Atletismo

Adel Mechaal: "Debutaré en medio maratón el próximo 20 de septiembre"

El más versátil de los corredores españoles afrontará los 21,097 km en Estambul, la ciudad donde reside.

Alberto Hernández

10 minutos

Adel Mechaal en el Meeting de Madrid en Pista Cubierta. Foto: Sportmedia.

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El corredor español más laureado del último lustro. Su versatilidad le permite moverse con destreza en el universo atlético, dominando un cuantioso ramillete de distancias y superficies. Del 1.500 al 10.000; pista cubierta, aire libre, cross y asfalto. Nada parece tener demasiados secretos para Adel Mechaal. Repasamos los dos últimos años de su vida deportiva -repletos de movimientos personales y profesionales-, conversamos sobre planes de futuro y descubrimos cuáles son los modelos de zapatillas con los que calza sus pies para plantar cara a los mejores fondistas y mediofondistas del mundo.

Por razones sentimentales, hace dos años decidiste cambiar de residencia. ¿Qué tal te adaptas a tu nueva ciudad?

Estoy muy contento en Estambul. Es una ciudad enorme, 18 millones de personas, y muy cosmopolita. Respira vida y cultura. Tiene de todo: mar, montaña… aunque el tráfico me crispa. Inviertes mucho tiempo en moverte de casa a la pista, al gimnasio o a darte un masaje. En cuanto a las instalaciones, gracias a que mi mujer ha sido atleta internacional con Turquía, siempre me han dado todas las facilidades. Todas las pistas de la ciudad son gratuitas para la gente, solo tienes que enseñar el DNI a la entrada. Aunque no hay una afición tremenda al atletismo, a los turcos les gustan más el fútbol y el basket. Además, el estado de todos los centros deportivos es magnífico. Turquía está haciendo una gran inversión en infraestructuras, no solo deportivas… es un país en crecimiento.

Siguiendo con los cambios; el otoño pasado de entrenador.

A principios de la temporada de cross, noviembre de 2019, regresé a España para entrenar y competir. Tras el Cross de Atapuerca estuve en Madrid 10 días y se me hicieron muy duros. No me encontraba a gusto, me sentía mal, tanto en ‘La Blume’ (la residencia del Centro de Alto Rendimiento de Madrid) como en la pista, me invadía una sensación de agobio… y decidí irme de allí, lo que significaba también dejar a Antonio Serrano, mi entrenador en los últimos tiempos. Quise estar más cerca de los míos, así que opté por el CAR de San Cugat del Vallés, que pilla relativamente cerca de Palamós, donde vive mi familia y mis amigos. En Madrid he estado dos años pero nunca he terminado de adaptarme. Y en aquella situación, con mi mujer en Turquía, lo mejor era regresar a casa. Si estás interno en el CAR debes trabajar con un preparador de la institución, es una norma, así que comencé a entrenar con Carles Castillejo.

Adel Mechaal en el Campeonato de España en Pista Cubierta 2020. Foto: Sportmedia.
¿Te ha dado tiempo a comprobar la veracidad de la vieja máxima “cada maestrillo tiene su librillo”?

Carles es un entrenador que hace mucho hincapié en el aeróbico y el toque de calidad lo mete muy cerca de la competición. Como suele decir él: “El pico gordo hay que hacerlo cuando lo necesitas”. Con Antonio era un mix constante, trabajábamos todas las facultades durante toda la temporada, con los que estaba a un nivel muy alto en todos los sentidos, pero no a tope en el momento que tocaba. Solo llegué a tope al Mundial de Londres 2017 (fue cuarto en los 1.500, peleando la medalla de bronce al sprint con Filip Ingebrigtsen) y fue tras un par de discusiones sobre el planteamiento de las preparaciones en altura, no acabábamos de entendernos en ese tema; así que decidí irme a Font Romeu antes del campeonato. Los primeros días fueron de adaptación, luego metí tres semanas de volumen, afiné 10 días y viajé a Londres. El resultado dice que acerté plenamente.

