La afección que se conoce como “tendón de la pata de ganso" se localiza en la parte interna de la rodilla. Se llama así porque es un tendón conjunto de los músculos sartorio, semitendinoso y recto interno del muslo que tiene forma de pata de ansar. Su inflamación es frecuente entre los corredores.
La causa suele ser la excesiva solicitación de la musculatura, “sobreentrenamiento" sin el necesario descanso, coincidiendo con los periodos en los que hacemos rodajes largos (en los que superamos los 90 minutos) o con entrenamientos exigentes con cuestas. La causa podría estar también en el uso de zapatillas muy desgastadas (ojo, que muchas veces la zapatilla exteriormente parecen nuevas pero si les hemos hecho más de 700-800 km podrían haber visto deteriodadas sus propiedades) o inadecuadas para tus características.
YA VIENEN LAS SOLUCIONES
¿Qué es lo recomendable para poder volver a correr con normalidad? Pues en un primer estadio lo mejor es ser conservadores: parar y guardar reposo sin correr nada durante dos o mejor si son tres semanas. Un vendaje compresivo y la crioterapia (la aplicación de frío) con frecuencia logran disminuir el flujo de sangre con lo que disminuye la inflamación. Aplicar hielo, aunque no notes molestias, durante 20 minutos cada 2 horas.
Un vez haya bajado la inflamación deberías comenzar a hacer estiramientos de los músculos que afectan a la rodilla: cuádriceps, isquiotibiales, gemelos y aductores.
Mi recomendación es que cambies las sesiones de carrera por las de natación a crol. Prueba también a correr en piscina, primero con cinturón flotador sin apoyo de los pies en el suelo y conforme vayas mejorando ve ganando apoyo, reduciendo la flotación del cuerpo y aumentando así la carga sobre tu rodilla.
También son recomendables ejercicios de fortalecimiento de la rodilla, buscando el equilibrio entre los isquiotibiales, los cuádriceps y los aductores. Debes fortalecerlos y elastificarlos. Yo os recomiendo usar el método Power Stretch: estira-potencia-estira. Un ejercicio muy bueno es tratar de apretar un balón de baloncesto colocado entre las piernas.
La vuelta a la práctica deportiva debes hacerla con mucha cautela y de forma muy progresiva. Debes tener en cuenta que tras el reposo se produce cierto grado de atrofía que predispone a las recaídas. Cómprate unas buenas zapatillas, primando la amortiguación y olvidándote de si pesas unos gramos más o menos. Un último consejo: comienza corriendo por el césped para minimizar los impactos y en cualquier caso intenta reducir al mínimo el tiempo que corres por asfalto.