Cero chistes

Despedido el maestro de la ceremonia inaugural de los Juegos porque se dieron cuenta que había hecho chistes antisemitas en 1998.

Luis Arribas

2 minutos

El rostro serio de un ciudadano japonés. Foto: iStock.

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El día de antes se dieron cuenta que alguien había colado unos chistes por Youtube. En ellos Kentaro Kobayashi, la persona que iba a conducir la ceremonia, hacía en 1998 los típicos chascarrillos del Holocausto. Cosas de humorista innovador. Kobayashi se debió quedar sin temas. Y dijo, venga, nos tiraron bombas nucleares, pues yo hago chistes de campos de concentración. Luego decís de Arévalo.

Tiene la pinta que, cuando encargaron a este popular humorista, nadie revisó que lo mismo su humor grueso del pasado sería incómodo para la visión pura y oficial de unos Juegos. A lo mejor su humor es bestial. Hablo por no callar. Entré a un par de vídeos y no entendí nada, ni del fondo ni de la forma. Pero si le encargaron esta especie de Premios Goya a lo grande podrían haber dejado claro desde el principio que lo respaldarían.

No dice mucho en favor de la organización toda esta improvisación. Ya han echado a uno por decir que las mujeres son lentas. Ahora a un humorista pocho. Si para la ceremonia te tiras por Antonio Resines, traga Resines. Si escoges a Alberto Hernández, ahora que no me oye porque está a seis millones de kilómetros (o los que haya), apoya a Hernández digan lo que digan de su pasado. Pero el LOC (lo explico mañana en este diario) se ha dejado presionar por la sociedad civil, cada día más digital.

De todas maneras se ha visto que no van a ser unos Juegos para chistes. Sobre este evento mundial cae una sábana de color gris oscuro. Los poetas lo llamarán “una sutil pátina de tristeza''. Los fans de Haruki Murakami lo llamarán Tokyo Blues. La llorera de un evento que parece que va pidiendo perdón desde su minuto cero. Ay, Murakami. ¡Qué atravesado te tengo!. Sobre este popular autor, si lo deseáis, podemos debatir en las redes. Ya sabéis: @_spanjaard.

 

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