¿Has oído hablar alguna vez de la fitoterapia? Es un tipo de tratamiento natural en el que las plantas actúan con fines medicinales para tratar ciertas dolencias, prevenir algunas enfermedades o aliviar los síntomas que estas provocan. Cada planta empleada en fitoterapia puede aportar diferentes beneficios, según el objetivo que pretendas alcanzar. A continuación, te mostramos las más utilizadas.
Plantas empleadas en fitoterapia y cómo te ayudan
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Romero. El romero no solo comparte su aroma y sabor con tus elaboraciones culinarias, también es una de las plantas medicinales más recurrentes en fitoterapia. Está especialmente indicado para tratar dolores de cabeza y musculares. Además, es diurético, estomacal y antiinflamatorio.
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Lavanda. La lavanda se suele utilizar como perfume, pero también tiene su hueco en la gastronomía. Es una planta que actúa contra el insomnio, ayuda a reducir el dolor de cabeza, mejora el estado de la piel y puede combatir las enfermedades microbianas.
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Eucalipto. El eucalipto ya forma parte de ciertos fármacos cuyo objetivo es mejorar los síntomas de los procesos gripales o resfriados. Gracias a sus capacidades expectorantes, ayuda a aliviar la congestión nasal, reducir la tos y, en general, te permite respirar mejor.
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Tomillo. Otro clásico en nuestra cocina. Al igual que el romero, el tomillo no solo se emplea para dar sabor, también está relacionado con la descongestión nasal, puede tratar problemas de estreñimiento y disfruta de propiedades antisépticas y antifúngicas.
¿Es la fitoterapia una medicina tradicional o natural?
Depende. En realidad, la fitoterapia simplemente trata de aprovechar con recursos naturales las propiedades farmacológicas que tienen ciertas plantas, demostradas científicamente. Por ello, se podría decir que se encuentra a medio camino entre una y otra denominación y que se puede aprovechar para reforzar la acción de ciertos medicamentos o como alternativa natural para quienes prefieran la medicina alternativa.
Los llamados fitofármacos son aquellos que utilizan los extractos de ciertas plantas para su elaboración. Estos suelen emplearse más para el alivio de algunos síntomas, como los mencionados anteriormente (dolor de cabeza, dolor muscular, insomnio…), o como tratamiento preventivo.
Antes de decidirte por un fitofármaco o un medicamento convencional, lo ideal es que consultes con un médico especialista que pueda aconsejarte cuál es la mejor opción según tu historial clínico. No existen dos personas iguales, por lo tanto, siempre debe ser un profesional el que te ayude a elegir el tratamiento (ya sea preventivo, paliativo o curativo) que mejores resultados te vaya a aportar.
