor sensación de seguridad, de no pensar en que puedes deslizar hacia el final del tapiz rodante, pero es una posición nada idónea.

Domingo Sánchez

 Por qué no debes correr o caminar agarrado en la cinta
Por qué no debes correr o caminar agarrado en la cinta

Por un parte, el centro de masas que de forma natural oscila ligeramente hacia arriba y hacia abajo y con los brazos sujetos esta oscilación natural se ve muy limitada. La zancada se acorta y adquiere mayor frecuencia. En consecuencia tenemos un movimiento de las piernas corto y rápido, lo que lleva a un mayor acortamiento de los flexores de cadera.

Pero todavía más importante es que los brazos y en general todo el tren superior tiene una notable función estabilizadora. Su oscilación contralateral neutraliza la rotación del tren inferior, permitiendo una mayor estabilidad y eficiencia mecánica en la zancada. Si mantenemos las manos sujetas al frente, la cintura escapular no puede girar y la estabilización a nivel lumbo-pélvico será menor, perdiendo efectividad mecánica y estabilidad lumbar, cuestión nada deseable para las estructuras vertebrales.

Inclinar la cinta de correr es algo muy interesante, en especial si vas a caminar, pero en este punto es clave asegurar una mecánica natural y menos lesiva. Por ello, si usas la cinta con inclinación evita agarrarte; al revés, haz zancadas amplias para lograr una buena movilización de la cadera e implica a tus brazos con un movimiento también amplio y contralateral.