Los kalenjines, la etnia que domina el atletismo de Kenia con históricas excepciones

Eliud Kipchoge, Faith Kipyegon o Joshua Cheptegei pertencen a la misma etnia que congrega el mayor talento atlético del mundo. Son poco más de 6 millones de personas repartidas entre Kenia, Uganda y en menor medida Tanzania.

Eliud Kipchoge lidera un trote en la zona de Iten, el centro neurálgico de la etnia Kalenjin. NN RUNNING TEAM.
Eliud Kipchoge lidera un trote en la zona de Iten, el centro neurálgico de la etnia Kalenjin. NN RUNNING TEAM.

Kenia y atletismo son dos palabras que, para muchos, resultan casi sinónimas. Pero este país del este africano, como cualquier otra región, resulta mucho más diverso y complejo de lo que en un primer momento podamos creer. Aquí las diferentes etnias y tribus conviven en un peligroso equilibrio que se ha roto en determinadas ocasiones (de hecho, las elecciones de 2022 pueden suponer un nuevo aluvión de inestabilidad) y sus tradiciones particulares siguen siendo más importantes que lo que puede significar esa gran Kenia unida. De esas etnias, si hablamos de atletismo, destaca una: el pueblo Kalenjin.

En la actualidad forman parte de esta etnia casi siete millones de personas, de los cuales más de seis residen en Kenia, unos 300 000 en Uganda y el resto disgregados en más países del cuerno de África y Estados Unidos. Son la segunda etnia más importante de Kenia, con casi un 15% de la población, y su centro neurálgico es Eldoret, en el oeste de Kenia junto a la frontera de Uganda. 

PASTOREO Y ATLETISMO

Sería generalizar si dijéramos que los kalenjines se dedican solo al ganado y al atletismo, pero tampoco faltaríamos a la verdad si afirmáramos que la vida de un habitante de esta zona de Kenia está abocada a estas dos labores. Eldoret, Iten y Kaptagat conforman ese triángulo dorado del atletismo de fondo que congrega a decenas de los mejores especialistas del mundo y todos ellos, la mayoría kalenjines, entienden el compromiso de su pueblo con el campo y el deporte rey.

Los kalenjines, para que el lector pueda hacerse una idea, son habitantes de la Kenia rural, generalmente organizados en grandes familias que dedican su tiempo y esfuerzo a las labores en el campo. De esta etnia son algunos de los mejores atletas de todos los tiempos y en nuestros días destacan los nombres de Eliud Kipchoge, Faith Kipyegon o Joshua Cheptegei (ugandés este último).

Faith Kipyegon es el orgullo de las mujeres del pueblo kalenjin. DL.
Faith Kipyegon es el orgullo de las mujeres del pueblo kalenjin. DL.

Estos tres atletas, campeones olímpicos en Tokio 2020, son el baluarte actual sobre el que se sustenta la idiosincrasia del pueblo kalenjin, una etnia que ha obtenido casi el 30 por ciento de las medallas olímpicas repartidas entre 1964 y 2020 en las pruebas de 800, 1500, 5000, 10 000, 3000 metros obstáculos y maratón. Una cifra descorazonadora para el resto de países si tenemos en cuenta que solo los kalenjines han ganado en estas pruebas casi tantas medallas olímpicas como todos los países de fuera de África juntos desde 1964.

El orgullo de un pueblo que representa al atletismo keniano no sin defender su identidad propia. De hecho, la lucha entre etnias en Kenia es patente después de entender en primera persona cuáles son los diferentes estatus sociales en los que se puede desarrollar la población keniana. Los kalenjines, una de las etnias más rurales, aportan a Kenia medallas olímpicas pero el poder institucional reside actualmente en otro grupo: los kïküyü.

Basta con hablar con un miembro de la etnia kïküyü sobre los kalenjines para comprobar su animadversión. Y viceversa. Simplificando esta relación, la de las dos etnias mayoritarias en Kenia (15% de kalenjines y 22% de kïküyüs), podríamos decir que los kalenjines son la población rural, de pueblo y arraigada al campo mientras que los kïküyüs son la etnia de los negocios y la administración. No en vano, kïküyüs son el padre de la patria, Jomo Kenyatta, y su hijo y actual presidente del país, Uhuru Kenyatta. 

NO TODOS LOS GRANDES ATLETAS SON KALENJINES

Aunque la mística nos invite a pensar que son los atletas kalenjines los únicos que destacan en nuestro deporte, existen históricas excepciones que demuestran que Kenia y su atletismo van más allá de su etnia más representativa. Sin ningún lugar a dudas, el mayor talento keniano nacido lejos de esta zona de influencia del Gran Valle del Rift es David Rudisha. El doble campeón olímpico y actual poseedor del récord del mundo de 800 metros pertenece a la etnia masai y es el gran corredor de este grupo de población en Kenia.

En la actualidad, la otra gran corredora keniana no kalenjin es Hellen Obiri, que pertenece a la etnia kisii, un grupo que congrega al seis por ciento de la población del país y que no destaca por sus grandes atletas. De hecho, la única atleta campeona del mundo al aire libre, en sala y de cross, es la excepción de una etnia que se divide entre Kenia y Tanzania.

Hellen Obiri tras proclamarse campeona del mundo de cross en Aarhus | Sportmedia
Hellen Obiri tras proclamarse campeona del mundo de cross en Aarhus 2019. SPORTMEDIA.

La otra gran rareza de los últimos años en este histórico dominio kalenjin es el campeón olímpico de maratón en 2008 Sammy Wanjiru. Tan kïküyü como díscolo, Wanjiru fue uno de los atletas más representativos del país en la primera década del siglo XX pero falleció en 2011 después de caer desde un balcón en extrañas circunstancias. Nadie duda, sin embargo, que su adicción al alcohol (un problema que afecta a muchos atletas kenianos) tuvo relación con su prematura muerte.