Tu principal seña de identidad es la versatilidad. Desde Isaac Viciosa no se veía por estos lares un corredor tan polifacético como tú. Dejando la profesión a un lado, ¿cuál es tu distancia favorita?

Empecemos por las pruebas olímpicas. Lo que más me gusta es entrenar el 5.000 y competir en el 1.500. Soy, como se dice en el argot, de los que prefieren entrenar ‘por arriba’. El ‘milqui’ implica mucha fuerza, mucho láctico… El dolor de cabeza que me dan esas sesiones no me agrada demasiado (risas). Así que esto da como resultado que la prueba que más disfrute sea la intermedia, los 3.000 metros. El año pasado gané la Copa de Europa en esa distancia, en la que fui campeón continental indoor en 2017. Mis mejores resultados en Diamond League (el circuito de pruebas de atletismo más prestigioso del mundo) han sido en 3.000 metros. (En 2017 logró su mejor marca personal, 7:35.28, cuando fue quinto en París. Posteriormente fue segundo en las reuniones de Londres, Rabat y Birmingham; en las dos carreras británicas solo pudo superarle el cuádruple campeón olímpico Mo Farah).

Al 5.000 acudes de vez en cuando, siempre con éxito pero no con demasiada constancia, da la sensación de que tienes mucho margen de mejora…

El 5.000 solo lo he preparado una vez a conciencia, en 2016. Mi único objetivo era ir a los Juegos Olímpicos, me daba igual la prueba, así que entrené el 5.000 y, después de hacer marca personal y mínima para Río (13:15.40), fui también a por la mínima en el 1.500. La logré, con 3:35.24, que por aquel entonces era mi mejor marca en la distancia. Posteriormente gané el Campeonato de España en ambas pruebas, así que tomé parte en las dos en los Juegos. Antes, en el Campeonato de Europa, logré la medalla de plata en los 5.000 metros. En 2017 me centré en el 1.500 y en 2018 me lo tomé como un año de transición en el que probé los 10.000 metros.

Lo que más me gusta es entrenar el 5.000 y competir en el 1.500. Soy, como se dice en el argot, de los que prefieren entrenar ‘por arriba’.

¿A qué se debe esa subida tan drástica justo el curso siguiente a consolidarte entre los mejores milleros del planeta?

Debuté con una buena marca -27:50.56, 20º en el ranking español de todos los tiempos- y una cuarta plaza en la Copa de Europa de 10.000 metros disputada en Londres en el mes de mayo. Hacía mucho que un español no bajaba de los 28 minutos, así que fue un gran resultado. Mi segundo y último 10.000 hasta la fecha fue el Campeonato de Europa de Berlín, en agosto, donde repetí la cuarta plaza corriendo en 28:13.78 y peleando las medallas hasta el final. No obstante el objetivo principal de correr esa prueba fue comprobar si me adaptaba a las largas distancias en pista, pues en cross tenía buenas referencias. El plan era centrarme de nuevo en el 1.500 y pasarme definitivamente al 10.000 después de los Juegos de Tokio.

Adel Mechaal en el Campeonato de España de La Nucía 2019. Foto: Sportmedia.

E iba perfecto. En 2019 haces marca personal tanto en 800 (1:47.69) como en 1.500 (3.33.91) y en los dos primeros meses de 2020 se te vio con mucha fuerza en los 3.000 metros… Hasta que llegó la pandemia y el parón obligado.

Mi objetivo era el Mundial de China. Allí quería correr los 3.000 metros y mejorar mi quinto puesto de hace dos años. Logré la mínima en el Meeting de Madrid, corriendo en 7:45.08. Ocho días después me proclamé campeón de España y luego… ya sabemos todos lo que pasó; el campeonato se canceló por el coronavirus.

Siempre he tenido en mente el maratón. Para mí es una prueba mítica. Cuando le dices a alguien que haces atletismo te pregunta: ¿Corres maratón? Es como si la maratón fuese lo que te convirtiese en hombre, en atleta de verdad.

¿Cómo te planteaste las cosas entonces?

Cuando empezó el confinamiento regresé a Turquía. Aquí no fue tan estricto, solo se decretó la cuarentena durante los fines de semana. Entrenaba de lunes a viernes con normalidad y los sábados y domingos solo rodaba; como vivo en una urbanización grande, privada, podía correr con tranquilidad dentro del recinto. En ese periodo hice un debut ficticio -en el sentido de que no es oficial- en media maratón, corriendo en 1:03 en el mismo circuito del Medio Maratón de Estambul. Mi objetivo ahora es correr esa prueba, que se disputará el 20 de septiembre y en la que participarán 2.500 personas, en 1:02. Será mi debut real y tras él mi objetivo y el de mi esposa coincidirá: el Campeonato de Europa de cross que se disputará en diciembre en Dublín. Es una competición que me gusta y en la que fui bronce en 2015 y plata en 2017. De momento no quiero hacer pista, prefiero construir una buena base de cara a los Juegos Olímpicos y no arriesgarme a padecer una lesión. De ahí este calendario.

Siempre te gustó alargar los rodajes hasta límites desconocidos para los mediofondistas nacionales…

El rodaje más largo que he hecho en mi vida fueron 36 km bastante fuertes, a una media de 3:18. La semana pasada realicé uno de 30 km a 3:16, pero a 1.800 metros de altitud. Antonio Serrano no era partidario de hacer tiradas tan largas. Carlos Castillejo sí, aunque no aconseja hacerlas tan fuertes.

La pregunta es obvia: ¿Eres un maratoniano en ciernes?

Siempre he tenido en mente el maratón. Para mí es una prueba mítica. Cuando le dices a alguien que haces atletismo te pregunta: ¿Corres maratón? Es como si la maratón fuese lo que te convirtiese en hombre, en atleta de verdad. Todos esos entrenos largos que te he contado los hago para recordarme que mi futuro está en el maratón. Además, los rodajes de ese tipo permiten afrontar con más seguridad los grandes campeonatos, que constan de tres carreras; eliminatoria, semifinal y final. En Londres 2017, cuando logré mi mejor resultado en 1.500, corrí la eliminatoria en 3:37, la ‘semi’ en 3:38 y la final en 3:34.

Los que te conocen bien aseguran que estás feliz en el más amplio sentido de la palabra, por supuesto también en el plano deportivo. Hablemos del tema.

Completamente. Tengo ilusiones renovadas y estoy muy enfocado en mejorar a los demás para que ellos me ayuden a mejorar a mí. Antes solo me preocupaba de mí mismo. Por ejemplo: el hermano de mi mujer no es un gran atleta, todavía es joven. Tiene 19 años y 3:50 en 1.500 m. Me estoy esforzando a tope para que suba de nivel, procuro entrenar con él y me enfado cuando algún ejercicio no lo ejecuta bien. Mi obsesión es que él mejore por dos razones, por su bien y para que, de paso, me ayude a progresar como atleta. Va bien la cosa, pues hace una semana hicimos juntos el mejor entreno de 150 metros de mi vida. Consistía en un 300 láctico, a 41 segundos, seguido de 6 x 150 m a 17 segundos.

¿Quienes son tus compañeros habituales de entrenamiento en Turquía?

Estoy muy decepcionado con ese tema. Pensaba que los atletas turcos tenían otra mentalidad… y resultó que no. No es que no quisieran entrenar conmigo, es que ni siquiera se miden entrenando entre ellos. Todos los del equipo nacional, de los 800 metros para arriba, están obligados a estar concentrados en un hotel de la ciudad de Erzurum durante toda la temporada de verano. Es el lugar donde estoy ahora mismo. Pues bien, ni siquiera aquí entrenan juntos. Intenté sumarme a alguien y ha sido muy difícil, muchas pegas, una mentalidad muy rara. No lo he conseguido ni en el periodo general, es decir, para trabajos tipo 10 x 1.000 metros, 3 x 3.000 metros o rodajes. Nada, lo he tenido que hacer todo solo. Por eso mi empeño en formar bien a mi cuñado.

El abanico de distancias en las que compites requiere entrenamientos de lo más diverso y, por supuesto, una amplia gama de zapatillas a las que confiar la velocidad de tus piernas. Vayamos por partes, ¿cuáles usas para rodar?

La Fresh Foam X 1080v10 para mí es la insignia de New Balance para rodar, para comer kilómetros sin preocuparte. La zapatilla perfecta, y ten en cuenta que puedo hablar con mucho conocimiento de causa, pues he estado tres años en Nike, un año en Mizuno y seis meses en adidas. Es una pasada de modelo, puedes rodar rápido, lento, hacer las tiradas largas… No te permite correr a tope, pero te protege, parece que vas entre algodones, lo que a la larga provoca que corras más rápido, pues logra que la musculatura esté a tope para cuando tengas que hacer series. El último mes y medio en Erzurum, a 1.800 metros de altitud, he acumulado medias semanales de 170-180 kilómetros.

Adel Mechaal en el Campeonato de España de La Nucía 2019. Foto: Sportmedia.

¿Y si toca ir rápido en la pista o el asfalto?

La FuelCell TC, con placa de carbono, aunque trato de no ponérmela mucho porque cuando lo hago quiero notar esa diferencia. Intento trabajar normalmente con la 1400v6 (mixta, para series intermedias) o la FuelCell Rebel, que es para series más agresivas, o la Hanzo. Antes de que apareciese la FuelCell TC, la Hanzo era mi zapatilla preferida para ir rápido.

La Fresh Foam X 1080v10 para mí es la insignia de New Balance para rodar, para comer kilómetros sin preocuparte. La zapatilla perfecta.

¿Hay tanto milagro como dicen?

Mucho. Cuando calientas te planteas qué ritmos vas a tocar y nunca aciertas. Normalmente entreno sin carbono y cuando me las pongo voy unos cinco segundos más deprisa por kilómetro. Y pienso: ¿Es este realmente mi estado de forma? Con las otras zapatillas no eres capaz de alcanzar ese nivel. Un atleta se conoce y cuando lleva una preparación de largo recorrido sabe a qué ritmo puede hacer las series cuando el entrenador le da el plan. Yo me conozco, pero cuando tengo un entreno que me gusta y quiero desafiarme, me pongo las FuelCell TC y voy fácil a unos ritmos que jamás hubiese pensado. Claro, si te las pones todos los días este efecto no se produce. Es un chute de adrenalina y motivación; por eso lo hago así. Ten encuentra que es una zapatilla de 10 km o media maratón. Soy de pista, ahora lo hago así porque voy a debutar en los 21 kilómetros. Antes, por ejemplo, hacía 10 x 500 metros; las ocho primeras repeticiones con la Hanzo y las dos últimas con clavos, para encontrar sensaciones. Ahora hago 5 con Hanzo, tres con la FuelCell TC y las dos finales con la MD 800v6, los clavos con placa de carbono. Después me voy a casa con una sonrisa de oreja a oreja.

Cuéntanos más sobre esos clavos.

Acaban de salir a la venta  y son fantásticos, una súper ayuda a la hora de competir. Son las zapatillas con las que Jake Whitman corrió los 1.500 metros de la Diamond League de Mónaco en 3:29.47, el británico más rápido de la historia tras Mo Farah. Por cierto, una curiosidad, es el tercer hombre que baja de 3:30 entrenado por su padre. Los otros son Sebastian Coe y Jakob Ingebrigtsen. Su padre, además, es el comentarista de World Athletics en los grandes campeonatos, la voz en inglés que se escucha en los estadios.


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